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Avance de DiRT Rally

Vuelta a los orígenes.

DiRT Rally es uno de esos ejercicios que no vemos demasiado a menudo: una vuelta a los orígenes sin concesiones, de esas que parecen que han olvidado a los estudios de mercado y a esas fórmulas tópicas que hoy en día son las que marcan qué juego puede funcionar.

La saga DiRT había tirado por ese camino. En sus últimas entregas veíamos a grandes superestrellas del mundo de las carreras y de los deportes extremos -que tampoco pintaban demasiado ahí, pero vendían- que nos guiaban por una experiencia que parecía diseñada para agradar a todos. Teníamos pruebas de rally, de derrape, carreras urbanas, circuitos cerrados, circuitos abiertos, barro, música electrónica y una fabulosa caravana que servía de centro de operaciones. Y muchos tiempos de carga. Eran juegos que parecían pensados para gustar a todo el mundo, como decía, pero que, al final, no acababa de complacer del todo a cada uno de los muchos tipos de usuarios a los que quería llegar.

Codemasters vuelve con una propuesta totalmente distinta. Parece casi como si ellos mismos sufriesen nostalgia de esa época dorada que vivieron con los Colin McRae, esa época en la que hacían un juego y lo hacían muy bien. Hacían lo que les gustaba. DiRT Rally es eso: un juego de rally como los de antes, directo y difícil. Siempre corres solo por caminos estrechos y peligrosos a velocidades imposibles y compites contra los tiempos de los demás pilotos. Si eso es lo que buscas te encantará; si buscas algo más arcade éste no es tu juego.

Lo primero que sorprende es lo directo que es. Empiezas, compras un coche y empiezas la etapa. Nadie te tiene que explicar por qué estás ahí ni por qué quieres correr rallies: si te has comprado el juego tú ya lo sabes. Ni Ken Block ni mandangas: tú y tu copiloto. Cada carrera, y suelen durar unos cinco minutos, se compone de varios tramos. Tu compañero de viaje te indica sin contemplaciones qué curvas vienen y debes prestar atención al estado del terreno. Es habitual correr por carreteras heladas, por caminos embarrados o por tramos asfaltados y la conducción se ve seriamente afectada por las condiciones del camino.

Antes de pisar el acelerador es conveniente pasar por el menú de opciones y fijarte en las ayudas. Tenemos la posibilidad de decidir si queremos transmisión automática o manual y asistencia en ABS, control de tracción, control de estabilidad... cuanta menos asistencia quieras más créditos ganarás por carrera pero también más complicado es completar las etapas. DiRT Rally no premia la velocidad, premia la habilidad. Es importante saber cuándo acelerar pero también cuándo frenar, por dónde atajar la curva y cuándo tirar del freno de mano. Un pequeño desliz puede desestabilizar tu vehículo tras 15 minutos de prueba y tirarlo por un barranco: según cómo caigas tu coche se romperá y quedas descalificado. Más o menos a mitad de cada prueba te dejan reparar el vehículo, pero eso consume tiempo y tienes que decidir si prefieres arriesgar o seguir tal y como estás. Tienes la posibilidad, eso sí, de contratar a un equipo de ingenieros que cobrará su sueldo y que según sean mejores o peores repararán tu coche a mayor o menor velocidad. Esos ingenieros también son capaces de ir investigando tu vehículo y proponerte mejoras a lo largo del tiempo para que puedas dominarlo al máximo.

Cuando empezamos a jugar tenemos solo tenemos dinero para comprar o un Mini o un Lancia de los años 60, pero si ganamos carreras y créditos podremos llegar a comprar cualquiera de los 17 vehículos que hay, de momento, en esta versión de Early Access. Codemasters promete lanzar regularmente nuevas actualizaciones con más escenarios -ahora tenemos Gales, Grecia y Monte Carlo-, vehículos y modos de juego -además del Campeonato y Pruebas Online que tenemos ahora- y sin coste adicional si has pagado los 27€ que cuesta el juego.

Es posible jugar con teclado y ratón, volante o mando, y funciona adecuadamente con todos los sistemas de control. De hecho la jugabilidad es estupenda; al principio, como en cualquier buen juego de rally, te parecerá extremadamente difícil. No hay rebobinado, así que maldecirás esos acelerones ansiosos que te sacan de la pista y te obligan a reiniciar, y chocas más de la cuenta. También tienes que decidir con qué cámara conducir, si exteriores o interiores. Pero poco a poco te acostumbras a su ritmo, y aprendes a acelerar y a frenar cuando toca, y a ver cómo afecta el estado de la carretera a tu conducción. DiRT Rally exige un nivel de concentración extremo y eso no hace más que recordarnos a esos juegos geniales como Richard Burns Rally. Es exigente pero, a la vez, sientes que recompensa tu esfuerzo. Y pocos juegos, hoy en día, pueden decir lo mismo.

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DiRT Rally está en Early Access solo para PC pero los desarrolladores ya han comentado que piensan en versiones para consolas cuando el desarrollo esté más avanzado. Es un Early Access muy sólido y estable que podría pasar por un juego completo, aunque en Codemasters aseguran que todavía tienen mucho por hacer y que escucharán a los fans a la hora de decidir sus próximos pasos.

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