E3: Mafia II

Las armas con las que disparamos son las clásicas de la época. Shotguns, metralletas tipo tommy, pistolas… cada una tiene un efecto distinto en los enemigos, que caen como moscas a nuestro paso. La detección de impactos en su cuerpo parece que también está trabajada.

Pero sin duda lo que más nos impresionó fue lo bien tejidas que están todas las situaciones. Nos recordó extrañamente a un Call of Duty, con bastantes momentos “scriptados”. Es decir, que hay unas cuantas cosas que, mientras jugamos, siempre pasan, y que a nivel narrativo aportan tensión y espectacularidad. Un ejemplo: llegamos hasta una puerta metálica cerrada. Cuando estamos delante empieza a agujerearse mientras la luz del sol penetra en los pequeños rotos que dejan las balas. La puerta se eleva y aparecen unos cuantos malos con metralletas. Es algo que en GTA IV echamos de menos y que creemos que será uno de los puntos más fuertes de Mafia II. El juego no será exactamente un universo abierto; sí que podremos hacer misiones secundarias y vagar por la ciudad, pero la mayoría de las veces tendremos que seguir una línea argumental. Lo aprobamos.

Al fin llegamos al gordo. Mientras lo extorsionamos saca una pistola y dispara a nuestro compañero. Llenos de rabia acabamos con “fat man” y el otro compinche carga a sus espaldas al hombre herido. La vuelta al vehículo es más lenta, tenemos que ir esperando a los demás, que avanzan a duras penas.

La conducción, en coches de época, sigue siendo bastante lenta, pero como punto positivo refleja bastante bien las condiciones climatológicas del escenario. En nuestro caso la calzada estaba llena de nieve y hielo y el coche derrapaba que daba gusto. Nos han prometido que habrá ciclos de día y noche y que la climatología variará. La música de fondo es la de la época. Han licenciado un montón de canciones de esos años. Al final de la carrera nos vemos atrapados entre unos cuantos coches de policía. Tenemos un hombre malherido en el asiento de atrás. Parece que no hay escapatoria. El protagonista frunce el ceño, los maderos nos gritan que bajemos del vehículo. La tensión es máxima… y se acaba la presentación. “Para saber qué pasa luego tendréis que jugarlo”. Maldita sea, sí, lo haremos, que nos quedamos con unas ganas locas de ver qué sigue.