Análisis de FIFA 22 - Un juego de fútbol que ahora es mejor, pero que sigue lastrado por la avaricia de su monetización
Tic tac.
Analizar una nueva entrega de una franquicia deportiva anual como FIFA tiene un poco de ponerse en la piel del cínico meteorólogo que interpretaba Bill Murray en Groundhog Day (estrenada en España como Atrapado en el Tiempo). Es volver a repetir un día - o una semana, más bien - del año anterior, buscando variaciones y matices, y rezando para no ver repetidos los mismos errores del pasado. Y dentro trescientos sesenta y cinco días, uno arriba uno abajo, vuelta otra vez. Creedme, es tan difícil como poco agradecido, porque se junta una tormenta perfecta de factores: todos conocemos el juego, todos tenemos nuestra idea preconcebida de él y todos creemos que va a ser lo mismo del año pasado. Pero, ¿realmente lo es?
Y sé que esta es la cantinela de cada año, el recurrente disco rayado de cada doce meses, pero resulta que FIFA 22 es netamente superior a su antecesor en términos jugables. De verdad. Es, para empezar, más realista, con un ritmo que se ajusta mucho más al de los partidos reales y en el que las skills ya no tienen esa exagerada prevalencia que poseían en FIFA 21, al haberse nerfeado considerablemente y dar mayor importancia a acciones como los chutes desde fuera del área, que por ahora son más efectivos de cara al gol. FIFA 22 te exige elaborar más las jugadas, trabajar muchísimo más los pases y se aleja de las exageradas goleadas que caracterizaron al juego del año pasado. Es más auténtico, en definitiva.
En ello juega un gran papel, intuyo, esa nueva tecnología de nombre rimbombante que EA Sports denomina HyperMotion. Exclusiva de las versiones de nueva generación y Stadia (incomprensible e injustificablemente se ha dejado fuera de la de PC), la mezcla de cuatro mil nuevas animaciones (con capturas de jugadores reales) y un sistema de aprendizaje con IA sienta una base tecnológica que probablemente se explotará del todo en futuras entregas, pero que de momento ya deja reacciones más realistas y un feeling general más satisfactorio. Lo mejor de ello es que no se nota únicamente en los tiros, los regates, los cabeceos o las faltas, sino también en pequeños detalles, como las acciones de los jugadores cuando no tienen el balón o en la propia interacción entre ellos. Una vez más la búsqueda de la autenticidad, aun cuando FIFA 22 sigue lejos de ser un simulador puro. No le pidamos peras al olmo.
Hay más detalles que donde se aprecian cambios evidentes. Uno es la simulación de las físicas del balón, más realista y con una sensación de peso que se echaba en falta anteriormente. Otro son los porteros, aparentemente reescritos desde cero aunque aquí queda margen de mejora. Actualmente, quizás por ese énfasis en evitar los resultados abultados, su efectividad es sorprendentemente alta, y además tienden a realizar las paradas con mayor plasticidad de la necesaria, optando por palomitas y otras acrobacias incluso en situaciones de poco riesgo. Esta y otras aristas, creo, se irán puliendo con parches, pero es una situación que también me genera serias dudas; todos conocemos la trayectoria de EA Sports con las actualizaciones post-lanzamiento, las cuales pueden alterar de forma dramática la jugabilidad... y no siempre para bien. En estos primeros días no han sido pocos los jugadores que se han quejado de la aparente lentitud de los partidos (por estar acostumbrados al ritmo de FIFA 21, no porque no le siente bien), y quién sabe si habrá un volantazo hacia los partidos de fantasía en un futuro parche, potenciando las skills y acelerando la jugabilidad. O cuando se empiecen a publicar cartas especiales en Ultimate Team, claro.
Sería una pena, la verdad, porque el ritmo actual de FIFA 22 me parece mucho mejor que el de FIFA 21, enfatizando la elaboración de las jugadas y el juego de pases y aportando bastante emoción con marcadores más ajustados y defensas más efectivos. La victoria, por lo tanto, se trabaja más y es más satisfactoria. Además, tampoco tenemos todavía plenamente claro el meta de FIFA 22, aunque las primeras sensaciones apuntan a que, una vez más, las stats de velocidad, agilidad y fuerza vuelven a ser las más importantes en los jugadores. Aquí los desarrolladores vuelven a pecar de una cierta falta de equilibrio, porque dan una tremenda ventaja a los jugadores rápidos (a lo cual hay que sumar la nueva mecánica de sprint explosivo con el gatillo R2) y penalizan a otros por ser - supuestamente - demasiado lentos. Que sí, entiendo que Sergio Busquets se mueva con la velocidad de un tractor diesel, pero que otros como Verratti o Jorginho parezcan mediocres en el juego cuando, en la realidad, son piedras angulares en sus respectivos equipos resulta cuanto menos extraño.
Si a nivel jugable los cambios son relativamente profundos, lo mismo puede decirse de las novedades en los distintos modos de FIFA 22, recibiendo la mayoría de ellos no solo mejoras de calidad de vida, sino también nuevas características que los hacen más completos. El modo Carrera es uno de los que más avanza en la edición de este año, con opciones como la de crear un club desde cero, definiendo desde los elementos más básicos hasta la plantilla o los objetivos a cumplir por la directiva. A nivel de carrera de jugador la gran novedad es la de empezar como suplente, ganando un puesto en el once inicial con los entrenamientos entre semana y saltando al campo cuando el míster así lo decida para cumplir unos objetivos que permitan gozar de su confianza. También se implementa un nuevo sistema de perks e incluso cinemáticas para el vestuario o la negociación de los traspasos, haciendo que el modo Carrera sea en FIFA 22 más interesante que nunca.
En Clubes Pro el gran añadido es la opción de crear jugadoras en equipos mixtos, accesos directos para jugar con amigos o con otros jugadores si estos no están disponibles, arquetipos para los Virtual Pros y veintiséis nuevos perks desbloqueables a utilizar en tres slots, los cuales permiten adaptar con mayor profundidad el estilo de juego de tu club. También hay más opciones de personalización para el mismo (escudo, estadio, colores, cánticos, etc.) similares a las que ya teníamos en Ultimate Team, un plus meramente estético que, en cualquier caso, es más que bienvenido.
Volta, ese modo de fútbol callejero heredero del clásico FIFA Street, también regresa un año más, redondeando la propuesta general de un FIFA 22 que sin duda trata de ser lo más completo posible para los fanáticos del deporte rey. Aquí las novedades son el nuevo medidor de habilidad, que puedes rellenar para usar en el momento que consideres más oportuno, y las habilidades exclusivas, como Golpe Poderoso, Ritmo Puro o Entrada Agresiva, las cuales funcionan con un cooldown. También el un nuevo Volta Arcade, una playlist para los fines de semana con modalidades como DodgeBall, Foot Tennis, Disco Lava o Team Keepaway, entre otras, bastante divertidas y desenfadadas. No creo que Volta, pese a estar bastante bien, vaya a convertirse de la noche a la mañana en la modalidad favorita de los fans, pero es gratificante ver a los desarrolladores mejorar incluso los modos menos jugados.
Porque la chicha de FIFA, y esto lo sabemos todos, está en Ultimate Team. El modo estrella del juego de fútbol de EA Sports - y el que le reporta más beneficios - no tiene este año grandes cambios en cuanto a mecánicas o características más allá de añadir los Héroes (nuevas cartas especiales que no llegan a la categoría de Icono, pero que celebran a jugadores emblemáticos como Morientes, Di Natale, Mostovoi o Ginola en los momentos en que se convirtieron en ídolos de la afición) y unas pocas opciones de personalización extra a los estadios (las nuevas áreas VIP y los temas de temporada), centrándose en su lugar en implementar algunos cambios estructurales para lograr que sea una experiencia más amigable con el usuario y que resulte gratificante a más jugadores. Así, por ejemplo, se introduce un nuevo amistoso cooperativo con matchmaking público, que utilizando equipos predefinidos permite jugar en el mismo once con otras personas sin depender de un amigo.
Son Division Rivals y FUT Champions, sin embargo, los modos de Ultimate Team que reciben modificaciones de mayor calado. Rivals apuesta ahora por un modelo de temporadas heredero del popularizado por los battle royale, en el que hay puntos de control para evitar perder todo el progreso, recompensas por tiempo de juego, para que los usuarios más casuales puedan avanzar incluso encadenando derrotas, y una división de Élite para los mejores jugadores. El resultado es una progresión más afable, aunque ciertamente es una apuesta a largo plazo; en estos primeros días, con todo el mundo comenzando en la División 10 al no haber partidos de clasificación, es fácil que el matchmaking empareje a jugadores con niveles de habilidad muy distintos, algo que se irá solventando con el paso del tiempo.
FUT Champions, la competición estrella de Ultimate Team, también cambia al estar dividida ahora en play-offs y finales, accediendo con puntos obtenidos en Division Rivals. El acceso a los play-offs se puede realizar a lo largo de las seis semanas que dura cada temporada de FUT, y las finales se celebrarán los fines de semana, manteniendo la duración de la Weekend League de FIFA 21. Este nuevo sistema debería ser más flexible y acabar con parte de la frustración que podía producir el sacrificio que exigía el antiguo formato de FUT Champions, aunque habrá que esperar todavía algunas semanas más para ver si cumple plenamente con su objetivo.
Pero la cuestión de fondo, claro, es que Ultimate Team sigue siendo un adictivo modo de juego maquiavélicamente diseñado para incentivar las microtransacciones (o no tan micro, a tenor de las cantidades que gastan cada año muchos de sus usuarios, entre los cuales me avergüenza decir que me incluyo). En la tienda de FIFA 22 se ofrecen desde el mismo día de lanzamiento esos sobres con previsualización que se introdujeron en junio en FIFA 21, aunque sabiendo que si no compras el último pack previsualizado no puedes echar un vistazo al siguiente hasta pasadas veinticuatro horas, uno no puede evitar tener la sensación de que aquí EA está más interesada en buscar un resquicio legal para evitar problemas con una justicia que por fin parece empezar a tomarse en serio la problemática de las loot boxes que no en atajar las cuestionables prácticas presentes en esa tragaperras pay-to-win en la que se convirtió FUT hace mucho tiempo.
Esa es la encrucijada en la que se encuentra FIFA 22; es una nueva entrega que mejora bastantes de los detalles a nivel jugable que se criticaron de FIFA 21 y en la que se aprecia un intento real de escuchar peticiones ignoradas durante mucho tiempo para establecer los cimientos de los FIFA de los próximos años, pero que al mismo tiempo sigue lastrada por la avaricia de su modelo de negocio en el modo al que la inmensa mayoría de usuarios acaba jugando durante todo el año. Aunque también es mi encrucijada, supongo. ¿Cómo recomendar ese juego al que dedico cientos de horas cada año y que realmente disfruto como pocos, pero que sigue poniendo de manifiesto algunas de las peores prácticas de la industria? Sencillamente no se puede, me temo.