¿Qué tal está la nueva versión para PC de Dragon's Dogma: Dark Arisen?
Comparativa completa con el original de Xbox 360 y PS3.
Tres años después del lanzamiento original en Xbox 360 y PlayStation 3 Dragon's Dogma llega por fin a PC, con lo cual Capcom se encuentra ante la necesidad de publicar algo que más que un simple port para justificar semejante espera. Hemos visto con anterioridad algunos ports de juegos japoneses de renombre con limitaciones importantes, como resolución 720p o frame-rate bloqueado a 30FPS, algo muy por debajo de lo que esperan los usuarios de PC. Afortunadamente este no es el caso de Dragon Dogma: Dark Arisen, un título con el que Capcom ha hecho un trabajo excelente que casi podría calificarse como el de una remasterización completa en alta definición.
En vez de realizar un port directo, Capcom se ha tomado su tiempo para mejorar buena parte de las texturas del juego, así como para reducir la agresividad de la configuración del nivel de detalle (LOD), lo cual resulta en una presentación más refinada que aguanta bien el tipo en pleno 2016. La resolución, por supuesto, tiene un papel fundamental a la hora de proporcionar este salto en calidad gráfica respecto a la versión para consola a 720ñ, y jugar en PC a 1080p o superior con una calidad de anti-aliasing decente proporciona una mejora sustancial en términos de nitidez y claridad. En este caso hemos optado por una opción FXAA3 HQ con una cobertura excelente que no emborrona los detalles de las texturas, mientras que en las consolas de anterior generación el look era más sucio, en parte debido al uso de una solución de AA por post-proceso que provocaba un efecto borroso en el artwork.
La versión para PC muestra una sustancial mejora en este sentido, y el aumento de resolución ayuda a sacar el máximo detalle posible de los recursos revisados. En vez de simplemente utilizar el artwork de consola, se implementan texturas y normal maps de mayor resolución en los personajes y los escenarios. Así se logra mostrar más detalle en la ropa y las rocas, como también en los objetos que podemos encontrar repartidos por el mundo.
El detalle de la geometría casi no se ha tocado, pero eso no significa que la complejidad de los escenarios no haya mejorado. Al aumentar el escalado de la distancia al máximo el streaming de LOD es menos agresivo en PC, con recursos de más calidad mostrándose más lejos y mejorando el detalle del escenario. Esto también evita que los objetos aparezcan en pantalla con un fundido, como ocurría en consolas. Los efectos también mejoran en PC, aunque no tanto como las texturas; el HDR y el bloom se renderiza con mayor precisión y la calidad de las sombras es considerablemente mejor, pero el motion blur, la profundidad de campo y la resolución de las transparencias es la misma que en PlayStation 3.
Desde un punto de vista artístico Dragon's Dogma destacaba en consolas por el uso de un ratio de aspecto muy ancho que se acercaba al de una película en 2.35:1. Esto permitía que la presentación fuese más cinemática, al tiempo que hacía que el motor renderizase menos pixeles aún manteniendo una imagen 1:1 en la zona jugable, con barras negras en la parte superior e inferior de la pantalla.
En PC el ratio de aspecto 2.35:1 deja paso a una presentación 16:9 a pantalla completa. Las barras negras que aparecían en consolas desaparecen para ofrecer una imagen con más detalles. Es un cambio a mejor, y además vemos como los personajes se sitúan en el encuadre sin que haya zonas muertas creadas por la nueva imagen ampliada. Esto nos hace pensar que seguramente el juego se diseñó originalmente con 16:9 en mente, y que la introducción de un ratio de aspecto más ancho en consolas probablemente se debía a consideraciones respecto al rendimiento, más que no a una decisión puramente artística.
Pero, ¿qué ocurre con las pantallas 21:9? La postura oficial de Capcom es que no dan soporte a estos monitores con la versión PC de Dragon's Dogma, debido a que los elementos de la interfaz están situados en una posición fija de la pantalla. Es algo curioso teniendo en cuenta que el ratio de aspecto, más ancho que el tradicional 16:9, era uno de los factores que definía el look del juego en consolas, y decepciona no poder replicarlo en PC con un monitor perfectamente adecuado para ello.
Así pues, en general nos encontramos ante una sólida mejora respecto al juego en consola, pero ¿qué hace falta para jugar con el detalle al máximo consiguiendo además 60FPS estables? Teniendo en cuenta que es un juego de anterior generación -aún con mejoras gráficas- lograr alcanzar 60FPS con el detalle al máximo y resolución 1080p nativa debería ser posible con un equipo barato, como nuestro PC con un Core i3 4130 y una GTX 750 Ti overclockeada, una configuración que a menudo supera el rendimiento de una PS4 en muchos títulos multiplataforma.
En escenas tranquilas y combates pequeños vemos un nivel de rendimiento cercano al frame-rate deseado, pero esto no se mantiene en áreas más detalladas del juego, o cuando hay muchas transparencias alpha en pantalla. Aquí parece que alcanzamos el límite de la GPU, donde caminar por un pueblo con bastante habitantes basta para causar caídas significativas en el rendimiento. Bajar la calidad de las sombras, el escalado de la distancia y el filtrado anisotrópico un punto nos ofrece una mejora de 10FPS en escenas plagadas de efectos, pero esto no es suficiente como para mantener 60FPS estables.
El Core i3 no se ve muy forzado en estas escenas, así que cambiamos la GPU por algo un poco más potente. La GTX 960 supone una mejora más que decente, y se muestra cómoda a la hora de eliminar las caídas de rendimiento apreciadas con la GTX 750 Ti al mover el juego al máximo. Los frame-rates son estables en todo momento: las escenas con mucho alpha y las cinemáticas no afectan al rendimiento, con lo cual el gameplay es suave y responde bien. Sin embargo, los 60FPS perfectos no son posibles todo el tiempo, pese a que las métricas se mantienen por encima de los 55FPS con alguna caída aislada.
La experiencia, en cualquier caso, es muy superior comparada con la GTX 750 Ti, y está tan cerca de los 60FPS estables que el núcleo jugable no se ve afectado. Las cinemáticas también se muestra más suaves, con apenas algún tirón ocasional. Curiosamente, pasar a una GTX 970 no mejora mucho la situación con la sincronización vertical activada, con caídas que se producen en los mismos momentos que en la GTX 960, lo cual sugiere una limitación en la CPU y la recomendación a pasar a un i5 de cuatro núcleos. Reducir el escalado de distancia elimina estas caídas y nos da los 60FPS estables que buscábamos.
Viniendo de un juego que en la anterior generación no llegaba a los 30FPS, la versión para PC de Dragon's Dogma: Dark Arisen supone un soplo de aire fresco, especialmente al jugarlo a 60FPS. La combinación de una mayor fluidez y mejores controles hacen que sea una experiencia mucho más agradable, dada la acción del juego. Los combates se juegan de forma más fluida, y las cinemáticas ya no pegan tirones cuando hay muchas cosas ocurriendo en pantalla.
Alcanzar 60FPS es más difícil de lo esperado para lo que básicamente es una remasterización HD de un título de anterior generación, y aquellos con equipos más modestos deben tener esto en cuenta. Pero aún así, la experiencia usando nuestro PC barato está a años luz de los menos de 30FPS de consola. En cualquier caso recomendamos una GTX 960 como mínimo si lo que buscas son los 60FPS estables.
En general Dragon's Dogma: Dark Arisen bien podría ser una remasterización HD completa, al presentar todas las mejoras que uno espera de ese tipo de lanzamiento. La inclusión del DLC y la expansión Dark Arisen, las mejoras gráficas y la posibilidad de jugar a 60FPS (o más) hacen que esta nueva versión sea, en definitiva, una compra muy recomendable incluso si ya tenías el juego en Xbox 360 o PlayStation 3.
Traducción por Josep Maria Sempere.