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El primer día en la Gamescom

Esto es más grande que el E3.

Cuando llegué a Colonia lo primero que me impresionó fue ver la enorme catedral, al lado del Rin, con cientos de pájaros blancos revoloteando, de noche, por entre sus altísimas y preciosas torres.

Esa obra gigante da una idea de cómo trabajan los germanos: a lo grande, maldita sea.

Tras pasar una noche en un hotel olvidable -aunque este es un lujo que no nos podemos permitir, tendremos que estar ahí unos cuantos días más- nos levantamos bien temprano, nos calentamos con un café y llegamos a la feria.

El edificio es gigante: más que el Convention Center donde se celebra el E3, diría.

Para que os hagáis una idea de cómo está todo organizado os lo contaremos un poco. Hay un pabellón exclusivo para prensa y ahí las grandes distribuidoras (Sony, EA, Konami, Kock Media...) tienen unos espacios en los que nos enseñan, a puerta cerrada, los secretos de sus próximos juegos. Las presentaciones las suelen hacer miembros del equipo de desarrollo, productores o community managers y normalmente te dejan jugar bastante poco tiempo. Este recinto es austero y las barracas de las compañías son blancas y sin florituras.

Por suerte hay varios pabellones más en los que está todo el espectáculo. Lo malo (para nosotros) es que a partir de hoy está abierto al público, con lo que es un caos. Si hemos podido manejarnos para conseguir un pase VIP, eso sí, pasaremos directamente a la primera posición de la cola.

En estos pabellos podemos jugar a casi todo; además está lleno de amables asistentes y asistentas que te ayudan, te explican y te sonríen.

Como hay tanto que ver estamos yendo de un lado para otro sin parar apenas ni para comer. Y aunque tampoco tenemos demasiado tiempo arañamos siempre unos minutos para escribir algún artículo. Hoy os hemos preparado unos cuantos que están calentitos calentitos.

¡Un abrazo, gracias por seguirnos y seguid ahí, comentando!

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