Skip to main content

Far Cry 3

Una de las sorpresas más agradables del E3.

En la conferencia de Ubi el juego ya nos gustó, pero cuando lo vimos a puerta cerrada acabó de convencerme; de hecho hasta tal punto que lo considero uno de los mejores que hemos visto.

Estamos en una isla sudamericana y completamente desconectados de toda civilización con un mínimo de lógica. Los únicos que rondan por esas selvas son mercenarios, militares descarriados, narcotraficantes y un buen montón más de criminales locos. Hasta tal punto que se dedican a torturar y asesinar a los pobres civiles que todavía hay por ahí.

Además, es imposible pedir ayuda o contactar con alguien que pueda sacarnos de ese infierno. No sabemos muy bien por qué, ni tampoco qué hace ahí el pobre diablo que controlamos, pero sí que su misión será intentar escapar como sea.

La demo empieza con un pequeño paseo por la selva. Los gráficos son imponentes; quizás no tanto como los de Crysis pero sí lo suficiente como para impresionar y conseguir transmitir una sensación agobiante de constante sensación de peligro. Total, que caminamos un rato y llegamos a una colina desde la que vimos un campamento. Nos entretenemos intentando ver qué está pasando hasta que, de pronto, unos pájaros alzan el vuelo cerca de ti y cuando te giras un militar te da un culatazo con su rifle y te deja inconsciente.

Lo próximo que sabemos es que estamos atados de pies y manos y un tío super loco nos está soltando un monólogo sobre la locura. ¿Qué es la locura?, te pregunta. Clava sus ojos azules en ti, sonríe, y sigue con un discurso muy bien trazado y todavía mejor doblado. Cuando no mira aparece un botón que hace que muevas las manos intentando soltarte, pero cada poco se gira y te vigila, te sonríe. De fondo, algunos de sus compinches se dedican a lanzar machetazos contra indefensos aldeanos y a tirar a gente por un barranco. Estás nervioso, muy nervioso, hasta que ese tipo loco acerca su cara a la tuya y te grita "no me gusta como me miras" y le da una patada a un bloque de cemento.

Efectivamente está atado a tus pies y caes a una fosa llena de agua. Cuando tocas fondo, y en medio de una lucha desesperada por librarte de las esposas, ves docenas de cadáveres erguidos y atados a bloques de cemento igualitos al tuyo. Parecía un bosque siniestro y sórdidamente tranquilo.

Al final te libras de la trampa y subes a la superficie. El agua es de lo que mejor se ve, con cientos de matices y colores. Tras unos metros, hay una catarata hay un matón al lado y al que sorprendemos y le robamos el arma: oh yeah. Metralleta y pistola. Eso comienza a ponerse interesante.

Las misiones serán bastante abiertas, por lo que entendimos. Suponemos que al estilo de Far Cry 2 tendremos una historia principal que podremos desgranar siguiendo el orden que queramos -dentro de ciertos límites- y luego un buen puñado de misiones secundarias. En principio la isla estará a nuestra disposición y podremos movernos por ella como queramos.

Al otro lado de un pequeño bosque hay un campamento en el que se están cometiendo las matanzas de rigor. Con el rifle hacemos zoom y además de ver ejecuciones de lo más escabrosas y montículos de cadáveres por todas partes nos hacemos un mapa mental de la situación. Al fondo hay un helicóptero y ahí es donde tenemos que ir: ¿Vamos a saco reventando unos cuantos barriles explosivos u optamos por el sigilo? La duda ofende. De hecho la cosa salió incluso peor de lo planeado, y el productor -que es quien estaba jugando- falló en un salto y quedó totalmente expuesto a las balas de los enemigos. Se cubrió como pudo, mató a unos cuantos, y se fue pitando hacia el helicóptero. Subimos, le quitamos la pistola al piloto y le apuntamos mientras gritamos que despegue y nos cubrimos de la lluvia de balas que nos viene siguiendo. Rápido, rápido, que esto se está poniendo cada vez peor. Las aspas giran, nos alzamos unos pocos metros y... Peim, misil al canto y caída catastrófica unos pocos metros después.

La pantalla está emborronada por la contusión. Nos arrastramos por el interior de la cabina y vemos que unas botas vienen hacia nosotros. A nuestro lado hay una pistola, y hacemos todo lo posible para llegar a ella. Alargamos la mano pero... esos pies llegan antes y la apartan. Se agacha y, ¿Adivináis quién es? ¿Sabéis qué es la locura?

También te puede interesar