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Análisis de la Nintendo 2DS

Otra dimensión.

Es indicativo de lo mucho que ha cambiado el mercado de las portátiles en los últimos años que el sorprendente anuncio de la 2DS por parte de Nintendo fuese recibido con escepticismo y escarnio por parte del público general. Tiempo atrás, el lanzamiento de un nuevo hardware por parte de la veterana empresa de Kyoto resultaba irresistible para cualquiera que hubiese jugado al Tetris o a Pokémon en una Game Boy monocolor, pero actualmente el mercado que Nintendo dominaba con puño de hierro recibe ataques por todos los frentes. La 3DS ha demostrado sobradamente su valía con algunos juegos excelentes en 2013, pero en términos puramente comerciales no es la sucesora de la DS (todavía la consola más vendida del mundo) que quería la compañía japonesa. Muchos jugadores están dejando las consolas portátiles en favor de dispositivos convergentes como los smartphones o las tablets, y los beneficios de la App Store o de Google Play ahora eclipsan las del software para las portátiles tradicionales.

Quizás por eso resulta poco sorprendente que muchos hayan dado la espalda al propio concepto de la 2DS. Eliminando el punto diferencial que hacía a la 3DS única frente a sus rivales - el 3D estereoscópico sin gafas - Nintendo básicamente admite que la consola se vendió desde el principio con un gimmick innecesario. De hecho, quizás el gigante nipón considere que depender de las 3D sea una de las razones por las que la 3DS tuvo problemas al principio para emular el éxito de su antecesora, por culpa de aquellas noticias en los medios generalistas más amarillos sobre el daño que podían hacer en los ojos de los usuarios más pequeños. Fabricar una consola que parece estar vetada a los usuarios con menos de siete años puede no haber sido la estrategia de marketing más acertada, pero Nintendo al menos parece haber aprendido de sus errores, y esa es una de las principales razones de la existencia de la 2DS.

Desde un punto de vista de diseño, la 2DS es una curiosa mezcla de aspectos positivos y positivos. En el modelo blanco que hemos probado, la luz del LED de encendido y de la Wi-Fi se filtra por la carcasa, dejando claro que la estética no era la principal prioridad con esta máquina. Su peculiar forma ha hecho que en internet se compare con una cuña de queso, y la proliferación del plástico como material para su construcción hace que parezca más un juguete para niños que un dispositivo puntero y atractivo.

Esto, claro, es intencional por parte de Nintendo: la 2DS no es un sistema dirigido a esa gente que ves por la calle con un iPad Mini, sino una consola similar a la Game Boy o la Game Boy Advance originales, un hardware destinado a niños que puede aguantar el trote habitual que dan los críos a cualquier cacharro. Abandonando el famoso formato con bisagra en favor de una forma tipo tableta, la 2DS tiene otra ventaja para los usuarios más patosos: sin ese crítico punto débil es mucho más difícil que la consola se rompa si se te cae al suelo o si accidentalmente te sientas encima de ella.

Muchos usuarios tanto de la 3DS original como del modelo XL se han quejado de que ambas consolas tienden a provocar un ligero dolor en las manos al jugar durante un periodo de tiempo prolongado. Con su nueva disposición de la interfaz, la 2DS soluciona este problema en cierta medida. Todo se ha movido hacia arriba, con los pads y los botones ahora en los lados de la pantalla superior en vez de debajo. Esto, junto con unos bordes más redondeados que hace más sencillo alcanzar los botones L y R, hace que la nueva máquina sea mucho más cómoda. Unas horas jugando con Super Street Fighter IV: 3D Edition son todo lo que necesitas para convencerte de ello: al estar tus manos sobre la parte superior de la consola no sólo se asegura un mejor agarre, sino que también parece menos pesada. Pero no todo es positivo: al usar el d-pad en la 3DS a veces era difícil usar los gatillos, y en la 2DS ese problema se agrava, con lo cual el circle pad se convertirá en tu interfaz direccional principal.

Como ya sabemos todos, la 2DS es básicamente una 3DS con el slider 3D situado en cero - que es como lo tienen muchos de los actuales usuarios de la consola igualmente. Las pantallas tienen el mismo tamaño que las del modelo original de 3DS, así que si piensas dar el salto desde una XL puedes encontrarte ante una decepción. La pantalla inferior vuelve a utilizar tecnología resistiva en vez de capacitiva, como la que usan prácticamente todos los móviles, tabletas o incluso PS Vita. Quizás era un poco iluso pensar que Nintendo mejoraría la pantalla - especialmente si uno de los objetivos con 2DS es abaratar los costes de fabricación - pero igualmente resulta raro ver un hardware en pleno año 2013 con una pantalla táctil tan arcaica.

Aunque las pantallas ofrecen la misma nitidez y brillo que la 3DS original, el sonido es un tema muy diferente. La 3DS tenía unos fantásticos altavoces capaces de producir algunos trucos sonoros bastante efectivos, pero en la 2DS la salida se reduce a mono. No sólo pierdes esos atractivos efectos sonoros, sino que la calidad del altavoz también es dudosa, porque el volumen no es especialmente alto (algo que tiene en común con la 3DS XL) y encima cuando está al máximo tiene una notable distorsión. Al menos el sonido stereo está disponible si usas unos auriculares.

Examinando su interior encontramos una batería de 1300mAh, exactamente la misma que venía de serie con el primer modelo de 3DS. Teniendo en cuenta la ausencia de 3D, la 2DS tiene más o menos la misma autonomía que la 3DS original con la pantalla estereoscópica en modo 2D - alrededor de las cinco horas por carga (eso con software 3DS, los juegos de DS son menos exigentes con el hardware y en consecuencia más amigables con la batería). Nintendo, por cierto, ha vuelto a incluir el cargador de corriente en el paquete, tras eliminarlo del packaging de la 3DS XL.

"Al no tener 3D la 2DS tiene más o menos la misma autonomía que una 3DS original con la pantalla estereoscópica en modo 2D: alrededor de las cinco horas por carga."

Sobre el software, el mensaje con la 2DS es simple: funcionan todos tus juegos de 3DS y DS sin ningún tipo de problema. La conectividad con la eShop de 3DS implica que también están disponibles los juegos descargables (los cuales se guardan en la tarjeta de 4GB incluida con la consola), así como los títulos retro de la Consola Virtual, con juegos de Game Boy y NES.

Esto significa que el usuario final de 2DS tiene acceso a una ingente biblioteca de buenos juegos desde el primer día: la 3DS finalmente está destacando gracias a títulos como Luigi's Mansion 2, Animal Crossing: New Leaf o Pokemon X & Y (este último publicado el mismo día en que se pone a la venta la 2DS). Si ya tiene una 3DS puedes transferir tus compras de la eShop a la 2DS gracias a la función de transferencia de sistema, porque Nintendo sigue sin tener una mecánica basada en cuentas y tus compras quedan ligadas al hardware.

Aunque la 2DS usa la misma interfaz que las 3DS, no es idéntica. Un menú rápido de opciones está siempre disponible en la parte superior izquierda de la pantalla principal, donde puedes ajustar el brillo de la pantalla o activar y desactivar la conexión Wi-Fi.

Nintendo 2DS: El veredicto de Digital Foundry

La falta de 3D, el diseño para niños y un precio barato sugiere que la 2DS no está dirigida a jugadores habituales o a los actuales usuarios de 3DS: es una consola de nivel de entrada que permite a los críos más pequeños jugar a Pokémon estas Navidades. Desde un punto de vista técnico hay elementos ciertamente decepcionantes: la pantalla resistiva está desfasada, el altavoz mono no hace justicia al fantástico apartado sonoro de muchos juegos de 3DS y la autonomía de la batería no es tan buena como cabría esperar, pero todas estas pegas deben valorarse teniendo en cuenta su inferior precio, diseño y público objetivo.

Los neófitos que quieran probar las bondades de Pokémon X & Y - un juego que, quizás de forma intencional, hace un uso limitado de las 3D - encontrarán en la 2DS una buena forma de iniciarse en el mundo de las portátiles de Nintendo. Quizás no es lo que esperaban o deseaban los fans, pero abriendo la 3DS a un mercado todavía más grande esta nueva máquina puede acabar resultando una pieza esencial en la estrategia de Nintendo.

Traducción por Josep Maria Sempere.

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