FIFA Manager 09
¿Llega a puestos de UEFA?
Fifa Manager nunca lo ha tenido fácil a pesar de su noble cuna. Aunque sus cifras de ventas son suficientes para justificar su desarrollo, el mánager de EA carece del peso que uno le supondría a una saga hermana, y complementaria, de los ubicuos Fifa. Parte de la culpa debería ir a la propia productora, que incluso prescindió de tan lucrativa marca cuando lanzó a la venta las primeras entregas bajo el desafortunado nombre de Total Club Manager. En un nicho de mercado tan reducido, con 3 ó 4 títulos igual de genéricos, cuesta entender el porqué de renunciar a semejante baza.
La otra gran traba fue su propia filosofía. Si la ausencia de promoción perjudicó su acogida entre el gran público, su falta de rigor lo hizo entre los más aficionados. Por lo general Fifa Manager es una serie demasiado simplista para el jugador experimentado, que suele preferir la precisión y exhaustividad de otras sagas tan longevas y especializadas como Football Manager o Championship Manager. Podríamos decir que, salvando las distancias, el de EA es una evolución de los PC Fútbol de Dinamic: más variedad en tus responsabilidades a cambio de menos profundidad en éstas. Y esta entrega de 2009, para bien o para mal, no es distinta.
La gran ventaja que poseía FIFA Manager era su modo de visualización en 3D. Para EA resultaba sencillo adaptar el motor de FIFA Football, pero para grupos más pequeños como SI Games diseñarlo desde cero con acierto era poco más que una utopía. Aún así se han atrevido, y han conseguido trasladar a la perfección su brillante representación del juego. Fifa Manager quizá sea superior visualmente, pero queda a una distancia abismal a la hora de plasmar lo que ocurre en un partido real.
El transcurso del partido es encorsetado y poco aleatorio, muy reiterativo, desde las jugadas hasta las animaciones. Lo peor es que se pierde ese factor X del fútbol, la tensión de poder recibir un gol tonto y perder a pesar de ser superiores, o la genialidad espontánea de un jugador mediocre en un momento dado. Simplemente no pasa y todo transcurre dentro de los cauces de la lógica, lo cual lo convierte en previsible y, poco tiempo después, aburrido. Lo que ningún otro te da es la posibilidad de interactuar durante el encuentro (más allá de las tácticas, obviamente), pero suele ser algo poco recomendable. La influencia en el juego es excesiva, a pesar de sus limitaciones, y resta aún más tensión.
Lo que sí consigue a la primera, como ya es costumbre, es atrapar al jugador sin que este choque con una curva de dificultad prácticamente vertical. Quizá sus rivales sean más recomendables a largo plazo, pero si algo podemos admirar de FIFA Manager es lo sencilla que resulta la toma de contacto. Parte de eso se debe a su interfaz, que resulta agradable a pesar de ciertos problemas de organización. Y es que uno de los grandes problemas de cualquier mánager es que ya el primer día se requiere una comprensión, aunque sea básica, de todas y cada una de las opciones que vas a usar a lo largo de tu partida, lo cual es ciertamente frustrante. Aunque no puede evitar semejante requisito, el de EA se las apaña para no agobiar en tus primeros pasos como mánager supremo, lo cual ya es mucho.
Quizá la mayor diferencia con respecto a sus contrincantes es el alcance de tu poder. Si así lo escoges tendrás que encargarte también de las finanzas, el marketing, la publicidad y otros pequeños detalles. No hay mucho misterio detrás de ninguna de estas cosas, ya que lo realmente importante se decide en las pantallas de táctica y a la hora de fichar. Los que ya hayan jugado a alguna entrega anterior recordarán que era posible tomar decisiones sobre la vida personal de tu alter ego. Éstas se mantienen, pero siguen siendo solamente anecdóticas y, a juzgar por la imposibilidad de cobrar comisiones o vender entradas bajo cuerda, muy poco realistas.
En el apartado estrictamente futbolístico la exigencia también es menor, ya que no pide al jugador el control de tantas variables. De hecho es posible que peque por exceso en su simplificación, y a veces se percibe una desagradable sensación de ser un observador en tu propia partida y no tener impacto real en el desarrollo de los encuentros. Es posible que no sea así, ya que el juego simplemente tiende a fallar a la hora de plasmar sobre el campo lo que tan bien muestran sus hojas de datos. Lo que queremos decir con esto es que es posible que Messi, por poner un ejemplo conocido, no busque constantemente la diagonal hacia el interior como suele hacer en la vida real, sino que se comporte como un jugador de banda más tradicional, abusando de los centros. Casos similares se dan demasiado a menudo, ignorando incluso algunas de tus órdenes individuales. Y aunque esto era muy común hace algunos años ninguno de sus rivales cae en semejante error hoy día.
Parte de eso puede deberse a pequeños errores de la base de datos. Algunas de las características asignadas a los jugadores son incongruentes, y otros valores como el rendimiento por posición están simplemente mal medidos en muchísimos futbolistas. Sin embargo es muy probable que eso no moleste a la mayoría de jugadores circunstanciales, que en cambio agradecerán la relajante sensación de que no es imprescindible acertar con absolutamente todas tus decisiones para ganar títulos, o incluso la posibilidad de terminar una temporada (con su consiguiente recompensa) en un par de horas.
Fifa Manager 09 es un digno heredero de la franquicia, con sus logros y sus taras. Si tu intención va más allá del juego ocasional acabará pareciéndote insuficiente, aunque lo más probable es que ya hayas catado las mieles de Football Manager y el de EA no sea ni siquiera una opción. Por otro lado cuesta imaginar una forma mejor de aproximarse al género sin el riesgo de salir escaldado.