Comparativa de Overwatch
¿Qué versión escoger?
La beta abierta de Overwatch ha sido diferente de las demás. Excepto por la exclusión del juego competitivo, sus usuarios han podido probar el juego al completo. Tal y como ha confirmado Blizzard, excepto por alguna corrección final, "la versión que habéis jugado ahora es la que estará disponible para el lanzamiento".
Esto nos permite ofreceros ya la comparativa entre las tres versiones antes del lanzamiento final el próximo día 24 de mayo, que es cuando empezaremos a jugar para preparar el análisis normal.
Ya probamos las versiones de PlayStation 4 y Xbox One en la anterior beta y poco ha cambiado desde un punto de vista técnico. Sin embargo, la beta abierta sí nos ofrece la oportunidad de ver la infraestructura online funcionando bajo una auténtica prueba de estrés. La buena noticia es que la experiencia ha sido perfecta, sin ningún tipo de problema, en las tres plataformas.
Con esta beta abierta también hemos podido probar bien el código de PC, el cual ofrece una experiencia más refinada con efectos mejorados. No es un cambio radical respecto a PlayStation 4 o Xbox One, pero la posibilidad de jugar con frame-rates y resoluciones más altas es algo que vale mucho la pena. Obviamente nuestros materiales están a 1080p para igualar a las consolas, pero al pasar a resoluciones superiores, como 1440p o 4K, se añade una más que bienvenida nitidez extra que se ajusta muy bien a la limpia estética del juego.
Las versiones de consola también utilizan un sistema de resolución dinámica para estabilizar el frame-rate, por lo que en PC la calidad de imagen a 1080p es mayor al tener siempre la misma resolución, junto a la posibilidad de usar un nivel de anti-aliasing por post-proceso más alto. SMAA Alto es la opción más avanzada, proporcionando una mayor cobertura que la implementación en consolas en los elementos sub-pixel.
En general la versión de PC es muy similar a la de consolas cuando funciona a 1080p. El artwork es idéntico, y lo hay grandes mejoras gráficas que transformen la experiencia. En vez de eso, como ocurre con muchos juegos de ordenador, lo que tenemos son unos efectos un poco más refinados. Todas las mejoras habituales están presentes: sombras con mayor resolución, filtrado anisotrópico hasta 16x (frente a 2x en consolas) y un streaming de LOD un poquito más rápido.
Los reflejos del escenario también son más completos en PC, con más objetos y luces reflejadas en las superficies brillantes, y el modelo de iluminación también se amplía en algunos lugares. Por ejemplo, en uno de los mapas de Hollywood, el efecto de bloom ayuda a saturar la iluminación en el cielo. También hay un efecto de profundidad de campo de gran calidad que desenfoca los detalles con mayor nitidez que en consola.
Estas mejoras pulen un poquito más la nítida y colorida apariencia de Overwatch. Pero la buena noticia es que el núcleo del artwork aguanta el tipo en cualquier plataforma, con superficies que reaccionan de forma realista a la iluminación del juego. Esto complementa la estilizada estética -mezcla de influencias americanas y japonesas- para crear una sensación muy de arcade. La iluminación también añade profundidad y atmósfera a los escenarios interiores, con cambios en la exposición para mostrar los efectos HDR al salir al exterior.
La inclusión de elementos destructibles repartidos por los variados escenarios del juego es otro detalle interesante. La pantalla de las máquinas recreativas se resquebraja cuando recibe el impacto de una bala, los muebles de madera se rompen dejando piezas por el suelo, y los agujeros de bala se mantienen en las paredes tras los tiroteos. Otros objetos, como juguetes, pelotas o mesas, también reaccionan de forma realista a los disparos. Esta capa adicional de detalle aumenta la frenética naturaleza jugable, situando mejor al jugador en el escenario cuando comienza la destrucción.
Las dos versiones para consola presentan un framebuffer dinámico, el cual alcanza 1080p nativo la mayor parte del tiempo. La cantidad de pixeles desciende ligeramente cuando el motor se encuentra sobrecargado, pero por lo general hay poco escalado de resolución y las caídas por debajo de 1080p rara vez duran más de unos segundos antes de volver a la normalidad. Esto suele ocurrir con mayor frecuencia en Xbox One, pero no es algo que llegue a distraer en ninguna de las dos plataformas, y la resolución rara vez es menor a 1080p cuando estás jugando.
Curiosamente la versión de Xbox One a menudo empieza a 720p -lo cual se aprecia en la pantalla de selección de personaje y al aparecer en el mapa- pero el motor rápidamente cambia a 1080p y se mantiene así durante largos lapsos de tiempo. En los momentos con más actividad ambas versiones suelen mostrar una presentación Full HD, y ninguna baja de forma evidente. En este aspecto ambas versiones para consola son bastante sólidas, y todos los elementos visuales son prácticamente idénticos. Las sombras a veces se muestran un pelín más tarde en PlayStation 4, pero no es un problema habitual durante las partidas.
Overwatch tiene más puntos en común con shooters tipo Team Fortress 2 que con otros títulos con elementos propios de los MOBA. Los controles responden extremadamente bien y la jugabilidad es rápida y consistente. Blizzard busca el refresco a 60FPS en consolas, y esto se adapta muy bien a este tipo de jugabilidad de gran precisión y baja latencia. Los personajes más grandes dan sensación de peso al moverse y apuntar, mientras que los más pequeños se mueven por el campo de batalla con menor esfuerzo.
Tanto PlayStation 4 como Xbox One proporcionan 60FPS sólidos durante periodos extensos, con tiroteos a menudo suaves. Cuando el rendimiento se ve afectado entra en juego un sistema de v-sync adaptativo, el cual ayuda a eliminar grandes variaciones de frame-rate a expensas de introducir tearing en pantalla. La parte jugable de PS4 rara vez se ve afectada por problemas de rendimiento, con las caídas de frame-rate ocurriendo solo durante la Killcam, en la que el jugador no tiene el control. En Xbox One esta situación puede darse mientras juegas, lo cual produce pequeños tirones. Es algo que distrae, pero afortunadamente no dura mucho y pronto se recuperan los 60FPS.
La conclusión es que Xbox One y PlayStation 4 ofrecen una experiencia casi igual, con solo un poco más de solidez en la plataforma de Sony. Estamos ante un shooter excelente que funciona fantásticamente bien en ambos sistemas, así que es difícil pensar que alguien pueda sentirse decepcionado con el juego de Blizzard.
Como era de esperar, el PC ofrece la versión más refinada desde un punto de vista visual, con mejores efectos y frame-rates más altos, junto a un artwork que se escala estupendamente a 1080p y resoluciones superiores. También está el tema del control, ya que el juego se transforma cuando lo controlas con teclado y ratón. Overwatch, en cualquier caso, es una delicia en ambas consolas, con una presentación 1080p casi nativa y un suave refresco a 60FPS con tan solo alguna caída aislada.
Lo verdaderamente destacable es que Blizzard ha ofrecido el juego de forma totalmente gratuita durante un periodo limitado de tiempo, consiguiendo así hacer una prueba de estrés a la infraestructura online. En teoría, al menos, la cantidad de usuarios durante esta beta abierta era mayor que en el importante periodo de lanzamiento, lo cual supone un auténtico reto para los cimientos del juego. La estabilidad del código de red y unos robustos servidores son vitales para un juego como este, y visto lo visto parece que Overwatch cumplirá con creces en este sentido.
Traducción por Josep Maria Sempere.