Análisis de Devil May Cry HD Collection
Dante al cubo.
Hay juegos que marcan una época, que se convierten en un estándar que asienta las bases de los títulos venideros. Gears of War popularizó la cámara al hombro y las coberturas, por ejemplo, y Devil May Cry hizo algo parecido mezclando armas de fuego y espadas, endiablados combos de todo tipo y enemigos finales gigantes, todo ello a la velocidad de la luz... o la que fueran capaces de alcanzar los dedos de tus manos.
Ahora la saga no pasa por su mejor momento. La cuarta entrega no acabó de convencer ni a la crítica ni al público (aunque a mi personalmente me pareció bastante correcta), y el anuncio de una especie de reboot desarrollado por el estudio Ninja Theory puede insuflar nuevo aire a la franquicia, aunque los fans tiemblan esperando ver el resultado final.
Capcom, mientras, ha decidido aprovechar nuestra sed de sangre demoníaca con una adaptación de las tres primeras entregas para PS2 adaptadas a la actual generación de consolas. O, en otras palabras, metiéndolas en un único disco y remasterizándolas en alta definición.
La fórmula, a priori, parece ser ganadora: buenos juegos, alta definición, trofeos y extras. Por desgracia la cosa no es tan perfecta como suena, a pesar de estar muy lejos de ser un mal producto.
Nada más empezar ya apreciamos algunas carencias: ningún menú se ha reconvertido al formato panorámico, con lo cual siguen siendo 4:3 con sus correspondientes bandas negras a los lados. Con los vídeos ocurre lo mismo, aunque es comprensible que no hayan podido adaptarlos sin rehacerlos por completo. Pero incluso en las cinemáticas generadas con el propio motor del juego encontramos pequeños defectos, como que las bandas negras del formato panorámico no estén del todo bien ajustadas, dejando ver alguna línea de pixeles del vídeo que pretenden tapar. Lo peor de todo, en cualquier caso, es un error tan simple como molesto: una vez hemos seleccionado un juego en el primer menú, si queremos pasar a otro tenemos que salir por completo al dashboard de la consola, para volver a cargar otra vez la colección.
Por otro lado está el hecho de que, por mucha remasterización que haya de por medio, los dos primeros Devil May Cry siguen teniendo un aspecto propio de épocas pasadas y no son precisamente una alegría para la vista. Curiosamente no ocurre lo mismo con el tercero: al ser un juego más reciente se adapta muchísimo mejor al nuevo formato, con vídeos que no presentan tantos problemas y unos personajes y escenarios que lucen bastate bien con el salto a la alta definición.
Por suerte los juegos en si siguen siendo buenos, muy buenos. El primer Devil May Cry revolucionó el género de las aventuras de acción con un control simple pero profundo y una dificultad en los combates bien ajustada. Sin embargo, hay algunos aspectos jugables que están bastante desfasados, como el hecho de tener que estar apuntando obligatoriamente a un enemigo para poder dispararle con las armas de fuego, en vez de recurrir a un automatismo más cómodo.
Su secuela, considerada como la oveja negra de la familia, mejoró determinados aspectos del juego y aportó novedades como un nuevo personaje jugable o nuevos movimientos para Dante, pero ciertas decisiones, como la distancia de la cámara o la velocidad de los golpes cuerpo a cuerpo, le hacen flaco favor a la que sin duda es la peor entrega de la saga.
Como decíamos unos párrafos más atrás, Devil May Cry 3 es el juego que mejor ha aguantado el paso de los años. Es, sin duda, la mejor entrega publicada hasta ahora y uno de los grandes exponentes del género. En esta ocasión controlamos a un Dante más joven y arrogante que debe truncar los planes de Vigil, su hermano, y el resto de demonios. La cantidad de movimientos disponibles es significativamente más abundante que en los otros dos juegos, y además contamos con cuatro estilos de lucha y una gran variedad de armas para luchar tanto cuerpo a cuerpo como a distancia. La versión que incluye la colección HD es la Special Edition publicada originalmente en Europa a principios de 2006, con lo cual cuenta con extras como la posibilidad de controlar a Virgil y a su impresionante katana.
En ocasiones es mejor el recuerdo que tenemos de determinados juegos que el juego en sí, y en cierto modo es lo que pasa con esta colección en HD: los dos primeros juegos están un poco anticuados y es la tercera parte la que acaba compensando ese desfase. Es una pena, eso sí, que no se haya cuidado más el proceso de remasterización, corrigiendo detalles como los menús o el baile entre el formato 4:3 y 16:9, o poniendo al día ciertos errores de cámara. Considero que Devil May Cry es una saga lo suficientemente importante y con bastantes fans como para justificar un poco más de mimo en ese apartado.
Afortunadamente, como hemos dicho, los juegos siguen siendo divertidos y adictivos, y eso ya dice mucho en su favor. Si tenéis mono de Dante hasta que llegue a las tiendas el polémico reboot, esta colección os tendrá entretenidos un buen rato. Si, por el contrario, no habéis jugado anteriormente a esta popular saga, es un buen momento para ponerse al día y disfrutar de la acción en su máxima expresión.