Demon's Souls
Luchando contra lo imposible.
Cualquiera que haya mostrado algo de interés por Demon’s Souls conocerá las peripecias por las que ha tenido que pasar el juego para llegar a las estanterías de nuestro país en un lapso de algo más de un año desde su salida en Japón. No necesitó publicidad para hacerse un nombre entre los jugadores que vieron algo más en este título casi desconocido cuando salió. A veces el mundo es justo, y la suerte quiso que el juego terminase llegando a las manos de unos cuantos importadores, que prendieron la mecha de un boca a boca a nivel mundial que ha culminado con la llegada a Europa de un juego que tenía muy pocos visos de salir de Asia, en una edición que nos ha llegado incluso con unos agradecidos subtítulos en castellano.
Desde que pude leer los primeros detalles del juego, puse vídeos a varios de mis amigos para contagiarles mi entusiasmo. Sin embargo, incluso con esa ayuda ninguno de ellos lograba entender bien qué era el juego y cómo se jugaba. Probablemente la comparación más desafortunada que tuve la ocasión de escuchar fue "es tipo Oblivion". Pero no, no se parece en nada a Oblivion. Así que lo más cercano a encasillarlo en un género ha sido decir que es un Survival Horror con esquema de control Hack & Slash y progresión de personaje tipo RPG. Me quedé más ancho que largo, aún a sabiendas que no es ni de lejos exacta. Demon’s Souls es deliciosamente inclasificable; su propia rudeza a la hora de intentar encasillarlo es una de sus bondades. Pero sólo la primera de ellas.
Boletaria es el entorno en el que se desarrolla nuetra aventura. Un Reino rodeado de una niebla de la que no dejan de salir demonios por culpa de un monarca poco precavido que despertó a un poderoso ente conocido como el Anciano, que ha eliminado cualquier posibilidad de contacto con el exterior. Los pocos que se han atrevido a adentrarse en la niebla no han vuelto. Pronto corre el rumor de que las almas de los demonios caídos dotan de mayor energía a su portador… y aumentan los temerarios sedientos de poder.
Nuestro protagonista es uno de esos temerarios... y, efectivamente, a los diez minutos de tutorial muere miserablemente. La misteriosa Dama de Negro intuye que tenemos gran potencial, así que nos permite seguir luchando en estado de Alma (en el cual tenemos menos vida, pero nos podemos recuperar venciendo a jefes finales o usando ciertos objetos) y nos traslada al Nexo, desde donde podremos desplazarnos a las cinco zonas de Boletaria para derrotar a los demonios y lograr el poder para vencer al Anciano.
Para esta titánica empresa tendremos que servirnos de toda clase de armas, que van desde varitas mágicas hasta arcos compuestos, pasando por infinidad de espadas (árabes, japonesas, europeas…). Podemos equiparnos dos en cada brazo, una activa y la otra seleccionable con una simple pulsación de botón. Así, podemos seleccionar el clásico escudo-espada, o bien tirar por algo más original: arco y varita, talismán y lanza o dos escudos (este último suele ser bastante divertido los diez segundos que duras la primera vez que lo pruebas), sin contar el juego que dan las armas no activas. También tendremos activo un único hechizo/milagro (magia negra/magia blanca)
Una vez toca emplear estas armas, lo que nos encontramos se parece más a un Ninja Gaiden que a un Elder Scrolls, desde luego. Si bien el ritmo es mucho más pausado y la acción menos dinámica, Demon’s Souls no da concesión a los temerarios: hay que saber dominar a la perfección cada una de las técnicas que tenemos a nuestra disposición. Cada arma tiene dos botones de ataque: flojo o fuerte, que cambia completamente de un arma a otra (ejemplo: un estoque realiza un ataque fuerte dirigido a un solo objetivo, mientras que las espadas orientales realizan ataques en arco que dan a casi todos los enemigos cercanos, aunque con menos potencia que la otra arma), y los escudos disponen de un botón de bloqueo constante y otro de "repeler ataque", que depende de nuestra precisión. Si conseguimos esquivar el ataque, dejaremos vendido al enemigo y podremos ejecutar un ataque especial igual que el que se activa si atacamos por la espalda.