Estudiamos los problemas del parche 2.4 de Diablo III en consolas
¿Qué ha salido mal?
El último parche para consolas de Diablo III, la versión 2.4, parece ser la fuente de problemas de frame-rate anteriormente inexistentes. Esta actualización añade una importantes cantidad de extras, como la Isla de Greyhollow, zonas ampliadas y retoques en las clases y armas. Sin embargo, los usuarios de los foros oficiales también informan que hay una importante caída en el rendimiento, y que los controles tienen más lag y en los menús se aprecia input delay. También son preocupantes los mensajes que sugieren que los cuelgues al jugar son más frecuentes que antes.
Con una antigua partida guardada en PlayStation 4 hemos logrado aislar algunos de los problemas que están sufriendo los jugadores, los cuales podéis ver en vídeo un poco más abajo. En concreto, el problema se manifiesta en forma de tirones al viajar por el mundo del juego, incluso sin enfrentarte a ningún enemigo. Y, sorprendentemente, este defecto se mantiene incluso cuando tienes el juego instalado en un SSD, lo cual sugiere que no es un problema de streaming con el disco duro estándar de PS4.
Aunque la mayoría de zonas interiores funcionan a 60FPS, las zonas exteriores más grandes, como Southern Highlands o Dreadjudge Approach sufren caídas sin razón aparente. Moverse rápido es una de las formas más sencillas de notar la aparición de estos tirones. Y se da el caso de que simplemente al cruzar un puente, sin que haya ningún enemigo a la vista, produce caídas, como podéis ver el vídeo.
En estas situaciones es solo una distracción, pero no ocurre lo mismo cuando estamos en pleno combate. Incluso jugando en solitario (en este caso con un bárbaro de nivele setenta en Dreadjudge), el parche de Diablo III muestra drásticas caídas de frame-rate cuando te encuentras en una pantalla llena de enemigos. El objetivo en un juego a 60FPS es un tiempo de render consistente de 16,7ms por frame. Pero aquí vemos como se puede llegar a alcanzar un tiempo de 200ms (la quinta parte de un segundo). Esto significa que hay caídas a 40FPS.
Es difícil pasarlo por alto en los retos de las fallas, destinadas a los jugadores más experimentados de Diablo III. En el peor de los casos este refresco variable produce una desincronización entre el movimiento del personaje y el input del mando. Las caídas de frame-rate no son el único problema, entonces, sino el más molesto y obvio en un refresco desigual en la llegada de los frames a la pantalla. Esto empieza a dañar la fiabilidad de cada pulsación a los botones, y hace que no sepas bien cuándo esperar la respuesta en pantalla.
La causa del errático rendimiento de la versión 2.4 de Diablo III es curiosa. Aunque no tenemos datos comparativos del parche 2.3, el análisis actual demuestra que el motor de Blizzard es capaz de manejar todos los efectos alpha, muy intensivos en la GPU, que aparecen durante el combate más frenético. A su favor hay que decir que Diablo III funciona a 60FPS en PlayStation 4, incluso cuando la pantalla está plagada de efectos y enemigos. Pero entonces, sin aviso previo, la métrica puede caer a casi la mitad.
Los resultados son duros, especialmente si se tiene en cuenta que nuestra prueba está realizada jugando en solitario, y que las exigencias son aún mayores para el cooperativo a cuatro jugadores. El patrón en la gráfica es quizás la señal de un cuello de botella en la CPU, dada la naturaleza e inusual timing de las caídas. Puede ser la IA, las físicas u otros cálculos tras bambalinas, pero no está claro qué proceso de fondo causa estos problemas de frame-rate tan obvios en el parche 2.4 de Diablo III, cuando antes no había defectos en este sentido.
Relacionado con las quejas sobre la estabilidad del parche 2.4, también experimentamos un cuelgue (soft lock) al jugar, algo que no habíamos visto antes. Creando un nuevo personaje Diablo III se colgó a los cinco minutos, saliendo de las puertas de New Tristram, provocando que los gráficos se quedaran bloqueado y la música entrase en un bucle de un segundo.
Todo esto es preocupante, teniendo en cuenta lo pulido que suele ser el trabajo de Blizzard. Diablo III es una rareza en tiempos recientes para el estudio, siendo uno de los pocos proyectos que abandonan el PC como hábitat natural para tener un lanzamiento en consolas - con 60FPS, controles mejorados y cooperativo local para cuatro jugadores. Sigue siendo un juego excelente, y uno que ha evolucionado a mejor desde su publicación en 2012 PC, en buena parte gracias a la comunicación de Blizzard con su comunidad. Esperamos que este diálogo se mantenga, y que gracias a él se arregle la versión para consolas más pronto que tarde.