Cómo mejorar tu Dual Shock 4... usando los sticks de Xbox One
Y ya de paso cambiar la batería.
Cuando PlayStation 4 llegó a las tiendas el Dual Shock 4 parecía un mando con una construcción robusta, un pad bien fabricado con numerosas mejoras respecto a su predecesor. Pero tras apenas unas semanas de uso, muchos usuarios descubrieron con sorpresa que el material gomoso de los sticks analógicos empezaba a pelarse, en algunos casos incluso rompiéndose por completo. Tras haber sufrido esta situación personalmente en dos ocasiones decidí que había llegado el momento de buscar una solución. Había llegado el momento de estudiar diferentes opciones y, aprovechando que tendría que abrir el mando igualmente, mirar a ver si también se podía mejorar la decepcionante autonomía de la batería.
Nuestro primer foco de atención está en los sticks, así que la solución más obvia es buscar reemplazos de los mismos, los cuales se pueden encontrar en internet bastante baratos. Sin embargo, nuestra experiencia nos ha demostrado que al final también se acaban pelando; juegos como FIFA 16 tienden a causar esta situación, al igual que el resto de juegos deportivos o de acción que basan mucho sus movimientos en rotaciones analógicas. Al final, la mejor solución resulta al mismo tiempo la más sorprendente: ¿por qué no reemplazar esos sticks por los del mando de Xbox One, que no sufren estos problemas?
Al parecer los sticks de Xbox One utilizan la misma interfaz en el pad. Las dimensiones también son idénticas, con lo cual encajan perfectamente en el pad de Sony. Pero el proceso para montarlos no es precisamente sencillo. debes desmontar por completo tu mando de PlayStation 4, algo que la primera vez no es fácil. Para aquellos que os animéis, tenéis un tutorial en vídeo más abajo, pero tened en cuenta que hay un riesgo real de romper el mando si no vais con cuidado. Obviamente, no nos hacemos responsable de los posibles daños que podáis causar.
Al principio el proceso es bastante sencillo: debes retirar los cuatro pequeños tornillos de la parte trasera del mando con un destornillador de 2.4mm (aunque en nuestro caso lo hicimos con un Philips PH1). A partir de aquí lo más complicado es separar las dos mitades del pad, para lo cual necesitas usar una púa de plástico. Esta herramienta permite separar la base de plástico gris claro inferior de la de color gris oscuro superior. Debes empezar por los dos dos cuernos del mando, usando la púa para gradualmente ir pasando hasta los botones L1 y R1, y luego la parte de detrás del touchpad.
Una vez más debemos insistir en que el proceso no es fácil, y que una vez separadas las partes los gatillos pueden caer. Por suerte es relativamente sencillo ponerlos otra vez en su posición, y a partir de aquí ya no hay tantas complicaciones para trastear con el chasis del mando. Para ver todos los pasos con más detalle echad un vistazo al vídeo, pero básicamente hay que desconectar los cables para el LED y el touchpad, retirar la batería y quitar un quinto tornillo negro que se encuentra bajo la misma. Tras ello ya se pueden ver los sticks, y con un movimiento gentil es fácil retirarlos para colocar en su lugar los de Xbox One.
Habiendo desmontado el mando también aprovechamos para mejorar la batería. En internet es fácil encontrar baterías no oficiales de 2,000mAh, las cuales sobre el papel deberían doblar la autonomía respecto a la oficial de Sony. Sin embargo, los errores tipográficos en sus etiquetas y dudoso packaging no inspiran demasiada confianza - y pese a comprar varias de diferentes fuentes, al final todas eran el mismo modelo. También resulta curioso que tengan exactamente el mismo tamaño que la batería estándar de 1000mAh de Sony.
Tras todo este esfuerzo, el Dual Shock modificado tiene sus pros y sus contras. En lo positivo tenemos que los sticks de Xbox One funcionan a la perfección, e incluso tras haber abierto el pad el movimiento es el adecuado, no hay fricción al hacer rotaciones circulares y su contorno de goma dura evita que resbalen (un problema que tenían los sticks de serie de Sony). Se ajustan bien, y aquellos que jueguen a juegos deportivos o shooters en primera persona notarán rápidamente la mejora. La única pega es que los sticks que compraron no son exactamente iguales a los usados en el mando fabricado por Microsoft, pero se quedan cerca.
Pero por desgracia, la mejora de la batería no funcionó tan bien. Al hacer las pruebas con la batería de 2,000mAh y con la oficial, descubrimos que ambas se agotaban casi al mismo tiempo. Para ello usamos el menú de GTA5 para activar y desactivar rápidamente la opción vibración (manteniendo el stick adecuado en ángulo usando una cinta elástica), haciendo de forma efectiva que estuviese activa todo el rato. También configuramos el brillo del panel LED al máximo, y con la carga a tope en ambos casos se agotó exactamente a las tres horas y veinte minutos.
Con este uso intensivo la autonomía es bastante razonable, pero la paridad de resultados es curiosa. Resulta decepcionante que pese a tener más mAh la batería de reemplazo no ofrezca ningún tipo de mejora, con lo cual se acaba recurriendo al cable de carga USB las mismas veces. Si a eso le sumas los posibles problemas de fiabilidad al usar un componente de terceros, lo más recomendable -por ahora- es seguir usando la batería que viene de serie con el mando de Sony.
La buena noticia es que, al menos, hemos conseguido que los defectos con el stick sean cosa del pasado. Nuestro Dual Shock 4 posee ahora sticks más duraderos y tras varios meses de uso siguen funcionando bien, sin problemas de desgaste. Lo más impresionante es lo bien que encajan los sticks de Xbox One, aunque lo cierto es que respecto a la sensación al tacto la cosa depende más de gustos personales. En cualquier caso, con un poco de paciencia y las herramientas adecuadas, sustituir los sticks solventa el evidente problema del Dual Shock 4. La mejora en la batería también habría sido más que bienvenida, pero menos da una piedra.