El futuro de los juegos musicales
Cinco posibles escenarios.
Los videojuegos musicales están en declive. Es un hecho que podemos comprobar si comparamos las cifras de ventas de Guitar Hero y Rock Band de este año con las del ejercicio anterior. Todavía tenemos por delante la campaña navideña (la época del año que acapara las mayores ventas), pero aún así todos los diagnósticos auguran que este 2009 no se experimentará el mismo boom por los juegos musicales que vivimos en 2008. Lo más curioso del caso es que este debilitamiento del género musical no tiene nada que ver con que no se hayan lanzado juegos mejores y que por lo tanto los consumidores se hayan cansado. Guitar Hero 5 mejora en todos los aspectos a su predecesor y The Beatles: Rock Band está recibiendo alabanzas unánimes por parte de crítica y público. Podríamos pensar que este declive tiene más que ver con cuestiones como el agotamiento de la fórmula o por la constatación de que esto de los juegos de rock era solamente una moda pasajera.
Lo cierto es que no se puede eludir el hecho de que tanto Electronic Arts como Activision (y especialmente esta última) han exprimido la gallina de los huevos de oro hasta tal límite que es posible que por ello el género musical haya caído en un círculo vicioso de auto-destrucción. Pero igualmente, tampoco hay que se alarmistas, ya que hablar de la desaparición del género parece a todas luces algo exagerado. Seguro que en un futuro veremos más juegos musicales, pero lo que no sabemos es cómo. ¿Seguirá la misma dinámica de lanzamientos de estos últimos años como pasa con los juegos de futbol? ¿Sacarán juegos basados únicamente en bandas? ¿Cambiará por completo la mecánica de juego? Precisamente sobre esto va este artículo, sobre intentar hacer un poco de futurología alrededor de los videojuegos musicales y estos son los cinco escenarios que un servidor vería posibles.
1. Guitar Hero 5 y Rock Band 3 se convierten en el prometido estándar
Es una opinión muy extendida la de que Activision y EA deberían sacar una entrega “definitiva” de sus Guitar Hero y Rock Band, a partir de cual sus usuarios pudieran descargarse todas la canciones que quisieran mediante DLC. Para muchos jugadores resulta especialmente molesto que cada año aparezca una nueva entrega que en el fondo presenta la misma mecánica pero con diferentes canciones. Esto provoca que las canciones de las anteriores entregas queden relegadas a ser jugadas únicamente con los juegos antiguos y en la era de las consolas con disco duro todo el mundo es consciente de lo absurdo de tener que ir cambiado de disco cada dos por tres.
GH5 ya incorpora la posibilidad de importar algunas canciones de World Tour y Greatest Hits, pero aunque es una opción que se agradece continúan siendo pocas las que podemos transferir y es una opción que les ha quedado a medias. Al mismo tiempo, aunque siempre es de agradecer que se incorporen novedades, la verdad es que a uno ya no se le ocurre que más se le puede añadir a un título como GH5 que no suponga cambiar por completo la mecánica de juego. Se entiende perfectamente que las canciones de las primeras entregas de Guitar Hero no fueran compatibles con World Tour por el hecho de que se introdujeron los nuevos instrumentos, pero que la historia se repita ahora con GH5 es preocupante. Y tres cuartos de lo mismo pasa con Rock Band, donde no solamente no podemos importar todas las canciones del primero (aunque más que en el GH5) sino que además también hay que pagar 400 MSP.
Hacer de GH5 y del futuro Rock Band 3 (que MTV Games anunció durante la pasada GamesCom) las dos entregas definitivas, que se fueran editando de nuevo a medida que se fueran vendiendo y que mientras tanto los usuarios pudieran crearse su catálogo musical a partir de las descargas beneficiaría a los usuarios, pero no a la compañías.
2. Activision y EA siguen sacando año tras año nuevas entregas de sus juegos musicales
Si el anterior panorama era el soñado por los seguidores de GH y RB este segundo escenario sería el soñado por Bobby Kotick y John Riccitiello, los señores oscuros de Activision y EA respectivamente. Aquí la situación que viviríamos sería más o menos la que hemos tenido hasta este momento, es decir año tras año van saliendo a la venta nuevas ediciones de los juego musicales y por el hecho de que incorporan ligeras mejoras hace que aparezcan incompatibilidades con los juegos anteriores. Y es que si todo sigue así... fácilmente podemos imaginarnos un Guitar Hero 6 o un Rock Band 4.
Mientras los consumidores se tiran de los pelos las compañías hacen el agosto vendiendo sus productos reciclados una y otra vez. Además, hablando en términos económicos y con algo de inocencia... ¿Tanto les afectaría a estas grandes empresas seguir vendiendo las actuales ediciones de los juegos, más el DLC descargable, más los instrumentos? Realmente parece un que hay negocio para rato.
No obstante –y sin querer explayarme más en cierta demagogia premeditada– también hay que tener en cuenta que hasta el momento, aunque sigue habiendo el problema de la compatibilidad de las canciones, juego tras juego hemos podido ser testigos de mejoras que mejoraban el producto y que en su mayoría se han mostrado como justificadas. Por ejemplo, la nueva modalidad Party Play de GH5 es un excelente añadido, así como la libertad de tocar con cualquier formación de instrumentos.
Ahora bien, no nos olvidemos de otra cuestión que también ha levantado bastantes ampollas entre los consumidores de este tipo de juegos y me refiero a las tracklist. La lista de canciones de estos juegos acostumbran a ser una selección genérica que abarca varios géneros musicales, pero la gran pregunta es... ¿Por qué hemos de pagar por unas canciones que muchas veces no nos interesan?
3. Spin-Off: Juegos temáticos basados en bandas
Este escenario asemejaría el negocio de los juegos musicales al de la venta de discos. El consumidor iría a su tienda de videojuegos y escogería el título musical de su banda favorita. De esta manera ya no tendría el problema de que las canciones no fueran de su agrado. Es algo que además de aplicarse a bandas también podría hacerse con sub-géneros musicales, por ejemplo, un juego sobre bandas de grunge de los 90. Tanto Guitar Hero: Metallica como el reciente The Beatles: Rock Band han sido juegos que han gozado de un gran éxito entre los fans por el hecho de que aquellos que los compraban estaban casi predestinados a disfrutarlos. Si no te gusta Metallica no te vas a comprar el juego y si eres seguidor de la banda seguramente la diversión que te pueda ofrecer el juego se multiplique exponencialmente. Más todavía si, como en el caso de los Beatles, nos encontramos con un envoltorio tan atractivo como el que ha preparado Harmonix para el videojuego sobre el cuarteto de Liverpool.
De todas maneras no todo es tan bonito en este escenario ya que hemos de contemplar un par de hechos que pueden ser realmente negativos. En primer lugar podríamos encontrarnos con la situación de que nos gustan solamente unas pocas canciones de un grupo pero no toda su discografía. En este caso estaríamos en un aprieto, ya que si solo nos interesan un par de canciones de los Beatles o de Metallica lo más probable es que para tocarlas debamos comprarnos el juego entero, un producto cuyo precio no baja de los 60€. Al mismo tiempo, por el hecho de que estas bandas firman acuerdos de exclusividad con una u otra compañía, es muy difícil –por no decir prácticamente imposible– encontrar las canciones de este grupo disponibles para descarga en el juego de la competencia. ¿Quieres tocar una canción mítica de Metallica en tu Rock Band? Lo siento, chico, ¡bienvenido a la guerra de las exclusividades!
Vemos por lo tanto que este escenario tiene una parte positiva, en la que realmente el usuario escoge la música que quiere y tiene un juego hecho a la medida de su banda favorita; y otra negativa, en la que por culpa de las exclusividades se limita el catálogo de canciones disponibles dentro de los juegos musicales genéricos e imposibilita tocar una sola canción de un grupo sin antes haber comprado todo el pack (The Beatles Rock Band).
4. Vender el juego sin canciones y que el usuario sea quien elija qué canciones desea descargarse
Esto es casi una utopía pero no deja de ser un modelo de negocio lleno de lógica en esta nueva era en que las descargas de contenido online ya están completamente normalizadas. La idea sería que el consumidor pudiera comprar por un precio mucho más reducido su juego musical con todas las opciones pero sin ninguna canción. Sería algo así como comprar el motor del juego. Evidentemente, comprar el juego pelado sería mucho más económico, así a bote pronto podríamos pensar en 20€. En este caso, el negocio no estaría focalizado en la venta del software sino en la venta de packs de DLC y canciones sueltas.
Productos como el Rock Band AC/DC Track Pack que salió a la venta a principios de año tendrían mucho más sentido en un escenario como este. Así, se podrían ofrecer dos formas de conseguir las canciones, bien por descarga online o bien mediante packs de canciones en formato físico pero dedicadas a un grupo o un género. Todo ese contenido se iría importando al catálogo musical del juego que previamente habríamos comprado sin canciones y permitiría a los usuarios crearse un juego a medida por el mismo precio por el que hoy en día acabamos comprando un producto con decenas de canciones que el usuario no ha pedido. Finalmente, yendo un poquito más lejos podríamos imaginarnos la posibilidad de que estos “motores” sin canciones pudieran adquirirse con la compra de los instrumentos.
5. Cambio radical en los juegos musicales
Este es el último escenario que se me ocurre y como si fuera el botón de traste naranja de nuestras guitarras virtuales también es el más difícil de alcanzar. Estaríamos hablando de un cambio profundo en la mecánica de juego, sustituir el sistema actual de Guitar Hero y Rock Band por otro absolutamente distinto que realmente justificara el desembolso de dinero en una nueva experiencia de juego. Dentro de este terreno encontraríamos en primer término propuestas como el inminente DJ Hero, un propuesta jugable que aunque se basa en los actuales juegos musicales es suficientemente diferente como para parecer algo nuevo. También entrarían en este terreno propuestas arriesgadas como Wii Music, el incomprendido (y mal vendido) programa didáctico de Nintendo para enseñar las nociones de la música a los más pequeños.
En el horizonte encontramos también la más que probable incorporación de las nuevas tecnologías Natal y Wand al género de los juegos musicales. Sin ir más lejos, en Harmonix ya han declarado que están trabajando con la tecnología de detección de movimentos de Microsoft con la posibilidad de que la veamos aplicada en la nueva entrega de la saga Rock Band.