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Disciples III: Renaissance

A galope entre el bien y el mal.

Entrando en la jugabilidad no encontramos con el punto que realmente puede decidir la compra del juego, por lo que yo no iría a mirar la nota final sin leérmelo antes. Principalmente son dos grandes fuerzas opuestas, por una, la magia de los juegos de estrategia por turnos (como el de uno que ya sabéis por mí) hace que te enganches enseguida a ir saltando turnos en querer explorar más mapa, hacer más batallas para que tu héroe suba de nivel o tus unidades suban a una nueva categoría, o ir acumulando recursos para hacer las mejoras que permitan esas mismas nuevas categorías. Pero por otro lado, la mecánica es bastante repetitiva: hay suficientes enemigos en el mapa como para que puedas hacer casi un combate por turno, por lo que todo el rato es mover-combate-fin de turno; mover-combate-fin de turno... El hecho de que las partidas sean muy largas sólo hace que multiplicar esta sensación, por lo bueno y por lo malo, y es que mi media oscilaba entre las 6, 7 u 8 horas por misión (con 19 misiones en la campaña... a ver esas mates), aunque hay que decir que normalmente buscaba todos los rincones del mapa. Personalmente, yo disfruté las partidas avanzadas, algo que no hace falta hacer con la campaña porque hay disponibles mapas individuales, pero hay que tener claro qué tipo de jugadores somos para saber si esto es lo nuestro o no.

Otro punto que personalmente encuentro negativo es la falta de esos pequeños detalles que hacen de los grandes juegos lo que son. El juego tiene muchos puntos que podrían haberse hecho mejor, como por ejemplo, la resurrección de unidades (sobre todo la de los héroes) se hace de formas muy específicas y que no siempre tenemos disponibles. Otro detalle es que, al construir edificios que hacen que las unidades suban de categoría, no podemos hacer que las mismas unidades evolucionen en categorías distintas, algo que le daría un componente estratégico mucho más elaborado (por ejemplo, podrías tener sólo un guerrero preparado para recibir daño y los demás para infligirlo, o traerte un sanador para curar una sola unidad y otra para curarlas a todas). Y como detalle final negativo (¡cuidado roleros y estadistas!), a pesar de que mis amigos me conocen por tener mala suerte con las tiradas... lo de este juego no tiene explicación. Por muy buenas que sean nuestras unidades, nunca hacen tantos críticos ni tantas esquivas como la máquina, y os aseguro que se hacen muchas batallas con y contra todo tipo de unidades, así que no encuentro más explicación que la más obvia.

Y luego tenemos los problemas técnicos y los bugs. Para empezar, el juego tiene unos tiempos de carga para mí excesivamente largos para lo que da y debería dar, y también sucede que algunas veces se pone a cargar en medio de la partida sin motivo aparente. El peor bug del juego está relacionado con el equipo de los héroes, ya que cuando se acumulan demasiados objetos no podemos venderlos porque la barra de desplazamiento de la ventana del mercader no avanza, e ignora nuestros intentos de reordenar el equipo (que tampoco es fácil de hacer). Otro bug es que, a veces, las unidades quedan heridas al subir de categoría cuando nunca han recibido daño en ese combate. Y finalmente algunos otros pequeños bugs que harían que éste análisis fuera una página más largo.

El juego está doblado (y está bien doblado) pero, la verdad, desactivé los comentarios de las unidades. Al haber tantos combates y tan poca variedad de frases, uno se acaba agobiando de oír siempre la misma frase supuestamente heroica de nuestras tropas. Tampoco es que los dobladores hayan podido lucirse con su trabajo, ya que sólo hay cinemáticas a principio de cada campaña, y dentro de las misiones la historia se explica con unos tristes pop-ups que están más que anticuados.

En resumen, un sistema de juego con gran potencial (a los que amen más el rol que la estrategia pura les gustará más que el de HoM&M) y que se deja jugar, pero los pequeños detalles que lo convertirían en un gran juego, la historia que lo haría ser un juego respetable, y la robustez técnica para que sea un juego aceptable, brillan por su ausencia.

6 / 10

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