Comparativa de Assassin's Creed Rogue Remastered
Ponemos a prueba todas las versiones de consola del remaster de Ubisoft.
Assassin's Creed Rogue, una especie de sucesor del divertido Black Flag, es un título que buena parte de los jugadores ignoró cuando llegó a las tiendas en 2014. Publicado durante aquel extraño impase entre generaciones, Rogue se diseñó para satisfacer a los usuarios de Xbox 360 y PlayStation 3, mientras la saga se centraba en el ambicioso, aunque fallido, Assassin's Creed Unity, con el que la franquicia de Ubisoft debutaba en PlayStation 4 y Xbox One. Rogue no merecía esa consideración de título secundario, porque era un gran juego con muchas cosas a destacar a nivel visual. Con el lanzamiento esta semana de su remasterización, ahora por fin tendrá la oportunidad de brillar tal y como merece.
La pregunta que os estaréis haciendo la mayoría es hasta qué punto se ha remasterizado el juego. Según el departamento de comunicación de Ubisoft, Rogue Remastered posee "gráficos mejorados con renderizado ampliado de los escenarios, un aumento de la resolución de las sombras, multitudes más densas y más". Lo cierto es que tras jugar a las primeras horas de la aventura en PlayStation 4, Xbox One y en las revisiones de las consolas de Microsoft y Sony nos quedó claro que no estamos ante un simple caso de aumento de resolución y nada más. No olvidemos que Rogue tiene evidentes lazos con Black Flag, un título cross-gen que recibió mejoras en PlayStation 4 y Xbox One, las cuales se trasladan también a la remasterización de Rogue.
Sin embargo, existen evidencias que apuntan a que Ubisoft ha tratado de ir un poco más allá con el motor de Black Flag. Para empezar, tanto el modelo estándar de PlayStation 4 como el de Xbox One funcionan a 1080p, cuando en Black Flag la consola de Microsoft lo hacía a 900p. La única diferencia entre estas dos consolas está en la calidad del anti-aliasing, ya que la Xbox One estándar produce una imagen un poco más tosca pese a tener la misma resolución. La situación es similar en las máquinas mejoradas: tanto Xbox One X como PlayStation 4 Pro ofrecen 4K nativo, multiplicando por cuatro la resolución de las consolas estándar, pero en X los bordes son un poco menos refinados. En todos los casos la mejora en la calidad de imagen respecto a la anterior generación es notable, especialmente viniendo de la resolución de 1200x688 de Xbox 360.
Muchas de las otras mejoras que introduce la remasterización ya estaban presentes en la versión para PC de Assassin's Creed Rogue. En comparación con Xbox 360, por ejemplo, tienes una representación mucho mejor de humo, y los efectos de partículas son equivalentes a la versión de PC con el detalle al máximo. Además, se ha mejorado la calidad de las texturas, haciendo que la edición remasterizada posee mapas de la misma resolución que el PC al máximo. Vale la pena destacar que, pese a ser un juego relativamente antiguo, sus texturas han aguantado el paso del tiempo sorprendentemente bien, incluso cuando se muestran a 4K en las consolas más potentes.
También hay otros pequeños cambios, como un incremento en la cantidad de NPCs, pero en términos de diseño visual queda claro que estamos ante un gran salto respecto a las versiones de la anterior generación. Incluso los efectos volumétricos, como rayos de luz, mejoran enormemente en la remasterización, comparados con su sencillo aspecto en Xbox 360. También se va más allá y se introducen cambios respecto al PC: los shaders de los reflejos ahora muestran un gaussian blur que contrasta con el impoluto resultado que tenían en Xbox 360 y PC con el detalle al máximo. Es una implementación distinta, y aunque el efecto en la remasterización parece borroso, en realidad hace un trabajo mejor a la hora de simular la refracción de la luz en la superficie del océano.
En lo que respecta a la geometría -detalle de los modelados y pop-in del terreno- pocas cosas cambian respecto a la antigua versión de PC con el detalle al máximo, y por lo general diríamos que son iguales. Sin embargo hay algunos pequeños retoques, con la remasterización ofreciendo un LOD más amplio del entorno y una mayor distancia de dibujado del follaje. Hay también ejemplos de cambios en la densidad de los bosques, pero la experiencia general sigue siendo comparable a la vieja versión de PC.
Dicho todo esto, no necesitas tener una potente Xbox One X o PlayStation 4 Pro para disfrutar de las mejores características del juego, porque todas están presentes de forma correcta en las consolas estándar, simplemente renderizándose a 1080p. Rogue se escala bien a 4K nativo, donde destacan especialmente las batallas navales: combinando las físicas del oleaje, los efectos de humo y la iluminación volumétrica el resultado es fantástico en Ultra HD.
En general todas las versiones poseen las mismas características visuales, aunque hay un par de excepciones. Aparte de añadir renderizado a 4K, las sombras dinámicas mejoran notablemente en Xbox One X, ofreciendo resultados más nítidos y de mayor resolución que los vistos en la versión original de PC. PlayStation 4 Pro es equivalente a la versión de PlayStation 4 estándar en este sentido, mientras que en Xbox One se reduce la calidad. La segunda mejora se encuentra en el uso de un mapeado de reflejos más nítido en PlayStation 4 Pro y Xbox One X; una vez más se trata de un cambio que no es radical, pero que sí produce una imagen más detallada en las consolas más potentes.
¿Y el rendimiento? La mala noticia es que no hay 60FPS. La buena es que todas las versiones ofrecen 30FPS de frame-rate estable como una roca, en la línea de las versiones originales de Black Flag para PlayStation 4 y Xbox One de 2013. Esto supone una notable mejora respecto a Xbox 360 y PlayStation 3, las cuales funcionaban sin bloqueo de frame-rate y oscilaban entre 20FPS y 40FPS. Más allá de darnos una idea del overhead de cada consola, esta no era la mejor solución posible: el frame-time era errático y el nuevo bloqueo de 30FPS que introduce la remasterización hace que el movimiento sea siempre suave en las actuales máquinas de Microsoft y Sony.
Es una lástima que esta remasterización no haya podido añadir los siempre deseables 60FPS, pero eso hubiese requerido una significativa cantidad de trabajo de ingeniería en un motor que siempre ha sido muy exigente con la CPU. De todas formas, lo que tenemos aquí es lo que cabría esperar de la remasterización de un Assassin's Creed de la anterior generación, siendo incluso mejor que lo visto en la Ezio Collection. Resumiendo, Assassin's Creed Rogue Remastered es un port mejorado de la edición original de PC, con la cual nos divertimos mucho en su momento. Es una buena forma de revisitar un título que muchos jugadores ignoraron en 2014, y con el agradable añadido de, además, poder disfrutarse a 4K con las consolas mejoradas de Microsoft y Sony.
Traducción por Josep Maria Sempere.