Far Cry 2
Sol, guerra y malaria.
De todas maneras, en este constante fluir de decisiones nos encontraremos con unos cuantos escollos. El más importante es que el juego, a veces, se hace repetitivo. Para conseguir armas siempre tienes que hacer las mismas misiones: ir, petar un convoy y volver a la armería. Para conseguir dinero, tres cuartos de lo mismo, entrar en un pueblo y eliminar a un objetivo.
Durante las primeras horas es divertidísimo; luego la intensidad decae drásticamente. No ayuda, tampoco, que el mapeado sea infinitamente grande. En sí es un hecho positivo; demonios, ojalá todos los juegos tuviesen escenarios tan variados y sin ningún tiempo de carga. El problema está en que demasiado a menudo te hacen ir de una punta a otra, y en coche. Hay estaciones de autobuses en las que te puedes transportar automáticamente, pero escasean cosa fina. Al final acabas hasta el gorro de ser el recadero de todo el mundo y rezas para que tus siguientes estropicios sean en la aldea de al lado.
Aún así, no todo está perdido. Para solventar esa falta de variedad y que el ritmo no baje, hay una serie de subconflictos con los que tenemos que lidiar. Uno de ellos son los poblados llenos de rebeldes. Es muy común ir conduciendo tranquilamente, contemplando la extensa sabana y, de repente, empezar a recibir balazos. La pelea ya está montada. O te escapas de ellos o los aniquilas como moscas. En todo caso, en Far Cry 2 es difícil pasar más de cinco minutos sin pegar un tiro.
Armas encasquilladas
Este juego le encantará a todo aquél que se considere detallista. Primero porque los gráficos son más que notables y, segundo, porque todo está cuidado hasta el más mínimo detalle, desde las ramas que caen cuando les disparas hasta el ciclo día/noche, con su iluminación dinámica incluida. Una iluminación que, por cierto, da lugar a situaciones absolutamente bellas. Os recomendamos que de vez en cuando intentéis salir de la vorágine de violencia y destrucción y subáis a alguna roca elevada. Las vistas son de postal.
Las armas (hay muchas y muy variadas, todas modelos reales) y los vehículos también buscan ese detallismo que va un poco más allá de lo convencional. Y claro, no hay que olvidar que estamos en Africa, así que nada de rayos láser y cochazos. Cuando utilizas un arma que has recogido de un enemigo caído es bastante posible que se encasquille, y si tu vehículo recibe demasiados disparos tendrás que bajar y repararlo. Incluso tu propio cuerpo necesita mecánico: tienes la malaria y debes conseguir medicación para no desfallecer.
En el plano multijugador todas estas opciones se mantienen: vehículos, la propagación del fuego, los efectos atmosféricos y las tremendas explosiones. En este sentido la experiencia de juego no se ve recortada respecto del modo Historia. Far Cry 2 incorpora, como era de esperar, las opciones clásicas; capturar el diamante (una variante de capturar la bandera), deathmatch solo y por equipos, control territorial, etc. A medida que ganas experiencia puedes mejorar las distintas clases de luchadores, así como las armas y el equipaje.
No podemos obviar, tampoco, el editor de niveles. Se trata de una herramienta realmente potente, accesible y con la que algunos usuarios son capaces de hacer auténticas maravillas. Además, se mantiene totalmente intacta en su versión para consolas, una decisión que los más creativos seguro que agradecerán. Podéis verlo en acción en EurogamerTV.
En resumidas cuentas, el juego de Ubisoft merece un notable alto. Como decíamos al principio, el planteamiento es genial. Nos lleva a un continente poco explorado en los videojuegos, África, y nos lo presenta de una forma muy atractiva, tanto a nivel gráfico como argumental. Far Cry 2 nos mantiene, también, en una constante tensión, ya que todo depende de las decisiones que tomas. No sabes si lo estás haciendo bien o mal. Su mayor defecto, sin embargo, ha sido que les ha faltado darle cierto empaque a tantas buenas ideas. En ocasiones se hace repetitivo, la historia no acaba de enganchar por lo dispersa que es, muchas situaciones se vuelven monótonas… Con todo, te recomendamos que lo pruebes y juzgues por ti mismo.