E3: Milo & Kate
Molyneux & Natal.
Milo es el nuevo juego de Lionhead y Peter Molyneux, creador de Fable, Black & White o Dungeon Keeper. Milo es lo que antes se conocía como “Project Dimitri” y que, por problemas legales, ha tenido que cambiar de nombre. Milo es el nombre del hijo de un conocido miembro de la industria —aunque no nos han querido revelar de quién—. Milo existía antes de Natal pero ha nacido gracias a Natal, la nueva tecnología de Microsoft, según nos cuenta su creador. Milo podría ser uno de los juegos más revolucionarios de los últimos años.
Milo, para los que no visteis la conferencia de Microsoft, es un juego en el que nos relacionaremos con un niño virtual utilizando nuestro cuerpo y voz. Nos reconocerá, nos hará preguntas, le podremos explicar cosas, podremos hacer actividades conjuntas…
Molyneux nos contó en una entrevista —que estamos transcribiendo y que también tenemos en vídeo, en breve la publicaremos en exclusiva— que el objetivo de Milo es que el jugador establezca una relación emocional con el personaje que está tras la pantalla. El personaje que vemos en esa ventana a otro mundo. Para ello, en vez de trabajar la inteligencia artificial clásica, se quieren centrar en potenciar la inteligencia emocional. Que reacciones, que te haga enfadar, que, en definitiva, sientas empatía con él.
Y además nos promete que no será como un Tamagotchi. No nos engañemos, es lo que parece a primera vista. Milo tendrá argumento y algún tipo de final. “¿Fable 1 o Fable 2 tiene final?”, nos decía Molyneux. “Pues algo similar”. No quiso entrar en más detalles sobre la trama, pero lo importante es que sabemos que existirá.
Sí, tuvimos la oportunidad de probarlo. Aunque el desarrollo está en una fase tremendamente embrionaria vimos unos cuantos destellos de lo que promete ser. De momento no respondía adecuadamente a las preguntas que le hacíamos pero sí que soltaba observaciones sobre nosotros: “hey, te queda bien esa camiseta verde”. También modificaba, y esto es impresionante, su estado de ánimo en función de nuestro tono de voz y de nuestra comunicación no verbal, como gestos o expresión facial. Es decir, que si le decíamos en tono agresivo “¡ven aquí!” ponía cara de malas pulgas. Y seguramente, a causa del mentado desarrollo en fase embrionaria del producto, no tenía ni idea de qué le estábamos pidiendo.
La forma de relacionarse con el chaval es bien simple: ponernos delante de la TV y hablar y moverse de forma normal. Si por ejemplo nos agachamos y miramos arriba la cámara cambiará de ángulo (sí, como cuando éramos niños e íbamos debajo del televisor para ver si podíamos mirar debajo de la falda de la presentadora). Si nos alejamos de Milo la cámara se aleja también. Incluso con nuestras manos podremos contactar con el personaje.