Eurogamer: Nuestros favoritos de 2010

Como cada año la redacción completa de Eurogamer.es hacemos nuestras votaciones sobre los Mejores Juegos del 2010. A continuación tenéis el resultado de dicha votación.

Plataforma: XBLA, PC y Mac
Desarrolladora: Team Meat
Análisis Super Meat Boy

"Super Meat Boy es la apología del esfuerzo y del trabajo duro. La demostración tangible de que es posible una mejora brutal en la habilidad del jugador, contando con las mismas armas desde el principio hasta el final del juego. Es un juego duro, como los de antes, pero adaptado a los nuevos tiempos, y con una increíble capacidad para recompensar con creces al jugador perseverante. Probablemente la joya indie del año, y una genial forma de hacernos ver que la dificutad y la diversión pueden ir de la mano." Pedro Tonda

"Niveles medidos al milímetro de un diseño envidiable, una banda sonora espectacular, un plantel plagado de personajes de juegos indie, humor negro a raudales... Muchos son los méritos de Super Meat Boy, pero el que destaca por encima de todos es lograr lo que nadie hasta ahora. Que un juego se maneje mejor con mando que con teclado." Jaime San Simón

Plataforma: PlayStation 3
Desarrolladora: From Software
Análisis Demon's Souls

"Como una institutriz alemana, te enseña a ser mejor, a no aspirar a nada que no sea la mejora constante y la satisfacción que la excelencia lleva aparejada. Un juego que no se preocupa de ser perfecto, sino de que el jugador quiera serlo." Miguel Ángel Serna

"La muerte se ha banalizado tanto en los videojuegos que ha perdido todo su valor. Checkpoint y vuelta a empezas, sin penalizaciones. Demon's Souls consigue devolvernos ese temor al Game Over, a que nuestra partida termine abruptamente y perdamos todo lo que hemos conseguido hasta el momento. La experiencia sólo es completa cuando, conectados a los servidores del juego, podemos ver las sombras de otros jugadores sufriendo junto a nosotros, y les deseamos la mejor suerte del mundo mientras se adentran en el infernal mundo del juego que no perdona ni un solo fallo." Jaime San Simón