Análisis de Donkey Kong Country Returns 3D
Cariño, he encogido al simio.
Teniendo un perfil bastante técnico no es extraño que sienta auténtico entusiasmo por complejos temas de hardware como la miniaturización, el proceso que tiene como objetivo la reducción de tamaño de los dispositivos electrónicos (vale, quizás El Chip Prodigioso también tenga algo que ver en eso). En lo que pocas veces pienso, sin embargo, es que ese proceso es también aplicable en cierto modo al desarrollo de software, con resultados igualmente fascinantes. Todo esto lo digo porque Donkey Kong Country Returns 3D es, quizás, uno de los mejores ejemplos de ello que he visto últimamente: lo nuevo de Nintendo es una conversión tremendamente fiel de un videojuego de sobremesa a una portátil bastante menos potente. O, por llamarlo de otra manera, un Donkey Kong Country Returns en miniatura.
Eso no implica que no haya novedades, porque las hay y de cierto calado. La primera es el nuevo modo de dificultad fácil, que en realidad acaba resultando mucho menos polémico de lo que pensábamos: por un lado porque su introducción no excluye la presencia del modo original (un rara avis tremendamente estricto con el jugador) y por otro porque aún añadiendo un corazón extra y algunos ítems de ayuda (un globo verde para sobrevivir a caídas al vacío o un protector para aguantar un golpe más al ir en una vagoneta) DKCR3D sigue suponiendo un reto considerable. La segunda novedad es un nuevo mundo que se desbloquea al terminar la aventura principal, en el que encontramos ocho niveles bastante exigentes con un diseño que tiene poco que envidiar al de los originales creados por Retro Studios.
Las dos grandes novedades de la versión para 3DS son un modo de dificultad más fácil (aunque para nada 'casual') y un nuevo mundo con ocho niveles adicionales.
Curiosamente, además, la adaptación a 3DS resuelve una de las pocas pegas que le pusimos al juego de Wii. En su momento no nos acabó de convencer la implementación algo forzada del control gestual del WiiMote (para rodar o aporrear el suelo, por ejemplo), algo que desaparece por completo en esta versión: el manejo se realiza con el esquema tradicional con botones, e incluso puedes escoger entre utilizar el stick analógico o la cruceta digital según tus preferencias. El resultado es un control bastante más preciso en determinados movimientos, algo que se agradece muchísimo en las fases menos permisivas con los errores.
Y en términos puramente técnicos Donkey Kong Country Returns también se adapta a la portátil de Nintendo mucho mejor de lo que podrías imaginar. A simple vista los gráficos nos son muy diferentes a los de Wii, pero lo que verdaderamente mejora de forma exponencial es el efecto de profundidad, muy presente a lo largo de toda la aventura: ya en el primer nivel los diseñadores juegan con diferentes planos que aprovechan muy bien el efecto tridimensional de 3DS, pero más adelante pueden llegar a ser espectaculares (como en la fase de las olas hostiles del segundo mundo). Aún así, es obvio que se han hecho ciertas concesiones inevitables con el paso a una plataforma inferior: los suaves 60FPS del original dejan paso a unos 30FPS estables pero menos fluidos, desaparecen algunos detalles gráficos puntuales - como las simpáticas animaciones de los monos cuando los dejas quietos unos segundos - y la baja resolución provoca la aparición de bastantes jaggies.
En 2010 dijimos de Donkey Kong Country Returns que era uno de los mejores plataformas de los últimos tiempos. Hoy, afortunadamente, podemos seguir diciendo lo mismo aplicado a su versión de bolsillo.
Realmente son las únicas pegas que se le pueden poner a un port que en todo lo demás resulta modélico, y en el que incluso se implementa el accesorio modo cooperativo local (el cual requiere, eso sí, dos cartuchos). Esta adaptación a la portátil no sólo no ha perdido casi nada en el camino, lo cual ya es un logro en si mismo, sino que conserva a la perfección los elementos más importantes de su predecesor: el sublime diseño de niveles, la jugabilidad medida al milímetro y el amor y veneración por el Donkey Kong Country que en 1994 se sacó de la manga una entonces brillante Rare.
Donkey Kong Country Returns 3D no es sólo uno de los mejores títulos del catálogo de Nintendo 3DS, sino también la demostración palpable de que un gran diseño jugable puede ser imperecedero. Monster Games ha hecho, sin duda, un estupendo trabajo miniaturizando el juego de Wii, pero es la inspirada base desarrollada por Retro Studios la que se mantiene tan excitante y fresca en pleno 2013 como en su lanzamiento original de 2010. Entonces dijimos que DKCR era uno de los mejores plataformas de los últimos tiempos; hoy, afortunadamente, podemos seguir diciendo lo mismo aplicado a su versión de bolsillo.