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Avance de Dragon Quest Builders

La batidora.

Soy consciente de que hay pocos recursos más sobados por parte de la prensa de videojuegos que utilizar la fórmula "es una mezcla entre A y B" para definir rápidamente y de forma inequívoca determinados títulos. Y me vais a perdonar, pero supongo que os podíais imaginar que para hablar de Dragon Quest Builders no me queda más remedio que hacer el símil con Dragon Quest meets Minecraft. Inevitable, pero es que no podría ser una descripción más precisa.

Builders se ambienta tras el final del primer Dragon Quest -un bonito guiño, considerando que este año se celebra el trigésimo aniversario de la saga- en un reino llamado Alefgrado, sumido en una era de oscuridad bajo la tiranía del villano Draconarius, el cual ha arrebatado a sus gentes el don de la creatividad (lo cual los convierte en unos inútiles de mucho cuidado, pero eso es otro tema). Siguiendo la tradición del arquetípico juego de rol japonés, el jugador encarna a un nuevo héroe escogido por los dioses, cuyo objetivo será devolver la paz a un mundo que, como no podría ser de otra manera, se encuentra plagado de monstruos y peligros. Para ello, cuenta con algo que no poseen el resto de habitantes: la capacidad de crear objetos a partir de los diferentes materiales que se pueden extraer de los elementos del escenario.

Quizás la mayor diferencia de Dragon Quest Builders respecto al popular juego de Mojang se encuentre en el factor narrativo. Pese a que la construcción y el crafting pasan a ocupar el principal foco de atención, esta nueva entrega de la franquicia no renuncia a una de sus tradicionales señas de identidad: la historia. Si Minecraft era un lienzo en blanco donde el propio jugador se encargaba de dar significado a su mundo (su tremendo éxito entre los youtubers nace precisamente de ello), Dragon Quest Builders te lleva de la mano explicándote las diferentes mecánicas mientras introduce a los personajes y el mundo, para más adelante hacer avanzar la narrativa al tiempo que te da la libertad total propia de un sandbox para dar rienda suelta a tu imaginación a la hora de dar forma a la ciudad de Merkid.

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La otra diferencia, que salta aún más a la vista, es que Builders es justamente lo que no es Minecraft: un juego bonito. No se puede negar que Notch hizo de la simplicidad gráfica una virtud, pero el mundo que habita Steve palidece al lado del que presenta el juego de Square Enix. Era previsible, claro; Dragon Quest Builders vuelve a tener a Akira Toriyama detrás, lo cual garantiza un estilo visual tan atractivo como carismático, y además utiliza una perspectiva semi-cenital, a lo Legend of Zelda, que ofrece más información espacial y saca mayor partido a los diseños de personajes y escenarios.

Al jugar una hora, un tramo que comprende el tutorial básico del juego, hay muchos detalles de interés por los que pasamos de puntillas, como el sistema de combate (más sencillo que el de un action RPG tradicional) o el componente de supervivencia, con enemigos más poderosos cuando cae la noche y la necesidad de alimentar al héroe para que no desfallezca si pasa hambre. Si estos primeros sesenta minutos son representativos de la totalidad, parece que Builders dará una importancia mucho mayor a la recolección de suministros y la creación de objetos, lo cual es totalmente comprensible dadas las intenciones de este spin-off, pero tampoco olvidará las batallas ni ciertos elementos reconocibles por los fans, como ciertos temas musicales o monstruos icónicos como Dragon y Slime. El control, por cierto, está bastante bien resuelto; evidentemente la gestión del inventario y de las herramientas de creación es más cómoda en Minecraft al usar el teclado y el ratón, pero el DualShock 4 se muestra solvente y, seguramente (de momento solo hemos probado el juego en PS4), se adaptará aún mejor a la pantalla táctil de Vita.

Esta primera demo deja muy buenas sensaciones, aunque es pronto para saber si a largo plazo la curiosa fusión entre sandbox de construcción y narrativa propia de un JRPG aguantará el tipo y no se desinflará pasadas las primeras horas. Sea como fuere, Dragon Quest Builders es un juego a seguir de cerca de cara a su lanzamiento occidental para PlayStation 4 y PlayStation Vita en octubre; lo que inicialmente parecía un título que simplemente se subía sin ningún tipo de descaro al carro del éxito de Minecraft se destapa como una propuesta con ideas interesantes y bastante carisma del que a priori podrías pensar que tiene un título que, a la postre, no puede definirse mejor que como "una mezcla entre A y B".

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