El Team Meat arremete contra los juegos para móvil
Edmund McMillen: "Las compañías nos ven como un rebaño de tontos".
Edmund McMillen, el diseñador de dos joyas como son Super Meat Boy y Binding of Isaac, ha criticado duramente el estado actual de los videojuegos para móviles.
"Para nosotros jugadores de toda la vida, lo que está mal con las plataformas móviles es la falta de respeto que tienen hacia el jugador, realmente parece que un gran número de compañías vean a su audiencia como si fuera un rebaño de tontos a los que reúnen, alimentan y luego dejan con una sensación de vació o hasta de haber sido violados", afirma este miembro del Team Meat.
"Hoy en día existe la tendencia de usar unas mecánicas de juego muy básicas y luego ponerte delante las narices un 'power-up zanahoria'. El jugador ve la zanahoria, ¡y la quiere! Todos los jugadores han de hacer unas pocas y repetitivas acciones para conseguirla, y una vez la tienen aparece otra de repente y le dice que si quiere más hay... pero que pase por caja primero... en lugar de plantear estos logros como 'objetivos', de hecho puedes simplemente pagar un dólar e instantáneamente consigues ese objetivo. ¡Casi que pagas 10 y desbloqueas todo sin jugar al juego!", afirma muy indignado.
"Las palabras no pueden expresar lo jodidamente horrible que es todo esto para los juegos, para los jugadores y para la plataforma en general... estas técnicas de negocio son un puñetazo en la cara del diseño de videojuegos y está afectando a toda la escena de juegos móviles/casuales".
Ahora mismo el Team Meat está preparando la versión para móviles de Super Meat Boy y según comenta en el mismo post parecen estar comprometidos en no caer en estos vicios de los juegos para móviles.
"Queremos que Super Meat Boy: The Game muestre respeto por los jugadores, no solamente no manipulándolos, sino también entendiendo que quieren un desafío de verdad y una auténtica sensación haber logrado algo al alcanzar sus objetivos".
Estaremos atentos a este desembarco del genial Super Meat Boy en móviles pero, mientras tanto, bravo señor McMillen.