Elite Dangerous pasa a Gamma
Progresa más que adecuadamente.
Consigues un buen trabajo en una estación. Casi cinco mil créditos por entregar un par de toneladas de combustible a un par de saltos de distancia; una bicoca. Entras en velocidad FTL y en nada estas en el sistema de destino, rumbo a la estación del cliente. Algo falla. Otra nave te intenta sacar de FTL, te están interceptando. Resistirse puede provocar daños a tu pequeña nave, por lo que decides someterte al intruso. Con suerte, solo será un agente del sistema en una revisión rutinaria, no sea que lleves contrabando.
Pero no. El intruso es un pirata y exige tu carga. Te resistes. Entablas combate, pero tu rival es claramente superior a pesar de no tener un equipo muy por encima tuyo. Tus escudos han caído y el cristal de tu cabina empieza a quebrarse peligrosamente, por lo que decides huir y activas el motor de salto. Tu nave recibe daños mientras ves la cuenta atrás del sistema. 5 segundos eternos y saltas. Justo a tiempo. Estás a salvo de tu atacante, pero aun no ha acabado todo: tu nave ha recibido un 99% de daños, le queda poco. Además, el cristal de tu cabina se ha hecho añicos, así que estas perdiendo el oxigeno de la nave a un ritmo alarmante: el ordenador de abordo indica que en menos de 5 minutos morirás ahogado.
Te diriges a la estación orbital más cercana, descubriendo por el camino que el HUD de tu nave estaba integrado en la luna delantera que has perdido. Vuelas casi a ciegas, guiado más por los instrumentos de la nave que por lo que ves. Sales de velocidad FTL con menos de un minuto de tiempo de vida y estás a siete mil metros de la estación. Subes la palanca de gases a tope mientras pides permiso para atracar en la estación. Tienes suerte, no hay apenas trafico y te dan acceso de inmediato, así que maniobras lo mas rápido que sabes. Entras en la estación y respiras aliviado. Vuelves a tener oxigeno y por unos pocos créditos repararás tu nave. Y te han sobrado 10 segundos. Bravo. Ah, y casualidades de la vida, es la estación de destino. Entregas el paquete y recibes tus créditos. Ha sido un viaje productivo después de todo. Ya volverás a cruzarte con el pirata y, con suerte, habrá una suculenta recompensa sobre su cabeza.
Los tres párrafos de arriba no son algo inventado, es algo que me paso hace unas horas probando la ultima versión de Elite Dangerous. Atrás quedan muchas de las pegas que veía en la primera Beta, poco a poco y de forma constante las actualizaciones han ido añadiendo mecánicas y puliendo errores.
Ya no somos intocables cuando viajamos, y Frontier ha conseguido hacer interesantes los desplazamientos entre sistemas. Se han añadido roles nuevos, como la minería, y se han pulido y diferenciado los ya existentes. Hay más y mejor de todo. La interfaz ha sufrido un necesario rediseño, ahora es más accesible, más usable, y sobretodo muestra lo necesario. Aún así, el juego todavía peca de lo mismo: la falta de carisma de sus naves. Es cierto que los diseños son muy realistas, pero también son demasiado austeros. Y a estas alturas es un pecado grave que todas las naves, sean del fabricante que o facción que sean, tengan los mismos controles y HUD.
Seguimos sin rastro del lore del juego. Esto es especialmente destacable teniendo en cuenta el vasto universo de Elite: hay novelas, relatos cortos, páginas de fans y un largo etcétera, pero todo fuera del título. En el juego no encontraremos nada de ello, a pesar de tener 3 facciones claramente diferenciadas. Hoy mismo recibía el encargo de llevar una carga a un puesto avanzado y, durante el viaje, una facción rival contactaba conmigo diciendo que el paquete era peligroso y que me recompensarían por deshacerme de el en medio de la nada. Nada más, ninguna información de las facciones o motivaciones detrás de ellas, lo que hace difícil simpatizar con alguna. Quizás en la ya muy cercana versión final tengamos sorpresas al respecto, pero dejar tan vacío el trasfondo del juego puede hacer que se resienta a varios niveles.
Con todo, Elite Dangerous se revela como uno de esos Kickstarters que han salido bien y promete un largo recorrido. En la ultima versión (Gamma, justo la anterior a la salida oficial) el universo esta repleto de jugadores, aunque con cuatro mil millones de sistemas es de suponer que no tardarán en dispersarse por la galaxia.
Decía en las primeras impresiones de la Beta 1 que al juego le faltaba amor. Era un juego de naves sin amor por ellas. Y sigue faltando cariño en las naves, pero está en todo lo demás. El 16 de diciembre es el lanzamiento oficial y veremos como se comporta la infraestructura de red, pero si todo sale como debe, Elite Dangerous es un imprescindible para todo aficionado al genero. No esperábamos menos de David Braben.