El Puño de la Estrella del Norte

El Puño de la Estrella del Norte es un clásico entre los clásicos del manga y el anime que conoce ahora otra versión más en el mundo del videojuego, en el que lleva apareciendo de cuando en cuando desde la lejana era de las 8 bits. Para aquellos despistados que no lo conozcan, hagamos un escueto resumen de sus premisas argumentales: tras el holocausto nuclear, los supervivientes de la humanidad se pelean como locos por el agua y los pocos recursos que quedan. Bandas de saqueadores campan a sus anchas tomando lo que les place. Sin embargo, el legendario heredero del más brutal arte marcial conocido, Kenshiro, ha jurado proteger a los inocentes. ¿Y cómo lo hará? A sopapo limpio. ¿Y dónde lo hará? En PS3 y Xbox 360. ¿Y cuándo lo hará? Eso no se sabe, pero en su distribuidora española, Koch Media, nos dijeron que seguramente podremos jugarlo a partir de septiembre.

Tecmo Koei ya lanzó este beat’em up en Japón hace unos meses, donde los fans irredentos del manga clásico colapsaron las tiendas para comprarlo el mismo día de salida porque incluye un episodio inédito en la serie original: vendió cuatrocientas mil copias en su primer fin de semana en las estanterías en el país del sol naciente. Y por lo que pudimos ver, éste es el público de preferencia del juego: todo lo que aparece en pantalla tiene el mismo estilo visual de la serie, con sus proporciones imposibles y su barroquismo postapocalíptico. Encontramos los mismos escenarios, los mismos personajes (pueden desbloquearse prácticamente todos, desde Mamiya a Rei), la historia narrada capítulo a capítulo y la misma mezcla de Mad Max, el Llanero Solitario y Kung-Fu.

Encontramos también el mismo mamporreo brutal y ultraviolento que el manga original garantizaba página tras página. Golpes bestiales y combos que acaban con los miembros de las bandas estallando en mil pedazos y salpicando de sangre medio escenario son la moneda común del juego. Kenshiro es una mala bestia capaz de llevarse por delante a manadas enteras de desagradables y malolientes punks del yermo nuclear. Y menos mal, porque a manadas es como vienen, en grupos de diez o doce en cada oleada. El Puño de la Estrella del Norte es como un Final Fight en 3D pero criado a base de hormonas de crecimiento y esteroides anabolizantes en el que casi todo lo que ronda por el escenario (que es parcialmente destructible) puede ser usado para desmembrar a los enemigos o para acabar con los exigentes jefes finales.

El control, eso sí, se hace tosco y no todo lo fiable que quisiéramos por tener una cámara que te puede dejar vendido en cualquier momento. El juego tiene ritmo, pero al sistema de combate le falta profundidad y adquiere enseguida una preocupante tendencia al machacabotonismo más monótono. Los ataques especiales son llamativos, pero no lo suficiente como para justificar lo que se tarda en llenar el medidor de energía que permite llevarlos a cabo, y la impresión general que se tiene tras un rato jugando es que aquello podía ser suficiente hace ya bastante, pero que ahora no está el mercado de los beat’em ups para estas simplicidades.

Tosco es también el aspecto del juego que, aunque robusto y estable, no destaca precisamente por su belleza, por lo cuidado de su diseño sonoro ni por su impecabilidad técnica. No hay nada que resulte manifiestamente anacrónico en él, pero el caso es que desprende un aire algo anticuado en su conjunto, como de haberse quedado en los primeros momentos de la generación actual. Quisiésemos que todo esto fuera subsanable, pero nos tememos que es ya tarde: lo que vimos no era un código de preview, sino una versión terminada del juego en japonés, así que esto es lo que hay.

El Puño de la Estrella del Norte parece un producto específicamente pensado para los más incondicionales de la serie, y a ellos seguramente les parecerá correcto y, sin duda ninguna, respetuoso para con el original (dispone incluso de la opción de jugarlo en japonés con subtítulos, para solaz de los más auténticos). Para los que no lo sean, la cosa parece más complicada. Sólo pudimos jugarlo un rato, así que cabe la posibilidad que, vencidas ciertas resistencias iniciales, el juego se lance a una dinámica absorbente y más imaginativa. Si no es así, El Puño de la Estrella del Norte dará apenas para un rato, pero muy poco más.