Avance de Fist of the North Star: Lost Paradise
Omae Wa Mou Shindeiru.
SEGA tenía este año dos títulos del Yakuza Team en su stand del E3: Yakuza Kiwami 2 y Fist of the North Star: Lost Paradise. Ante la falta de tiempo para probar ambos me decanté por el segundo, ya que todo el mundo podrá probar Kiwami 2 de primera mano en apenas un par de meses. En cuanto al segundo, esperaba encontrarme un Yakuza ambientado en el universo de El Puño de la Estrella del Norte, y eso es exactamente lo que me proporcionó.
Durante unos minutos recorrí libremente la ciudad de Eden, una pequeña urbe escondida tras unas enormes murallas que ha logrado subsistir tras el fin del mundo y dentro de la cual sus habitantes tienen comodidades como agua corriente, lo cual permite albergar negocios clásicos de los Yakuza como locales de copas y escorts.
Toda la parte de exploración es similar a la de Yakuza, aunque se nota que el motor es el de Yakuza 0 (60FPS, con gráficos más anticuados) en lugar del de Yakuza 6 (Dragon Engine, a 30FPS pero con mejor aspecto visual). La ciudad está repleta de puestos ambulantes, barriadas de chabolas apelotonadas y solo algunos edificios para los más ricos destacan entre la masa. Podremos acceder a algunos de ellos en la versión final, pero la demo estaba muy limitada en ese sentido.
El principal cambio con respecto a la saga principal de Yakuza está en el combate. Acostumbrados a manejar a Kiryu, que en teoría nunca ha matado a nadie y que se limita a aleccionar a los matones que se encuentra por la calle, Kenshiro despliega una violencia inusitada en sus encuentros. Cuerpos que explotan, cabezas que se convierten en grifos de sangre... es una violencia tan desmedida (en occidente llega además en una versión 'sin censura') que resulta hasta cierto punto absurdo, aunque le sienta muy bien al tono que quiere transmitir el juego.
El sistema es muy similar al de los Yakuza, combinando ataques normales y fuertes para crear combos, aunque aquí el botón círculo de los finishers no crea un ataque contextual, sino que lanza alguno de los movimientos más famosos de Kenshiro. Para ello tenemos que ejecutar un QTE; si en Yakuza bastaba con acertar el botón a tiempo, aquí tienes que pulsarlo en el momento adecuado para causar más daño. Especial mención para el QTE de la clásica lluvia de puños, en la cual nos ponen decenas de botones de cuadrado por encima de la pantalla que hay que ir quitando a base de golpes mientras Kenshiro grita su mítico 'ATATATATATATATATATATATATA'; no pude evitar una sonrisa de satisfacción al completarlo.
El primer contacto con Fist of the North Star: Lost Paradise fue positivo, sobre todo en el sistema de combate. Es un título divertido y muy macarra, que sabe acercarse a los Yakuza en lo mejor que pueden ofrecer y a la vez aportar su toque propio. No pudimos descubrir demasiado de la historia y nos quedamos sin jugar a las carreras de buggys para poder hacer sitio a más juegos del showcase, pero no habrá que esperar mucho para jugar a la versión completa: saldrá en occidente el 2 de octubre para PlayStation 4.