¿Vale la pena la versión para Nintendo Switch de Skyrim?
Nin-ten-do-rah!
Hace un par de días probamos a fondo la versión para Switch de Doom, un port que parecía imposible y que llevaba a la consola híbrida de Nintendo un espectacular título triple A. La conversión de Skyrim puede no ser tan impresionante en términos de ambición, pero desde un punto de vista de ejecución es más exitosa. Sí, hay ciertos sacrificios si comparas esta versión con la de PlayStation 4, pero cumple en los aspectos importantes y ofrece una experiencia excelente en su modo portátil.
Mostrado por primera vez en el propio vídeo de presentación de Switch, Skyrim ha sido desde entonces una especie de declaración de intenciones por parte de la compañía japonesa, para dejar claro que el apoyo third party sería fuerte y que a la consola llegarían franquicias de renombre. Esos primeros clips eran atractivos, y el producto final cumple con las expectativas: estamos ante una versión completa del juego, sin recortes a nivel de contenido, y en la que se adapta el Creation Engine para que saque el mayor provecho posible del chipset móvil de Nvidia.
Empecemos hablando de la resolución. Cuando la consola está conectada en el dock Skyrim opera a una resolución nativa de 1600x900, pero en el modo portátil nos encontramos con el primer sacrificio. Cuando probamos el port de Switch en la pasada Gamescom todo parecía indicar que funcionaría a 720p nativo, pero lo cierto es que el código final utiliza un sistema muy básico de escalado de resolución con tal de mantener un rendimiento fluido. Bajo carga la resolución cae hasta 896x720, lo cual es el 70% de la resolución nativa de la pantalla.
Skyrim alterna de forma instantánea entre la resolución nativa y esa reducida, lo cual puede causar un extraño efecto de parpadeo cuando el reescalador no sabe qué resolución usar. En una escena con mucho follaje, mirando el cielo y luego bajando lentamente la vista, podemos ver ese defecto. Es la única pega perceptible en lo que, por lo demás, es un fantástico juego portátil. La posibilidad de jugar a Skyrim cuando quieras y donde quieras es el punto fuerte del juego, y sin duda el aspecto más atractivo de este port.
En lo que respecta a otros sacrificios al pasar del modo dock al modo portátil nos la jugamos diciendo que os será muy difícil apreciar diferencias. El nivel de detalle de media a larga distancia cambia, con lo cual se pierden algunos árboles o detalles, pero por lo demás el juego es idéntico. De forma similar a Doom, Skyrim luce especialmente bien en el modo portátil, ya que en la pantalla de seis pulgadas es mucho más difícil distinguir los recortes y compromisos necesarios para realizar el port.
Y, desde luego, en términos de rendimiento -un aspecto crucial para este juego, más que el detalle adicional- esta versión de Skyrim cumple con creces. Puede que haya alguna caída de frames puntual debido al streaming, pero en seis horas de juego hemos visto como se mantenía estable en 30FPS. Esta consistencia es digna de destacar, porque el juego es igual que las versiones para PlayStation 4 y Xbox One en este sentido. Al igual que ocurría con Doom, los sticks analógicos de los Joy-Cons no son la mejor interfaz para Skyrim, pero la experiencia general aguanta el tipo.
En términos de rendimiento esta versión de Skyrim cumple con creces. Puede que haya alguna caída de frames puntual debido al streaming, pero en seis horas de juego hemos visto como se mantenía estable en 30FPS.
Por supuesto, también puedes jugar a la versión para Switch conectado al dock, en cuyo caso pasas a tener una resolución de 900p y se añade un poco más de detalle, lo cual invita a comparar el juego con otras versiones (hemos escogido la de PlayStation 4 para ello). Aquí es donde se pueden ver los recortes necesarios para realizar el port de la consola de Nintendo. Aparte de la resolución, los efectos más exigentes sufren recortes o se eliminan por completo, y también se aprecian algunos retoques en el nivel de detalle.
La Ediciones Especiales añadían la impresionante iluminación volumétrica de Fallout 4, la cual se reduce o elimina en determinadas escenas en Switch. La calidad de las sombras también se reduce a baja resolución (aunque el filtrado de los bordes es correcto, haciendo que la reducción sea más difícil de apreciar), como también lo hace la oclusión ambiental. La resolución de las texturas también se reduce en algunas áreas, pero por lo general solo lo notarás en los primeros planos. Todos estos cambios son más que comprensibles, y aunque el port para Switch empieza a perder algunos de los sutiles efectos de las versiones para las consolas de sobremesa, el juego sigue impresionando, y el impacto es aún menos si juegas en el modo portátil.
La clave para poder llevar Skyrim a Switch está en la correcta gestión de los niveles de detalle. Y, en este sentido, se han hecho los recortes adecuados. A primera vista, más allá de los escombros, el port retiene la mayor parte del detalle de los objetos, siendo la geometría igual en la mayoría de casos. El detalle en largas distancias es también muy similar, y es en las medias distancias donde los desarrolladores han aplicado los recortes más obvios. La versión para PC tiene diferentes modificadores para optimizar el rendimiento, y los desarrolladores han usado profusamente esta función del motor para trasladar Skyrim al chipset móvil Tegra.
Para empezar se reduce significativamente el follaje. Mucho más denso en PlayStation 4, Xbox One y PC, este es el aspecto del juego que más se sacrifica, dejando las distancias medias más vacías si comparas estas versiones. De forma similar también hay reducciones en la distancia de dibujado de los objetos, resultando en un obvio pop-in en Switch que es más difícil de apreciar en otros sistemas. El resultado final varía de forma sustancial; las escenas en los pueblos, con muchos detalles cercanos, se ven muy, muy parecidas en Switch, pero las grandes distancias palidecen un poco en comparación.
Los cambios aplicados a Skyrim garantizan que funcione bien en el hardware de Switch, y aunque no somos demasiado fans de los controles gestuales opcionales, el hecho de que estén ahí demuestra que Bethesda ha intentado sacar partido a las características únicas del sistema.
Son interesantes las diferencias al jugar con la consola conectada al dock o en el modo portátil. Obviamente sigue Skyrim sigue siendo reconocible cuando juegas en una pantalla plana grande, pero también destacan más los sacrificios. Mientras, el modo portátil maquilla todo esto para que no sea un problema. Es la primera vez que podemos jugar a Skyrim en un sistema portátil (exceptuando cosas como el Razer Edge, claro), y resulta fantástico revisitar un clásico como este cuando se juega tan bien y con tanta fluidez.
Esa es la principal diferencia entre Skyrim y el port de Doom publicado la semana pasada. Trasladar el id Tech 6 a Switch produjo una conversión que era alucinante y decepcionante al mismo tiempo, porque el hardware se llevaba al límite y se producían situaciones en las que la jugabilidad se veía resentida. Skyrim se adapta mejor al hardware de Nintendo por su consistencia. Aunque no podemos garantizar que el rendimiento se mantenga a lo largo de sesenta horas de juego o más (recordemos los problemas que tuvo el juego en PlayStation 3 por culpa de la falta de RAM), todo lo que hemos probado hasta ahora funciona bien, está pulido y se ajusta al objetivo de los 30FPS. Con varios gigabytes de memoria disponible en Switch, creemos que el juego aguantará a lo largo de toda la aventura.
Resumiendo, los cambios aplicados a la experiencia de Skyrim garantizan que funcione bien en el hardware de Switch, y aunque no somos demasiado fans de los controles gestuales opcionales, el hecho de que estén ahí demuestra que Bethesda ha intentado sacar partido a las características únicas del sistema. Hayas jugado o no anteriormente a Skyrim, la posibilidad de jugar en cualquier sitio es impresionante. Nos lo hemos pasado genial con este juego, y sin duda podemos recomendarlo encarecidamente.
Traducción por Josep Maria Sempere.