Fallout 3: The Pitt
Pittsburgh post-nuclear.
Si Operation: Anchorage era el equivalente a una película de guerra, The Pitt es una película de prisiones. Entras dentro de sus lóbregas paredes de ladrillo rojo como un esclavo, sin armas ni equipo, y te mezclas con una serie de trabajadores con ideas revolucionarias en mente.
Vayas donde vayas hay reminiscencias de películas como La Fortaleza y atmósferas prestadas de los mejores juegos ambientados en prisiones, como Las Crónicas de Riddick: Escape from Butcher Bay. Sí, durante el rodaje de Sueños de libertad Tim Robbins nunca tuvo que arrastrarse por fábricas ruinosas enfrentándose con mutantes al estilo Nosferatu y buscando diez items para acabar una misión, pero ese espíritu de revolución en la cárcel se mantiene en el juego de Bethesda.
He jugado a lo que me han dicho que es un tercio de The Pitt. Puedo decir que este contenido descargable (DLC en adelante) se acerca más a todo lo que conocemos y amamos de Fallout 3. Lo he jugado con un personaje de nivel bajo con una pistola decente y buenas aptitudes para combates cuerpo a cuerpo, así que poco puedo comentar acerca de la dificultad.
Pero cuando estás hurgando en las mesas y armarios de Downtown Pittsburgh o robando un solitario cuchillo de un destrozado cuerpo de un mutante Trog, los terminales de salud, los cuerpos que se disuelven y los escenarios no-interactivos de Anchorage se ven muy lejos.
Empieza, como lo hacía Anchorage, con una señal de auxilio. Un tipo llamado Wernher ha escapado de The Pitt sabiendo que alguien de dentro ha descubierto una cura para las mutaciones. Un tipo llamado Wernher ha escapado de The Pitt con la información que alguien en su interior ha descubierto una cura para las mutaciones. Pero tampoco tienen mucha intención de compartirla, viendo como la mayoría de esclavos que se encuentran allí tienen la cara podrida y están a un paso de dejar de ser humanos. Es un remedio que podría suponer la liberación, aunque también hay potencial para hacerse rico, si te inclinas por tu lado más malvado.
Tras rescatar a Wernher de unos cuantos salvajes, y una vez te has vez vestido con las ropas del cadaver cercano de un esclavo, verás que el mapa de Fallout 3 ahora tiene también un tren subterráneo. En el viajarás las 191 millas que separan Washington de Pittsburgh en la parte trasera de un vagón que funciona con una palanca; una tarea que hubiese resultado cansina pero que, por suerte, se soluciona apretando el botón "usar".
Tras una pequeña pelea bajo las humeantes chimeneas de The Pitt te encuentras sin ninguna ayuda - con las instrucciones de encontrar a una mujer llamada Midea que ronda por el puente de Pittsburgh. Al principio te preguntarás por qué el dichoso puente es tan condenadamente difícil de cruza; minas por todas partes, coches amontonados cortándote el camino, un solitario francotirador...
Pero cuando te aproximas al final del puente y ves morir a esclavos a tu paso, explotando de diferentes formas, queda claro que The Pitt está diseñado para mantener a la gente dentro, más que a los extranjeros como tú fuera. A mi no me costó más que hacerme pasar por un esclavo que estaba de vuelta y el sacrificio de todo mi inventario - para gozo y disfrute de mi nuevo amigo, el guardia Mex.
No arruinaré la experiencia explicando paso por paso y de forma linear mis vacaciones por The Pitt, aunque la palabra "linear" es digna de análisis. The Pitt es linear en el sentido de que es una secuencia de aventuras enlazadas en diferentes áreas del mapa, más o menos como lo era Operation Anchorage o algunas misiones del juego principal. Pero no hay dudad de que te queda la sensación de ser más libre y no tener tanta prisa mientras te aventuras por las afueras de la ciudad.
Bethesda también promete que habrá diferentes formas de jugar la conclusión también, al ganar acceso a nuevas areas a las que no podías llegar cuando merodeabas por el lugar haciéndote pasar por un esclavo más.
Bueno, al menos tan humilde y parecido a un esclavo como puedas parecer mientras buscas barras de acero con un rifle y una herramienta llamada "abridor humano", claro está. Un trasto que es mucho más sanguinario y potente que cualquier otra cosa que hayas visto en el Yermo.
Otros objetos nuevos presentes en el juego incluyen un rifle con mirilla telescópica y silenciador llamado Infiltrador, y unos cuantos tipos diferentes de armadura.
Sospecho que la duración no será mucho mayor que la de Operation Anchorage, y que el asunto de la dificultad para los jugadores con niveles más altos volverá a ser tema de discusión (aunque esta vez me aseguraré de poner el juego en difícil desde el principio), pero de momento la cosa pinta bastante bien. Y también habría que destacar que The Pitt mejor el apartado gráfico del original; entrar en la fundición de metal con su calima y vapor es una experiencia remarcable.
Lo mejor es que antes de que mi tiempo en The Pitt terminase pude ver un poco más de las raíces de este contenido. En el corazón de una distópica ciudad de Pittsburgh se encuentra una arena de combate - un concepto familiar en el trabajo anterior de Bethesda con la serie Elder Scroll y que, pensado ahora, resulta extrañamente ausente en Fallout 3. En su interior podrás demostrar a esos malditos esclavistas de que pasta estás hecho. Recuerda: tú no estás encerrado con ellos, ellos están encerrados contigo...