El desarrollador de Deadly Premonition buscará financiación para The Good Life aunque fracase la campaña de Kickstarter
DrinKING.
A falta de diez días para terminar la campaña de Kickstarter y habiendo recaudado la mitad de su objetivo, el segundo intento de Hidetaka "Swery" Suehiro por recaudar fondos para su juego de misterios y asesinatos, The Good Life, puede volver a fracasar. Pero el carismático desarrollador de Deadly Premonition, y Yukio Futatsugi, cocreador, están determinados a desarrollar el juego a pesar de ello.
"Ahora mismo son casi 6000 backers [6257 en el momento de escribir esto], es genial." me contaban ambos vía intérprete en la Reboot Develop 2018. "El problema es que el objetivo es muy alto."
The Good Life necesita algo más de 200.000 euros para alcanzar su objetivo de 511.874 en Kickstarter. Es una cantidad considerable, pero bastante menor al millón y medio de dólares que The Good Life pidió en otoño de 2017. Los juegos de más éxito de Kickstarter, no obstante, suelen estar bastante cerca de su objetivo a estas alturas de la campaña, por lo que Swery y Futatsugi necesitan una buena carrerilla para llegar hasta ahí.
"Por supuesto está la posibilidad de que no alcance el objetivo," aceptan. "Pero incluso entonces, no tenemos intención de detener el proyecto."
Cuando termine la campaña de Kickstarter tienen la intención de llevar The Good Life a Bitsummit, una convención indie de Japón que se celebra del 12 al 13 de mayo. Y no se detendrán ahí. "Encontrarán una forma de financiarlo, de un modo u otro, para terminar ofreciendo el producto a los usuarios."
Mientras hablábamos me mostraron una demo de la preproducción de The Good Life, una demo que Swery está considerando hacer pública. Vi cómo la fotógrafa neoyorquina Naomi exploraba el idílico poblado británico e insultaba a prácticamente cualquiera que se cruzara con ella; tiene la boca bastante suelta y no lo esconde, lo que me sorprendió.
Vi cómo funcionan las típicas tareas de fotografiar, y cómo requieren que seamos astutos. Los sujetos te responden, así que el pastor ese que intentas fotografiar bebiendo en el pub esconderá su pinta cada vez que te vea entrar. Tienes que buscar otra forma. Y del mismo modo el camión robado que intentas fotografiar se moverá y dejará una estela en tu cámara de principiante (puedes comprar equipo nuevo), por lo que deberás buscar una forma de detenerlo. Y si te acercas demasiado a una pareja que se está besuqueando tras unos arbustos, dejarán de hacerlo, y ahí es donde te será muy útil el zoom.
También vi las partes en las que te conviertes en gato, que se nota que es un trabajo más temprano. Cada mes, durante una semana, los habitantes del proclamado como pueblo más feliz del mundo se convierten en perros y gatos, y cuando Naomi lo descubre se da cuenta de que puede llegar a sitios que antes eran inaccesibles. Eso le permite acercarse más a los sujetos que se esconderían en su forma humana, y luego, con su GoPro animal especial, puede hacer fotos.
En movimiento, The Good Life es limpio, claro y, gracias a sus retazos de papiroflexia, muy mono. Es ligeramente engañoso; bajo todo eso hay un misterio sobre un asesinato a lo Twin Peaks, y el lenguaje de Naomi es para adultos.
En otras palabras, The Good Life puede que no sea la experiencia de culto cutrilla por la que Swery se ha hecho un nombre (es, por cierto, muy cuidadoso con los proyectos relacionados con su nombre y en los que ha trabajado pero por los que no se le ha dado crédito, un puñado de juegos japoneses de alto perfil) pero las señas de su inusual marca siguen ahí. Pero hay que tener en cuenta que Swery y su estudio White Owls solo están encargándose de las interacciones en el juego y de su exposición; es el estudio Grounding, de Futatsugi, el que está construyendo The Good Life.
Swery y White Owls, por su parte, están desarrollando The Missing, un misterioso juego para consolas anunciado en febrero y que, aparentemente, saldrá este año.
Traducción por Borja Pavón.