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El Early Access de Hades 2 es solo el principio del viaje, pero ya merece la pena adentrarse en su odisea

Nunca hades tiempo.

A pesar de que era plenamente consciente de que Hades 2 era un acceso anticipado cuando lo compré, creo que no terminé de asimilarlo hasta que me pasé un jefe final y el narrador me prometió que seguiría contando las futuras aventuras de Melínoe “cuando fuera oportuno”. En unas veinte horas a los mandos de Hades 2 nunca había llegado a pensar en el juego como una experiencia incompleta, a la que todavía le quedan meses de desarrollo para quitarse la coletilla del acceso anticipado, porque Supergiant Games ha puesto algo más que los cimientos de una secuela a la altura de uno de los títulos más queridos de 2020.

El primer Hades, un roguelite de acción inspirado en la mitología griega, es uno de esos videojuegos que justifican la existencia del acceso anticipado. Durante los dos años en que pudimos ver las entrañas de su juego cambiar en tiempo real, Supergiant supo encontrar la manera de implicar a la comunidad para ajustar la experiencia desde los cambios menores al equilibrio de las armas hasta la llegada de nuevos biomas, pasando por las expansiones que fueron definiendo a personajes e historia.

Hades 2 nos lleva de nuevo al mundo de los mitos de la Antigua Grecia, pero Zagreo deja el papel protagonista a su hermana Melínoe. Entrenada desde pequeña por la bruja Hécate, que ha mantenido su existencia en secreto, su único objetivo es vencer a su abuelo Cronos, que regresó de su cautiverio para tomar el control del Inframundo. Para poder enfrentarse al mismísimo Titán del Tiempo, Melínoe deberá revelar su misión al Olimpo y buscar los favores de los dioses en su camino de venganza.

La estructura de la secuela es idéntica a la del original, con un bucle jugable que integra de forma perfecta las inevitables muertes de un roguelite a nivel funcional y narrativo. Melínoe se adentra cada noche en el Inframundo para limpiar habitaciones repletas de enemigos, obteniendo favores de los dioses que incrementan sus capacidades de combate para poder enfrentarse a los temibles Guardianes al final de cada bioma. Cuando suframos la muerte regresaremos a las Encrucijadas, en las que tendremos bastante que hacer: los personajes que allí residen (el estratega Odiseo, la poderosa Némesis, el maestro Uesopos…) tendrán diálogos nuevos, podremos desbloquear armas o mejorar nuestras estadísticas y entrenar nuestros movimientos antes de volver a lanzarnos a la aventura.

Hasta aquí, como decía, todo resulta familiar para los jugadores del primer Hades. Las diferencias y novedades están en los pequeños detalles, como por ejemplo el manejo de Melínoe; si Zagreo destacaba por su agilidad y su capacidad para atravesar el escenario de un lado a otro, su hermana cambia el segundo dash por una carrera continua. A cambio tiene más capacidad para controlar masas, gracias a un Hechizo que congela a los enemigos en el sitio durante unos segundos (sustituyendo al ataque arrojadizo del primero), y proporciona opciones de combate más creativas que ayudan a diferenciar aún más las builds a construir.

La magia de Melínoe no es infinita, sino un recurso que debemos gestionar. A la barra de vida se suma una de espíritu que se consume sobre todo al realizar ataques cargados; tanto los ataques normales como especiales, además del propio Hechizo, cuentan con una variante más poderosa que se activa si somos capaces de aguantar unos segundos sin atacar para cargar un movimiento más potente. Hades 2 es, aún más que el primero, un juego que prioriza el control sobre el espacio y la gestión de la distancia a unos enemigos que no dejan de perseguirnos, avasallarnos y lanzarnos proyectiles a cada segundo.

El Espejo del primer juego, en el que podíamos realizar las mejoras permanentes a Zagreo que ponían el “lite” en “roguelite”, ha sido sustituido por un sistema de Arcanos. Cada uno de ellos nos permite obtener nuevas habilidades, pero en este caso tenemos un límite máximo que podemos equipar al mismo tiempo, así que tenemos que tomar decisiones sobre los aspectos a priorizar en lugar de tener un desarrollo totalmente lineal del personaje.

Más allá del combate, Supergiant ha entendido perfectamente lo que quería su público: aún más cosas que hacer entre combate y combate. Esto incluye la posibilidad de plantar semillas que crecerán mientras estamos combatiendo, pero sobre todo más interacciones con sus carismáticas aproximaciones a los mitos. Ahora existen aún más opciones para socializar con los habitantes de las encrucijadas, como por ejemplo bañarnos en las termas o tomarnos una copa, e incluso en una fase tan temprana del desarrollo aún no he logrado agotar los diálogos de los dioses con los que me he encontrado.

Este tipo de interacciones tan bien traídas son las que me han hecho olvidar que Hades 2 aún está en el principio de su viaje. Por aquí y por allá aparecen pequeños indicativos de que el juego está sin terminar, como por ejemplo la ausencia de los retratos de ciertos personajes (el caso específico de un personaje del segundo mundo es particularmente hilarante), sustituidos por placeholders o por dibujos crudos, pero suelen pillar por sorpresa debido a lo pulido que está el resto, tanto a nivel técnico como mecánico.

En este punto del desarrollo Hades 2 ya tiene más zonas que el primer juego completo, pero me ha ganado más la calidad que la cantidad. Sin querer entrar demasiado en detalles para quien prefiera sorprenderse, el segundo jefe final me ha dado uno de los combates más divertidos y satisfactorios que he jugado en un tiempo, con un absoluto mismo a la manera de integrar ambientación, narrativa, referencias mitológicas, rutinas de jefe y mecánicas. Muchos juegos desearían tener un solo encuentro así de bueno; aquí es apenas una previa de lo que está por llegar.

Las primeras fricciones reales tardan algo más en aparecer, en particular asociados a una recogida de recursos que puede hacerse pesada; antes de cada run tenemos que tomar varias decisiones que limitan nuestro posible botín, sumando a veces runs innecesarias. La curva de dificultad también podría revisarse un poco (¡y no estaría mal que las runs fueran un pelín más cortas!), pero no es algo que me preocupe a priori; Supergiant se ha ganado mi confianza con su trabajo en el Early Access de Hades. De hecho, para cuando he escrito esto, el estudio ya ha confirmado que está trabajando en el primer aspecto.

Como decía al principio, tras una veintena de horas me he encontrado con el cartel que me avisa de que ya no puedo avanzar más. Sin embargo, no es ni de lejos el final de mi tiempo con esta versión del acceso anticipado de Hades 2; todavía hay variantes de armas que obtener, mejoras que desbloquear, retos que superar, personajes a los que conocer mejor… Incluso en esta versión hay muchísimo que ver y que hacer; aún quedan meses para que el juego esté terminado, pero cada minuto del viaje está mereciendo la pena.

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