El fin de una era
Con la muerte de Satoru Iwata Nintendo encara un futuro incierto.
Vosotros, al igual que nosotros, probablemente todavía estéis en estado de shock. Puede que sea porque estamos en una industria joven poco - o nada - acostumbrada a lidiar con algo tan triste como es la pérdida de un influyente personaje público, o quizás porque Satoru Iwata era uno de los nombres más reconocibles y queridos del sector, pero la noticia de su fallecimiento el pasado sábado ha caído como un jarro de agua fría en una comunidad en la que hoy no hay bandos separados por marcas. Todo el mundo llora la muerte de uno de los directivos japoneses con mayor reputación y un programador y productor cuyas obras han dejado una marca indeleble en varias generaciones de jugadores.
Iwata nació en la ciudad japonesa de Sapporo el 6 de diciembre de 1959, hijo de un político local que había sido alcalde. Ya en una edad muy temprana empezó a demostrar dotes innatas para la tecnología electrónica, y en sus años de juventud programaba pequeños videojuegos en una simple calculadora. Siendo así no es de extrañar que nada más terminar el instituto fuese aceptado en el Tokyo Institute of Technology, matriculándose en ingeniería informática.
La relación de Iwata con Nintendo comienza incluso antes de que termine sus estudios universitarios, cuando empieza a colaborar con HAL Laboratory como programador freelance. Tras graduarse, ficha de forma definitiva por la second-party de Nintendo en 1983, convirtiéndose en coordinador de producción y trabajando en títulos emblemáticos como Balloon Fight, Pinball o NES Open Tournament Golf. Años más tarde, en 1990, empieza a ejercer como productor, iniciándose con Rollerball, aunque su primer gran éxito es Kirby's Dream Land, un título que programa y produce junto a Masahiro Sakurai. En 1993 recibe el reconocimiento definitivo al ser nombrado presidente de HAL Laboratory y conseguir lo que parecía imposible: sacar a la empresa de la ruina y estabilizar su maltrecho estado financiero.
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"Los videojuegos deben ser solo una cosa. Divertidos. Divertidos para todo el mundo."
Satoru Iwata, GDC 2006
A lo largo de su larga trayectoria en HAL Iwata se labró un status casi de leyenda como programador. Algunas de las anécdotas más recordadas son, por ejemplo, cómo reescribió por completo el desastroso código de Earthbound - un juego que llevaba cinco años en desarrollo y que acabó convirtiéndose en uno de los grandes clásicos de SNES - rescatando el proyecto del development hell, cómo hizo un port del código de los combates de Pokémon Stadium a Nintendo 64 en una semana y sin ni siquiera tener la documentación de referencia o su aportación a Pokémon Oro y Plata, implementando un sistema de compresión que permitió incluir en el cartucho toda la región Kanto, debido a que en Game Freak solo conseguían ajustar el tamaño del código para que cupiese Johto. El último de sus 'milagros' lo llevó a cabo cuando ya había sido ascendido a director de planificación en Nintendo (en el año 2000), dedicando tres semanas a corregir bugs en el Super Smash Bros. Melee de Game Cube. Sin él, jamás hubiese llegado a las tiendas en la fecha prevista.
El 31 de mayo de 2002 Hiroshi Yamauchi, presidente de Nintendo desde 1949 y responsable de su conversión de pequeño fabricante de cartas hanafuda a gigante de la industria del videojuego, anunciaba su retirada y que Satoru Iwata se convertiría en su sucesor al frente de la compañía japonesa. Su nombramiento fue particularmente significativo por dos razones: era el primer presidente de Nintendo que no pertenecía a la familia fundadora y, lo más importante, el primero que procedía de la industria y tenía experiencia en ella - el propio Yamauchi, sin ir más lejos, reconoció públicamente en varias ocasiones que jamás llegó a jugar a ninguno de los videojuegos publicados bajo su mando.
Con Iwata de presidente llegaron algunos de los días más felices de la compañía japonesa. En 2004 se pone a la venta la Nintendo DS, la cual acabaría convirtiéndose en su consola más exitosa con más de 154 millones de unidades vendidas en todo el mundo. No mucho después, en 2006, llega al mercado la Wii, y con casi 102 millones de unidades vendidas Nintendo recupera el trono y lidera la séptima generación de consolas tras el relativo fracaso de GameCube. Ambas máquinas cumplían a rajatabla los principios del Kareta Gijutsu no Suihei Shikō instaurado por Gunpei Yokoi, pero su gran acierto fue buscar un nuevo público que tradicionalmente no estaba ligado al videojuego.
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"En mi tarjeta de visita soy el presidente de una empresa. En mi mente soy un programador de videojuegos. Pero en mi corazón soy un jugador."
Satoru Iwata, GDC 2005
Aunque muchos jugadores hardcore nunca perdonaron ese acercamiento al público generalista (o mal llamado "casual"), Iwata también abrió la compañía para ellos en ciertos aspectos. Alejado del hermetismo tradicional que rodea a los directivos de las compañías japonesas, Iwata disfrutaba dirigiéndose directamente a sus usuarios, ya fuese con los famosos Nintendo Direct o con los Iwata Asks, interesantísimas entrevistas con desarrolladores en las que se desgranaban los secretos de los juegos de Nintendo y se explicaban multitud de anécdotas sobre su proceso creativo y de diseño.
En tiempos más recientes, sin embargo, la fortuna parecía esquiva con Iwata. Aunque más tarde consiguió corregir su rumbo, el lanzamiento de 3DS no tuvo ni mucho menos el éxito esperado cuando llegó a las tiendas en 2011. Obvia decir que Wii U, la sucesora de la consola de sobremesa más exitosa de la gran N, ha sido un fiasco a nivel de ventas, especialmente en Occidente. Y durante estos últimos años era frecuente ver como algunos de los inversores pedían su dimisión tras varios resultados con pérdidas y una estrategia que no acababan de comprender. Los problemas de salud que finalmente han acabado con su vida fueron la puntilla para la mala racha que llevaba el directivo japonés, que actualmente trabajaba en un ambicioso plan para devolver a Nintendo al liderazgo del sector, empezando con un acuerdo de colaboración con el gigante de juegos para móviles DeNa y el anuncio de una nueva consola, NX.
Se abre ahora un periodo de incertidumbre en Nintendo, precisamente en un momento crucial que redefinirá su futuro. Según el comunicado oficial hecho público ayer, Shigeru Miyamoto y Genyo Takeda ocupan temporalmente la dirección de la empresa mientras se toma la decisión del nombramiento de un nuevo presidente, el cual deberá continuar con los planes de Iwata para la expansión al sector de los smartphones y supervisar la fase final del desarrollo de NX. Lo tendrá difícil en muchos frentes, pero el más complejo de todos será el de suceder a una leyenda del sector, un hombre venerado tanto por la industria como por los jugadores y al hombre que llevó a Nintendo a lo más alto. Descanse en paz, Iwata-san.