Epic Mickey
El club de los olvidados.
Además de las habilidades clásicas de salto y ataque - que por cierto, están resueltas con un control que responde muy bien - la principal arma de nuestro protagonista es un pincel que le permite lanzar chorros de pintura y disolvente, y que se convierte en el corazón jugable de este título. Con esta herramienta podemos borrar partes del escenario o hacer que vuelvan a aparecer. Por ejemplo, si no llegamos a una zona determinada, quizás si echamos un chorro de pintura aparezca una plataforma, o también puede ser que aquel ítem que necesitamos esté oculto tras una pared sospechosa que debemos borrar. Así es como funciona el pincel y la verdad es que lo utilizaremos constantemente durante toda la aventura; también para enfrentarnos a nuestros enemigos, a los cuales podremos borrar del mapa o convertir en buenos, algo que como veremos a continuación tiene una gran importancia en el juego.
El tema de las decisiones y las consecuencias es bastante habitual en muchos títulos actuales, sin embargo pocas veces lo habíamos visto reflejado en un juego de plataformas. Básicamente, podemos afrontar nuestras acciones de dos formas diferentes, siendo buenos o siendo traviesos (no malos como han dicho muchos). Esto significa que la mayoría de situaciones del juego nos ofrecen siempre dos caminos y es decisión nuestra decidir cuál tomar, cosa que no cambia un ápice el desarrollo de la aventura ni su final, pero que hace que jugar sea un poco diferente. Los enemigos finales son un buen ejemplo, una vez frente a ellos depende del jugador si redimirlos y que se conviertan en aliados o borrarlos del mapa -literalmente. La forma de acabar con ellos será diferente y las consecuencias que esto pueda tener después también. En este sentido una de las escenas más brillantes es el combate contra el capitán Garfio animatrónico, un encuentro que se resuelve de forma muy distinta dependiendo de cómo decidamos afrontarlo; una escena que en conjunción con el uso del pincel deviene en un momento absolutamente brillante, para el recuerdo. Lástima que estos momentos no abunden mucho más.
A nivel jugable otro aspecto importante del título son las pantallas de proyección, es mediante ellas que accedemos a los diferentes mundos del juego y lo que nos proponen es entrar dentro de las películas clásicas de Mickey y Oswald para jugar en ellas como si se tratara de un plataformas en 2D de los de toda la vida. Si el juego en sí ya es un sinfín de referencias estos niveles lo son todavía más, de todas maneras hay que lamentar el hecho de que a veces nos tocará recorrerlos muchas más veces de lo deseado para acceder de un lugar a otro, cosa que puede acabar siendo pesada.
Llegados a este punto toca hablar del aspecto que más destaca de Epic Mickey, su envoltorio visual y sonoro. Realmente nos encontramos ante una maravilla. A nivel artístico el trabajo realizado por Junction Point para crear esta Disneylandia alternativa es colosal. La geometría que imita el expresionismo alemán de la época, el interior de las casas que podemos visitar, el diseño de personajes, las referencias continuas al merchandising, a personajes olvidados... El Páramo es como un gran museo tétrico de Disney, y en este sentido el juego es arriegado, valiente y muy innovador. A su vez, técnicamente es soberbio, saca un gran partido de Wii y sin ninguna duda es uno de los juegos más espectaculares de esta consola. Exactamente lo mismo pasa con una banda sonora espléndida, llena de melodías nostálgicas pero también de marchas épicas para los momentos más aventureros. Visual y sonoramente subyace un trabajo documental de órdago y un mimo exquisito que nos acompaña las 15-20 horas que puede durarnos la aventura.
En definitiva, Epic Mickey ha sido una muy grata sorpresa dentro del catálogo de Wii. Lástima de un tramo final muy poco inspirado y de los problemas en la estructuración de niveles que nos obligan a recorrer muchas veces determinadas secciones, pero más allá de esto lo que nos queda es una gran aventura. Es curioso, es uno de los títulos más tristes y deprimentes que he jugado en la vida pero es precisamente esta ambientación tan bien lograda y tan cargada de sensibilidad lo que lo convierte en un gran título. Epic Mickey será fácilmente incomprendido por aquellos que no sientan mucha atracción por los dibujos animados clásicos, en este sentido no es un juego para todo el mundo. Sin embargo, tal como hizo Chaplin con Buster Keaton, yo os animo a poneros en la piel de Mickey y le deis una oportunidad al bueno de Oswald, no os defraudará.