Duke Nukem Forever
Strip teaser.
En ese punto debe esquivar montañas de fichas, cojines (¡SiN!) y mesas de ruleta ("Apuesta siempre por Duke...") para llegar al panel que controla la puerta de metal.
Una vez sano y salvo y con un dispositivo de partículas que le devuelve a su estatura normal, los aliens descienden del techo de cristal. Los despachas tras una lluvia de cartuchos de escopeta pero se llevan a Gemelas Holsom.
Duke, como puedes imaginar, está cabreado. Va gritando "¡No mis chicas! ¡No en mi ciudad!" mientras avanza por el casino (revisitando las zonas por las que has pasado con el coche de juguete) para reunirse con Graves, quien le dice que los aliens se dirigen a la presa Hoover. "Que le den a la presa. ¿A dónde llevan nuestras chicas?"
Las fuerzas EDF te dan un Ripper (la escopeta de tres cañones de Duke Nukem 3D) y una armadura más fuerte ("la armadura fuerte es para maricas", exclama Duke mientras pasa al lado de un soldado con un casco negro y verde que recuerda al del Jefe Maestro).
A partir de aquí la lucha pasa a calles repletas de coches y buses (abandonados, quizás debido a su poco detalle) y acabas enfrentándote al Battlelord, un gigantesco bicho armado con una ametralladora y un mortero.
Tras reducir su barra de vida con RPGs, Duke termina con el Battlelord arrancando su espina dorsal, y después le pega una patada en los testículos. Fundido a negro.
Antes de que nos sentemos a jugar, Randy Pitchford nos explica que está casi terminado, pero que quedan todavía 3500 bugs en la base de datos esperando ser resueltos. A no ser que uno de ellos sea "rediseñar todo el motor gráfico" mucho me temo que ninguno de ellos va a hacer que el juego parezca siquiera moderno.
(Merece la pena mencionar que cuando hablo con él más tarde, Pitchford se cabrea cuando le digo que el juego parece desfasado, y hace una defensa a ultranza de que los gráficos se han hecho así para asegurar que la experiencia es la que 3D Realms quería ofrecer. Dentro de poco publicaremos toda esa entrevista.)
También es posible que la demo jugable que se prometió a los compradores de la edición GOTY de Borderlands sea un arma de doble filo, puesto que dejará claro a los jugadores menos informados que lo que llevábamos 13 años años esperando es un juego anclado en el diseño propio de un crío de 13 años.
El lanzamiento de Duke Nukem Forever no será un momento como el de Half-Life 2 - donde la majestuosidad de la creación de Valve justificó todos los retrasos y promesas incumplidas. Pero aunque sea anticuado, burdo, ridículo y esté plagado de frases ingeniosas, también aparece en el momento adecuado: justo cuando todo el género sigue los pasos de Call of Duty y Halo, la plana dimensión y mentalidad de Duke son un punto de distinción.
Te partirás de risa con sus exagerados comentarios machistas, y quizás entres a algún foro para reírte de los gráficos, pero las ideas anticuadas y referencias que hay en el juego dan una sensación de historia y pertenencia.
Y cuando tu curiosidad por este juego de hace trece años se disipe, lo más probable es que recuerdes la experiencia como algo divertido e incluso con cierto afecto. ¿Y si no? Seguro que a Duke eso le da igual... aunque si volverá otra vez ya es otra historia.