Análisis del Apple TV
A medio camino.
Según Apple, el futuro de la televisión son las apps, con una mezcla de streaming de contenidos y la suficiente potencia de proceso para ofrecer el entretenimiento que queremos, cuando queremos con unas funciones adicionales que la televisión tradicional no puede igualar. El hecho de que un hardware más potente sea el núcleo de los streamers de nueva generación hace que funcionen también como consolas de videojuegos, convirtiendo aparatos como el nuevo Apple TV o la Shield TV de Nvidia en centros de entretenimiento todo en uno. Pero, ¿qué ofrecen en comparación con los reproductores de medios más baratos? ¿Realmente necesitamos una revolución en el segmento de los set-top boxes?
Esas fueron las primeras preguntas que nos hicimos cuando nos enteramos del lanzamiento del Apple TV de 2015, pero cuanto más veíamos del dispositivo más dudas surgían, especialmente en lo que se refiere a sus credenciales como máquina para jugar. El nuevo Apple TV se basa en los juegos para móviles, lo cuales se ven muy bien en tu smartphone pero no sabemos qué tal se escalan en una gran pantalla plana. La otra gran incógnita era la viabilidad del nuevo mando a distancia creado por Apple como interfaz para jugar.
Hemos estado probando tanto el Apple TV como la Shield con Android TV durante un tiempo y hemos llegado a una conclusión muy simple: como streamers de medios, los rápidos procesadores de estos dispositivos y su superior diseño de interfaz hacen que acceder al contenido sea mucho más fácil que con otros aparatos más básicos, pero aunque tienen ciertas características interesantes al final no se puede negar que sigues accediendo al mismo contenido que antes y con la misma calidad. Eso, claro, si puedes hacerlo, porque actualmente tanto el Apple TV como los dispositivos con Android TV presentan algunas dificultades en ese aspecto.
El enfoque de Apple para redefinir la experiencia con medios se sustenta en dos características. La primera de ellas es la introducción de Siri como mecanismo de control por voz para acceder y descubrir contenido. La idea es que simplemente le pidas ver películas o series que te interesen, ya sea por su nombre o por el los actores o el director. Puedes incluso hacer peticiones más generales, como por ejemplo 'muéstrame las mejores películas de acción de los noventa' y que te ofrezca los resultados esperados. Desde ahí puedes acceder a un montón de contenido relacionado de forma sencilla.
En teoría esto sería una killer app, pero al final resulta que la interfaz es muy similar al control de voz de Android TV tanto en sus puntos fuertes como en los flojos. Como herramienta para descubrir puede ser muy efectiva, pero el gran problema es que el soporte para control por voz no es obligatorio para todas las apps. Así, puedes decirle que te enseñe las mejores películas de acción de los noventa, pero si intentas algo tan básico como 'quiero ver el episodio de anoche de Doctor Who' descubrirás que la aplicación BBC iPlayer no es compatible. En vez de eso, en el mejor de los casos te mostrará los episodios de Doctor Who que Apple vende en su tienda. En el peor, puede darte un único resultado (la charla del doctor Brian Cox sobre la ciencia en la serie de televisión). Siri parece determinada a darte contenido incluso si este tiene más bien poco que ver con lo que realmente le has pedido.
Es un problema muy parecido al que teníamos con el control de voz en Android TV. La interfaz por voz debería ser el pegamento que une todas las apps, proporcionando una experiencia unificada. En lugar de eso tenemos un soporte a medias, que convierte una función importante en un simple gimmick cuando te cansas de hacer una búsqueda infructuosa tras otra. El Apple TV, sin embargo, tiene una ventaja respecto a Android TV en este aspecto: el control de voz es compatible con Netflix. Si ese es el servicio de streaming que utilizas (y muy probablemente lo sea), entonces esta supuesta revolución en el control funciona bastante bien.
La segunda característica esencial es el nuevo mando, un dispositivo premium de calidad con sensor de movimiento y un touchpad que te permite navegar por la interfaz usando el pulgar. El mando da buenas sensaciones al tacto y la respuesta del touchpad es correcta. Sin embargo, el botón del touchpad parece barato y tosco, un error extraño teniendo en cuenta lo bien que lo hacen en este aspecto en otros productos - la innovadora tecnología ForceTouch del trackpad de los portátiles de Apple es sublime, por ejemplo. El mando se carga con un cable Lightning estándar que viene en la caja, pero no hay ningún cargador. Apple asume que tendrás alguno en casa o que, y esto casi parece de broma, que lo cargarás con el ordenador.
En general la nueva interfaz basada en iconos funciona muy bien con el mando, aunque hay una pega francamente frustrante: la introducción de texto. Escribir nombres y contraseñas es una experiencia tortuosa. Configurar el acceso a iTunes es mucho más fácil enlazando un dispositivo iOS, pero eso asume que tienes uno. Fuera de iTunes no hay escapatoria a una experiencia poco óptima que encima se ve lastrada aún más por la naturaleza analógica del touchpad.
Desgraciadamente las credenciales del Apple TV para jugar también quedan comprometidas por el diseño del mando. Inicialmente pensábamos que sería una especie de evolución del Wiimote, una mezcla del nunchuck y la varita en una entidad única, pero el resultado final presenta demasiados compromisos como para ser realmente efectivo. Galaxy on Fire: Manticore Rising utiliza el giroscopio como si fuese el SixAxis, pero demuestra ser igual de impreciso que el mando de PS3, mientras que Beat Sports, de Harmonix -especialmente decepcionante teniendo en cuenta quienes son sus desarrolladores-, tampoco llega a mostrar el mismo nivel de precisión que el mando de Nintendo.
Con Asphalt 8 los resultados son mejores. Aquí el jugador coge el mando en horizontal y usa el control de movimiento para girar el volante. La falta de feedback es un problema, desde luego, pero es el uso más efectivo del control gestual que hemos visto al jugar. Se frena con el botón del touchpad, mientras el menú de pausa activa el nitro, lo cual indica que los desarrolladores al menos tienen acceso a dos botones físicos.
Pero aunque el touchpad del mando puede funcionar bien con la interfaz del sistema, resulta obvio que no es la mejor opción para jugar. El dispositivo es pequeño, con lo cual no hay mucha superficie para el control direccional, y el control granular es casi imposible - navegar por las puertas de Geometry Wars 3 es una pesadilla, por ejemplo. Incluso los movimientos más simples tienen problemas - para moverte en Crossy Road debes sujetar recto el mando para que los toques no se detecten como movimientos a izquierda o derecha. Puedes comprar un mando tradicional para acompañar al Apple TV, desde luego, pero es un gasto adicional para lo que ya es un dispositivo premium.
Es difícil, pues, no llegar a la conclusión de que el Apple TV presenta compromisos en casi todas las áreas. El mando no es el adecuado para jugar y no tiene la tecnología puntera de Apple para la interfaz, una funcionalidad que podría dar más posibilidades a los desarrolladores de juegos en vez de limitarlos. Mientras, el chip A8 es tecnología del año pasado, y aunque es bastante capaz (pese a que el frame-rate de Beat Sports parezca indicar lo contrario), ni siquiera se acerca a la potencia de la Shield TV o del propio iPhone 6S de Apple. Usar tecnología vieja tiene un efecto colateral en la reproducción de medios: el Apple TV no es compatible con 4K y -que sepamos- no tiene decodificación HEVC/h.265, con lo cual el streaming del futuro está fuera de su alcance. Tanto la Shield TV como el Fire TV tienen estas características, y Netflix ya hace streaming a 4K de ciertos contenidos.
El Apple TV logra con éxito optimizar la velocidad y eficiencia de la interfaz de usuario con medios, gracias en buena parte a las mejoras en el mando a distancia. Como cliente para una biblioteca de iTunes es realmente bueno, y tiene el agradable plus de la compatibilidad con control por voz en la aplicación de Netflix. Sin embargo, la falta de cohesión en la interfaz básica y la omisión de obligatoriedad del uso de control de voz en todas las aplicaciones de medios hacen que Siri parezca poco más que un gimmick pasadas unas horas. También te recomendamos que mires antes si tu servicio de streaming favorito es compatible, porque hay ausencias importantes en la App Store.
La idea de trasladar las apps de tu dispositivo móvil a la televisión tampoco funciona demasiado bien. Mira la app de AirBnB, por ejemplo: es genial ver a pantalla completa fotografías de los pisos que te interesan, pero en términos de funcionalidad (hacer una reserva, sin ir más lejos) funciona mucho mejor en el móvil que en la tele. Hay aplicaciones en las que una pantalla más grande mejoraría la funcionalidad, pero tenemos la sensación de que Apple no tiene una idea muy clara de por qué algunas se usan mejor en un dispositivo móvil. ¿Qué sentido tiene una aplicación con recetas en la televisión cuando puedo coger el móvil y llevarla conmigo a la cocina?
Como máquina para jugar el Apple TV es bastante pobre. Es un producto limitado en términos de tecnología, y su esquema de control supondrá un reto importante para los desarrolladores. El paso de los controles físicos a las pantallas táctiles ya fue complejo, pero este nuevo mando es, en cierto modo, una versión aún más limitada de esa interfaz. Esperábamos una revolución para el público mainstream al nivel de lo que supuso el Wiimote, pero el Apple TV no cumple con esas expectativas.
En resumen, la llegada de la primera consola moderna de Apple nos ha decepcionado. Se pueden apreciar los cimientos para algo importante, pero necesita consistencia, continuidad y coherencia entre todas las apps si Apple quiere que su gran concepto sea algo más que un simple gimmick. Y en un mundo en el que Netflix ya emite a 4K y se pueden comprar paneles Ultra HD por menos de 600€, lanzar al mercado un aparato con tecnología desfasada es un grave paso en falso. Se suele decir que los productos de Apple suelen redondearse en su iteración de segunda generación, y es muy posible que estemos ante otro caso así. En cualquier caso, la idea de que un lanzamiento tan importante se quede a medio camino en tantas áreas es tan sorprendente como decepcionante.