Dragon Age: Origins
Nuestras sensaciones tras jugarlo en consola.
El número de personajes que podremos controlar al mismo tiempo es de hasta de cuatro miembros y para cambiar entre ellos utilizamos el botón LB. En el otro extremo, el RB nos servirá para acceder a nuestro status y ver cosas como los objetivos que nos faltan por completar, cuánto nos queda para subir de nivel, etc. Finalmente, el gatillo derecho será el que propiamente marque más diferencias con respecto al control en PC. Pulsándolo desplegaremos un menú radial que nos mostrará nuestras habilidades, profesiones y conjuros. Algo que seguro que os recuerda a Mass Effect pero que afortunadamente ha evolucionado un poquito, porque –reconozcámoslo– a veces era un poco pesado en la aventura del capitán Shepard. Estos anillos de opciones podrán desplegar a su vez otros sub-menús y así se abarcará la mayoría de acciones que de otra manera nos obligarían a usar la pausa y en consecuencia detener la acción.
Vista la mecánica de control en ambos sistemas queda una gran pregunta por responder: ¿transmiten estos controles unas sensaciones de acción tan brutales como hemos visto en los tráilers? La respuesta es un rotundo sí. Ambos sistemas se muestran ágiles y muestran un timming entre acción y acción bastante dinámico. Nosotros pudimos jugar en nivel de mazmorra donde nos atacaban varios grupos de enemigos y en muchas ocasiones nos daba la sensación de estar ante un juego de acción pero sin que ello supusiera sacrificar ni un ápice del componente rolero. Quizás esto se note más en la versión para consolas, pues controlar a los personajes directamente con el stick es algo mucho más rápido, pero la diferencia es de poca importancia. En cualquier caso, como es lógico todavía necesitamos echarle horas a ambas versiones para acabar de confirmar estas buenas primeras impresiones.
Superada (de momento) la prueba del control la otra gran preocupación por lo que se puede constatar en los foros es que este juego supone el retorno de la BioWare a los mundos medievales de fantasía épica después de estar mucho tiempo alejada. En esto de los videojuegos un lustro es casi una eternidad y la verdad es que ya quedan lejos aquellos magníficos Baldur's Gate y Neverwinter Nights, dos títulos programados por la misma compañía y cuya repercusión todavía hoy sigue notándose. Hace poco, uno de sus guionistas, David Gaider, afirmó que con Dragon Age pretenden recoger el testigo que dejó Baldur's Gate y esto es algo que aunque podría parecer contradictorio, preocupa a muchos jugadores. El listón está muy alto y un retorno al RPG clásico que no estuviera al mismo nivel que esas dos obras maestras seguramente sentaría mal a muchos de sus seguidores. A esto sin embargo, todavía no podemo responderos hasta que no tengamos el juego en nuestras manos.
Lo cierto, es que todavía faltan unos meses para que llegue a las tiendas (aunque no tanto, porque su salida está prevista para el 23 de octubre) y ya se han escrito auténticos ríos de tinta acerca de este título de rol medieval, y que por lo que hemos visto en los tráilers casi que podríamos definir como de “rock medieval”. Es muy curioso que su lanzamiento prácticamente coincida con el de otro juego como es Brütal Legend, un título radicalmente distinto pero que todos sabemos que –para que engañarnos– va dirigido al mismo tipo de público. Tim Schafer tenía razón al vaticinar el “rocktubre”, y es que no cabe duda con estos dos títulos las melenas heavys ondularán con más fuerza que nunca en esto del ocio electrónico.
Dragon Age: Origins saldrá a la venta para PC, Xbox 360 y PS3 el próximo 23 de octubre.