Demon's Souls

Integrado en todo esto, encontramos un único sistema de juego online, aunque como todo, en Demon’s Souls es una espada de doble filo. Asumiendo que tenemos nuestro cuerpo, lo cual de por sí ya es un logro, podemos llamar a otros jugadores para que nos ayuden, y estos pueden unirse a nuestra partida para luchar a nuestro lado.

Es una forma de aumentar nuestras posibilidades de supervivencia o, de avanzar si estamos completamente atascados, aunque la mayoría de las veces nos veremos corriendo tras jugadores experimentados mientras atraviesan una zona que han completado unas cuarenta veces. Los jugadores pueden dejar también mensajes de ayuda para los demás dentro de los mismos escenarios (“CUIDADO CON EL ROCOTE QUE CAE AHÍ ADELANTE”).

¿Lo malo? Al jugar online quedamos expuestos a una invasión de fantasmas negros, vamos, otros jugadores que fuerzan su camino hasta encontrar el tuyo para asesinarte por tus almas. Y no podemos controlar cuando esto sucede…

Lo mejor que puede pasar es que, como jugador invadido, tu oponente no sea lo suficientemente listo para manipular el nivel y ponerte las cosas difíciles para aparecer en el momento más delicado y matarte. En el caso que nos persigan desesperadamente, todavía tendremos la oportunidad de llevarlos por nuestro camino y enfrentarnos cara a cara y así evitando ir acojonados por la vida, pensando que cada sombra es tu potencial asesino, armado hasta los dientes y con un arco apuntando a tu pecho.

La posibilidad de jugar como un fantasma negro es, cuanto menos, seductora, una vez tenemos la capacidad y la habilidad para ello, aunque siempre corremos el riesgo de ser derrotados. Además, cualquier cosa que hagamos en online afectará a nuestra partida; matar enemigos e invadir jugadores inclinará la tendencia del mundo hacia el blanco mientras que jugar como fantasmas negros lo hará hacia el negro.

La tendencia negra convierte a los monstruos en seres mucho más agresivos pero aumenta la recompensa por matarlos, mientras que la tendencia blanca hace justamente lo contrario. Ambas contienen eventos en los niveles que interactúan entre ellas y nos ofrecen personajes no jugables que nos ayudarán o dificultarán nuestra aventura. La tendencia es tan complicada que los jugadores aun no conocen todas sus implicaciones. Cualquier camino que elijas en el modo online tendrá sus consecuencias en el modo offline. Lo que debe quedar claro en todo caso tras esta larga explicación es que Demon’s Souls es un juego profundamente complejo. Incorpora una serie de conceptos y secretos que hacen que mantengamos el mismo interés que al principio aún habiendo jugando más de cincuenta horas. También ha de quedar claro que vale totalmente la pena tomarse todo ese tiempo para comprender el concepto de Demon’s Souls

Conforme pasemos más tiempo en su compañía, vuestra relación con el juego se convierte en algo no tan desigual, a medida que vamos aprendiendo a avanzar por las zonas que nos han machacado previamente una y otra vez, ahora con facilidad y confianza. Podemos aprender de otros jugadores y de nuestros errores, proporcionándonos así más y más entretenimiento y satisfacción conforme más nos adentramos en él.

Demon’s Souls es totalmente absorbente; oscuro, detallado, rencoroso y creativamente cruel. Se mete bajo nuestra piel y se convierte en nuestra obsesión personal, incitándote a adentrarte en lo más profundo de sus mundos, caer en más de sus trampas y superar sus retos imposibles; y nos abofetea por nuestra incompetencia retándonos a superarla.