¿Fin de ciclo?
Necesidad de nuevo hardware no; crisis de ideas.
El constante fluir de rumores acerca de las futuras nuevas consolas de sobremesa de Sony y Microsoft ha devuelto a primer plano el debate de si se han alcanzado o no los límites de la actual generación y, sobretodo, si es necesaria una revisión del hardware de Xbox 360 y PlayStation 3 en el momento del ciclo de vida de ambas en el que nos encontramos.
Unos opinan que sí, que las consolas actuales ya no dan más de sí y que es el momento de sacar los cuartos de nuevo a los consumidores. Otros, en cambio, creen que la evolución gráfica debería ser independiente de los juegos que se desarrollen y que, por tanto, con el hardware actual hay más que suficiente.
En estos casos lo mejor suele ser siempre consultar a los propios creadores. Por ejemplo, Ken Levine, padre de Bioshock, y mi futuro dios en la tierra cuando Bioshock Infinite llegue a las tiendas, declaró no hace mucho que "todavía queda bastante jugo que sacar" a PlayStation 3 y Xbox 360. No sé si Levine tiene razón o no, puesto que no soy desarrollador, pero sí creo que debiera ser una opinión a tener en cuenta, puesto que él sí hace juegos; y de los buenos.
Lo cierto es que la actual generación de consolas está siendo un tanto atípica. Por un lado, tenemos a Sony y Microsoft peleando por ver cuál de las dos empresas la tiene más grande (la potencia del hardware, malpensados). Y por el otro está Nintendo, a la que la carrera por la potencia se la trae floja y vende consolas como churros con juegos gráficamente peores que los de sus competidoras, pero que gustan a la gente, que es lo importante.
Un buen hardware es importante para hacer juegos espectaculares, que impacten visualmente, y que lleguen al jugador a través de los ojos. Sin embargo, no es garantía de obtención de un buen juego. Todos podemos poner algún ejemplo de algún juego gráficamente vistoso pero con unas mecánicas lamentables. Aquí sucede como en el cine: buena parte de las veces un gran presupuesto y el mejor despliegue de efectos especiales viene acompañado de un argumento digno de un telefilm de la sobremesa de los domingos.
Hay otro factor importante a tener en cuenta: el fuerte empuje de las producciones indie y su creciente popularidad. Aunque quizás sea más representativo en el terreno del PC, en consolas de sobremesa también podemos encontrar una gran cantidad de juegos con un presupuesto más reducido de lo habitual pero con la calidad de un Triple A. Juegos que, por otro lado, están propiciando que las grandes compañías saquen a pasear la billetera para comprar el talento que parecen no encontrar en su propia casa.
¿Por qué es importante la popularización de los juegos indie? Porque vienen a demostrar que es posible conseguir grandes juegos sin recurrir al derroche de recursos. Y porque, además, suelen venir acompañados de un precio razonable, cuando no dejan directamente la decisión de establecer el precio en manos del comprador.
Se suele decir que cuando las personas ven de cerca sus límites dan lo mejor de sí mismos para tratar de superar dichos límites. Es en esas situaciones en las que se saca a relucir el ingenio. Con el hardware de las consolas nos encontramos en una situación parecida. Cuando se acerca el fin de la vida útil estimada por los fabricantes, es cuando los desarrolladores suelen obtener mejores resultados. Es algo que lleva sucediendo desde la época de los 8 bits (y puede que incluso desde antes), aunque no hace falta retroceder tanto en el tiempo para encontrar un buen ejemplo: PlayStation 2.
Otro asunto bien distinto es que a algunas compañías se les haya acabado la materia gris y piensen que es una buena idea inundar el mercado con remakes de viejas glorias del pasado. De acuerdo, la gente las seguirá comprando, pero será una demostración de falta de deseo por innovar. En este caso, podemos retomar el ejemplo del cine: últimamente estamos cansados de ver la cartelera llena de segundas partes y remakes de las mismas películas de siempre (si no, que se lo digan a George Lucas con Star Wars).
Desgraciadamente, en los videojuegos estamos llegando a la misma situación y, de hecho, en PlayStation 3 tienen una gama de juegos dedicada enteramente a remakes en HD. A esto se le llama crisis de ideas, no necesidad de nuevo hardware."