Fallout 3
Distopía post-apocalíptica.
Como todo buen juego de rol que se precie, Fallout 3 proporciona al jugador diversas herramientas para personalizar las habilidades y experiencia adquiridas a lo largo de la aventura. Se mantienen los sistemas S.P.E.C.I.A.L. y los perks (ventajas) de las anteriores entregas, con los cuales ajustamos los puntos de experiencia para adaptar al personaje a nuestra forma de jugar, así como obtener diferentes cualidades especiales (especialización con ciertos tipos de armas, aumento de capacidad del inventario, nuevas opciones de diálogo, etc.). Eso sí, es importante reseñar que el nivel máximo al que se puede aspirar es 20, tras lo cual los combates empiezan a resultar fáciles, y que las opciones de personalización no son ni mucho menos tan completas como en los dos anteriores Fallout.
La pregunta que se harán la mayoría de aficionados a la saga Fallout es si en esta tercera entrega Bethesda ha conseguido mantener el nivel de excelencia en el guión con el que contaron las dos anteriores. La respuesta es, lamentablemente, que no... aunque se queda muy cerca. Por ejemplo, uno de los aspectos más recordados de las anteriores entregas eran sus continuas referencias a elementos de la cultura popular actual, algo que en Fallout 3 prácticamente ha desaparecido. Pero en líneas generales se puede decir que la labor de los guionistas ha sido sobresaliente, tanto a nivel de historia como de las conversaciones que se mantienen con los habitantes de Capital Wasteland. Y por supuesto sigue presente ese sentido de moralidad en las acciones, la posibilidad real de escoger caminos diferenciados entre el bien o el mal, entre el egoísmo de nuestra mera supervivencia o el intento de sacrificarnos con tal de conseguir una segunda oportunidad para una humanidad en declive.
Esto queda claramente representado en Megaton, el primer enclave humano que encontraremos tras la huida de la Vault 101. Esta cochambrosa ciudad esconde bares, tiendas o incluso un pequeño culto religioso, caldo de cultivo perfecto para empezar a labrar nuestro destino. Ante nosotros se despliegan diversas misiones secundarias, algunas de las cuales incluso se contraponen a otras y nos obligan a tomar decisiones que pueden llevar a la destrucción de la ciudad o a su preservación.
Técnicamente Fallout 3 tiene todo lo que se podría esperar de un juego de nueva generación. Su enorme extensión no hace concesiones al detalle, estando plagado de elementos distintivos e interactivos, todos ellos representados con gran fidelidad gracias al uso de una versión mejorada del motor de Oblivion. Pero al igual que ocurría con él, también es el origen del peor aspecto de Fallout 3: la vista en tercera persona. Resulta inexplicable que, tras las quejas recibidas, en Bethesda no la hayan mejorado para que no de la sensación de estar sobrevolando el escenario, o que las animaciones del protagonista sean menos toscas y más realistas. Lo que resulta más frustrante es que la perspectiva en tercera persona persona no aporta nada y podría haber sido eliminada sin problemas, erradicando de raíz uno de los puntos más oscuros del resultado final del juego.
El apartado sonoro también es digno de mención, porque sobre él recae buena parte del éxito de la ambientación. La música se hace presente en el juego en forma de emisoras de radio, en las que también podremos escuchar horas de conversación con datos que enriquecen la historia y el universo de Capital Wasteland. La contraposición de estar luchando con un mutante con pistolas láser mientras escuchamos swing de los 50 en la emisora de radio ayuda a crear esa atmósfera especial y única de la que hace gala el juego.
El principal problema que podría tener Fallout 3 (el tedio de realizar acciones repetitivas) se solventa mediante multitud de misiones secundarias de naturaleza variada, pero sobretodo con la sensación de que el mundo no gira alrededor de nuestro personaje, sino que somos un mero elemento más en él. La ruta principal del juego está bastante guiada y puede superarse sin necesidad de explorar mucho más, pero al hacerlo nos perderíamos todo lo que su gigantesco mapeado esconde. Siempre hay nuevas áreas que descubrir, nuevos personajes que conocer y más secretos de la historia que desvelar. Contando la misión principal y todo el contenido secundario, Fallout 3 ofrece más de 60 horas de juego, a las que se sumarán las que añada el contenido descargable que Bethesda lanzará próximamente (en exclusiva para Xbox 360). Además la enorme variedad de decisiones a tomar incentiva que volvamos una y otra vez al juego para tomar caminos diferentes al de nuestra anterior partida.
En cualquier caso, el resultado final que ha obtenido Bethesda es excelente y merecedor de ser reconocido como uno de los mejores juegos de este año. La jugabilidad se ha ajustado de forma perfecta para que tanto los neófitos como los conocedores de la saga encuentren cosas de su agrado, los valores de producción son excelentes y el V.A.T.S. es uno de los mejores sistemas de combate que se han visto en un RPG estos últimos años. La ambición y el mimo puesto en recrear una enorme distopía post-apocalíptica hacen de Fallout 3 uno de los títulos más recomendables del momento, y uno de los juegos de los que futuros desarrollos deberían tomar ejemplo sobre el camino a seguir para obtener una experiencia lo más completa y reconfortante posible.