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E3 2013: Watch Dogs se puede convertir en un mix de GTA y Assasin's Creed

Hemos sido afortunados: la demo que nos han puesto se ha vuelto muy loca.

Con Watch Dogs hemos tenido suerte: la presentación a puerta cerrada a la que hemos ido era la última de todo el E3 y los desarrolladores que lo estaban jugando se han vuelto completamente locos. "Tenéis suerte, amigos, vais a ver un montón de cosas que no habíamos enseñado antes".

¿Os acordáis del avance que hicimos hace tiempo? La partida empezaba igual y me temía lo peor, no hay cosa que deteste más que estar encerrado 30 min en una habitación viendo algo que ya conoces perfectamente. Pero al cabo de poco el que tenía el mando de PlayStation 4 ha decidido pasar a la acción. Su compañero, que iba guiando sus acciones con el micro, decía "a él le gusta hacer las cosas con sigilo..." y justo en ese momento ha lanzado un par de cartuchos de dinamita y se ha cargado a unos cuantos enemigos.

Luego se ha montado en un coche y ha comenzado a atropellar peatones y a reírse a carcajada limpia. El contador de puntos negativos iba como loco, "homicidio! -15 puntos. "Homicidio! -15 puntos". Madre mía: a pesar de que Watch Dogs puede jugarse como un título de sigilo en el que eres un justiciero urbano que ayuda a todo el mundo, espía a pervertidos y va controlando partes de la ciudad, como un Assassin's Creed, también se convierte mágicamente en un GTA demencial. Jeff, llamemos así a quien llevaba el mando, ha empezado a disparar a todo quisqui, a cambiar de coche y a conducir por escaleras...

La misión que en teoría nos tenían que enseñar ha quedado relegada a un segundo plano. Era la persecución a un delincuente que había atracado a una pobre señora. Al final lo hemos atrapado tras una persecución en coche, y ha sido bastante épico. Le hemos sacado esas pilonas enterradas en el suelo pero justo cuando estaba encima, y su coche ha salido disparado y se ha empotrado contra un grupo de personas que merodeaban en un parque. Misión cumplida, y like a boss.

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Lo más interesante ha sido, sin embargo, cuando ha aparecido un mensaje en la pantalla en el que nos decían que estábamos siendo hackeados. Era una de las desarrolladoras del juego, que estaba en la habitación de al lado. Nos ha visto en su radar, nos ha buscado y ha decidido robarnos. Entonces se ha iniciado una persecución: nosotros no sabíamos quién era ella ni qué apariencia tenía, así que solo nos podíamos guiar por un círculo en el mapa que indicaba que rondaba por ahí. La mejor forma de descubrirla era fijarse en comportarmientos sospechosos y acceder a cámaras de seguridad: cada vez que pasábamos por encima de alguien salía una crucecita encima que nos indicaba que éste no era el que estábamos buscando. Hasta que la hemos encontrado. Aquí ha empezado una huída en la que nos hemos intercambiado un buen puñado de plomo, nos hemos chocado contra docenas de coches y, al final, una ráfaga letal de metralleta ha evitado que el contador de hackeo llegase al 100%. Victoria.

Lo que esta demo nos ha enseñado es que, a pesar de que los desarrolladores siempre han querido vendernos Watch Dogs como algo muy calmado y pausado puedes, si quieres, convertirlo en algo así como un GTA meets Assassin's Creed. ¿Qué pasa si la lías demasiado? Pues que los peatones te van a reconocer y y van a llamar al 911, y la policía estará mucho más encima. En cambio, si eres bueno, hasta te dejarán pasar algún que otro delito.

Watch Dogs ha pegado un bajón gráfico respecto al vídeo que vimos en el E3 del año pasado, pero sigue siendo uno de los claros candidatos a mejor juego del año. Y ahora sabemos que también tiene sentido del humor.

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