E3: Splinter Cell Conviction
Adiós al espía discreto de las lucecitas verdes.
- ¿De qué va?: Es la quinta aventura de Sam Fischer el espía "realista" de los videojuegos. Esta vez nuestra misión será puramente personal: vengar la muerte de nuestra hija. Como no podría ser de otra manera, nuestro protagonista estará totalmente fuera de sí y desatará su lado más salvaje.
- Lo que nos gusta: Presenta una acción más directa que puede aportar aire fresco a la saga. Técnicamente es impresionante y el uso de un HUD totalmente integrado en la acción es todo un acierto.
- A mejorar: Un espía tan poco discreto no puede llamarse un espía. Entonces, ¿en qué quedamos? ¿Rambo o 007?
- Nuestro veredicto: ****
Tal como podéis ver en este vídeo, en Ubisoft Montreal tenían grandes esperanzas con la presentación que harían de Splinter Cell Conviction en esta pasada edición del E3. Sin duda, era un paso muy importante para este proyecto, que como Alan Wake lleva en desarrollo varios años y necesitaba desencallarse mostrándose jugable y a pleno rendimiento. Dicho y hecho, la quinta entrega de las aventuras del espía Sam Fischer fue presentada como uno de los platos fuertes de la conferencia de Microsoft y como era de esperar fue largamente aplaudida por los asistentes y más tarde –ya en plena fería– se mostró jugable en uno de sus niveles. Ni tan siquiera la poderosa imagen de Kojima con un gran signo de exclamación a sus espaldas y su anuncio del nuevo Metal Gear Solid para Xbox 360 pudo hacer sombra a un juego que desde ya se ha convertido en uno de los más esperados para los usuarios de esta consola.
No obstante, antes de empezar a hablaros de nuestras primeras impresiones con este juego quisiera hacer una breve analogía entre Sonic y Splinter Cell que creo que puede ser oportuna para analizar lo que se mostró durante el E3. Hablando hace unos meses con nuestro compañero Omar Álvarez sobre el diseño de niveles, me recordó cuán jodidamente bueno era el primer nivel del clásico Sonic The Hedgehog para Megadrive, por el hecho de que era un nivel diseñado para venderte el juego. Y tenía toda la razón. El color, los enemigos, los loopings, la música y todo lo que nos encontramos en aquella mítica fase de Green Hill Zone es puro amor pixelado, y no deja de ser un ejemplo de una práctica bastante habitualque todavía dura hoy en día. Nos referimos al hecho poner todo la artillería en unos primeros niveles impresionantes que hagan que te acabes comprando el juego sí o sí.
Una impresión parecida me quedó después de asistir a la presentación de este Splinter Cell Conviction, y es que la fase mostrada era demasiado buena como para que el juego mantuviese el mismo nivel durante el resto del juego. En apenas cinco minutos veías todas las opciones del juego en un misión espectacular y de gran ritmo, como si hubiera sido pensada más para ser presentada en el E3 que para formar parte del título final. En efecto, de eso tratan las demos, de mostrarte las posibilidades del juego, de hacer que miles de un periodistas como un servidor hablen maravillas de tu producto. En definitiva, de vendértelo.
Todo funciona, todo encaja. Eres Sam Fischer, estás en Malta y ya no trabajas para el gobierno bajo la organización secreta Third Echelon. Tu misión ahora es algo únicamente personal, has de vengar la muerte de tu hija Sarah y eso te lleva tras la pista de un comerciante que se encuentra en esta isla mediterránea. Como habréis ver podido en el último tráiler, la demo empieza en un servicio público, donde nuestro protagonista entrevista –y esto de entrevista es un decir, digamos que saca información– a un matón que podría conocer el paradero del asesino. Sam estampa al personaje contra los cristales y estos se destrozan, contra la pared, el suelo, las puertas del lavabo. Todo se destroza y para nuestra sorpresa no es una escena cinemática, es plenamente jugable.
Esta violencia desmedida, impropia de aquel pulcro espía famoso por sus gafas de visión nocturna, forma parte del espíritu que en Ubisoft quieren darle a esta nueva entrega de la saga. Efectivamente, tras lo visto en Double Agent (la anterior entrega) es bastante improbable que el gobierno de los Estados Unidos quiera volver a contar con nuestros servicios, así que tenemos plena libertad para saltarnos todas las directrices con el objetivo de llevar a cabo nuestro objetivo. Bueno, en esto último sí que coincidirían el nuevo Fischer y sus anteriores jefes, pero eso ya es otro tema. En cualquier caso, la violencia será una de las características propias de Conviction, y se traducirá no en más sangre (que también) sino en unas posibilidades de acción mucho más directas y en un estilo de espionaje mucho más parecido al de una bestia furtiva, que aunque no renunciará a todo tipo de gadgets y técnicas, se nos presentará de forma más brutal.
Tras este sutil interrogatorio llegamos al nivel principal, el de infiltrarse en la mansión. Empieza con un impresionante plano secuencia que recorre las calles de una zona portuaria con bastante actividad nocturna y de ocio. En este primer tramo de calles asombra el nivel de detalle que se ha conseguido, hay quien está sentado tomándose una copa, una pareja mira cariñosamente el mar, un tipo lee el diario, otros pasean; todos estos personajes son simplemente pequeños elementos que no aportan nada a la jugabilidad pero que ayudan a que nos creamos que estamos en un entorno real y con vida propia, y la verdad es que lo logran bastante. Lo primero que haremos entonces (en lugar de disfrutar de la noche como el resto de personajes) es romper el espejo retrovisor del coche para hacernos con un trozo, de momento no sabemos para qué exactamente.