Final Fantasy XIII
Un trabajo de artesanía.
En cuanto a las novedades jugables destacan las remozadas invocaciones y la asignación de roles a los personajes en las formaciones. Las invocaciones ahora no son la mera aparición de dioses castigadores que repartan puntos de daño a diestro y siniestro, como ya vimos en las últimas entregas de la saga los invocados formarán parte (siquiera durante un tiempo) de nuestro contingente, los controlaremos y actuaremos en sintonía con ellos. En función de nuestra conexión con estos seres brutales, el posterior ataque que ellos desencadenen será más o menos efectivos, así que conviene comprender sus rutinas de comportamiento y elaborar estrategias conjuntas.
Dinamicidad y armonía son dos rasgos importantes. Debemos desarrollar patrones inteligentes y fluidos entre los diferentes personajes de nuestro trío, y para ello se ha diseñado el sistema de formaciones: podremos asignar papeles, por ejemplo, de sanador, tanque, castigador y demás a los integrantes del equipo, en función de las necesidades y de sus características. Esto nos simplificará la tarea de enfrentarnos con los enemigos más poderosos (hay algunos inmensos e imbatibles hasta que no alcancemos los niveles más elevados) y agilizará los combates con los oponentes menos dotados. Por lo demás, el sistema de combate es una variación del que ya hemos visto en tantas ocasiones, aunque un poco menos encorsetado.
Técnicamente, FFXIII es un paso adelante y los gráficos están a la altura de lo mejor que se ha visto en este mismo género. Yoshinori Kitase, productor del juego, insistió en el cambio que había supuesto para ellos el trabajar en formato HD: depurar el motor gráfico fue un trabajo de casi un año y medio para un equipo de veinte personas, y pretenden rentabilizarlo usándolo también el Final Fantasy XIV (del que no pudimos rascar nada que no fuese un “estamos trabajando en ello”). También nos contó que ciertas cosas han cambiado en el proceso de trabajo –por ejemplo, antes las texturas se pintaban e iluminaban a mano, y ahora tienen shaders automáticos–, y que en parte, FFXIII ha tardado en ver la luz porque incluso a un estudio como Square Enix le llevó un tiempo considerable desarrollar sistemas de trabajo eficientes.
En las horas que pudimos jugar libremente a la edición castellana de FFXIII pudimos ver todo aquello a lo que Square nos tiene acostumbrados, como personajes heroicos y torturados, ataques de tropecientosmil puntos, elixires, pociones, plumas de fénix, límites, orquestaciones trepidantes, diseños llamativos y un mundo repleto de sitios que explorar y enemigos que tumbar (e incluso algún que otro Chocobo). Es, ya lo dijimos al comienzo, un trabajo artesano,cuyo encaje respeta y pule al máximo la ortodoxia de los J-RPG: ahí puede residir su mayor acierto, pero también una gran, gran debilidad.
Final Fantasy XIII saldrá a la venta para PlayStation 3 y Xbox 360 el próximo 9 de marzo.