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Avance de Forza Motorsport 5

Pasión por el motor.

Al no ser especialmente fan del género me resulta extraño pensar en Forza 5 como en el gran estandarte del lanzamiento de Xbox One, pero tras jugar un buen rato a la nueva entrega de la saga de Turn 10 tengo bastante claro que éste es, sin duda, el título perfecto para estrenar la consola de nueva generación de Microsoft. ¿La razón? No sólo es un excelente juego de carreras de coches, sino también el ejemplo que, por ahora, mejor representa las novedades más importantes que introduce Xbox One.

En una breve charla previa, Dan Greenawalt, el carismático líder del estudio americano, nos habló durante unos minutos sobre las bondades del nuevo hardware a la hora de producir gráficos más detallados, de la simulación mejorada de suspensiones y neumáticos, del reto - y la oportunidad - que supone ser un juego de lanzamiento y de las posibilidades de la nube, pero incidió sobre todo en algo que ya lleva muchos años proclamando: que Forza es, ante todo, un ejercicio "de pasión por los coches".

Ese amor por el mundo del motor queda patente desde el preciso instante en el que inicias el juego y se reproduce un emotivo vídeo narrado por Jeremy Clarkson, el legendario presentador de Top Gear, para acto seguido dar una vuelta por las calles de Praga con un McLaren P1. Aunque Forza 5 entra principalmente por los ojos, con unos nítidos y suavísimos gráficos a resolución 1080p y 60 frames por segundo, lo que verdaderamente me sorprende en estos primeros compases es el nuevo sistema de feedback del mando de Xbox One: la vibración independiente en cada gatillo es sutil, pero las sensaciones que produce al, por ejemplo, entrar pasado en una curva son bastante espectaculares. Combinado con los nuevos sistemas de físicas de neumáticos y suspensión el resultado es no sólo una conducción más realista, sino también una mejor representación de lo que se siente al estar al volante de uno de estos bólidos.

"Ahora mismo me atrevería a decir que Forza 5 es el primer imprescindible de la nueva consola de Microsoft."

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Tras escoger el primer coche para mi garaje - un precioso BMW Serie 1 M Coupé color blanco perla - el juego me traslada a un circuito en los Alpes Berneses para enfrentarme a mi primera carrera real. Aunque evidentemente no es rFactor o iRacing (y tampoco lo pretende, para qué engañarnos), Forza 5 sí parece algo más realista que sus antecesores: a medida que vas desactivando ayudas (ABS, control de tracción, etc.) el control se vuelve mucho más exigente y cercano a un simulador, recompensando también con más puntos de habilidad (que se suman al final de la carrera a los créditos por consecución de objetivos y a la afinidad con el constructor). El sistema de progresión y de configuración de dificultad, de hecho, me parece estupendamente equilibrado: el juego se adapta con mucha naturalidad cualquier tipo de jugador, tanto al más casual como al que busca una experiencia compleja y difícil.

Pude correr también en el circuito Yas Marina de Abu Dhabi, en el Sebring International Driveway de Florida y en el Mount Panorama de Bathurst, pero me gustaría destacar el pequeño trazado de pruebas de Top Gear, en Surrey (Inglaterra). Más allá de lo curioso de emular a Richard Hammond o Stig, la gracia de este circuito está en que, de forma inesperada, te muestra las bondades de la potencia de la nueva generación en áreas hasta ahora más limitadas, como las físicas. El circuito está rodeado por multitud de conos, cubos de basura y otros elementos de atrezzo que, tras unas pocas colisiones, empiezan a rebotar por la pista con gran realismo y fluidez. El efecto aquí es anecdótico, desde luego, pero también indicativo de las alegrías que nos puede reportar más adelante en otros géneros.

Otro de los grandes highlights de la nueva consola, según Microsoft, es la tan cacareada computación en la nube, personificada aquí en los Drivatars. Básicamente la idea consiste en que el juego va recogiendo datos (a partir de un requisito mínimo son tres carreras) para generar en la nube una IA representativa de tu estilo de conducción, la cual evoluciona y mejora constantemente para competir en las consolas de otros jugadores (ganando créditos incluso cuando tú no estás jugando). A efectos prácticos esto implica que cuando compites en el modo carrera no lo haces contra comportamientos pre-programados de la máquina, sino contra representaciones virtuales de otros jugadores de todo el mundo con un modo de actuar más realista que el de una IA tradicional. Habrá que echarle más horas para ver si cumple con todo lo que promete, pero en este primer contacto sí me dejó con la sensación de ser un avance perceptible, ofreciendo un comportamiento menos previsible por parte de los rivales que resultaba en unas carreras con un ritmo un poco más emocionante.

Es una novedad interesante, pero como me explicaba un rato más tarde Patrick Esteves, el diseñador principal de Ryse, ser un título de lanzamiento implica dejar muchas cosas en el tintero por falta de tiempo. Esto, desgraciadamente, es aplicable también a Forza 5: el juego de Turn 10 no implementará, por ejemplo, un ciclo de día y noche o condiciones meteorológicas, entre otras cosas. Son factores que muchos fans echarán en falta y que empañan ligeramente el producto final, pero sería una lástima centrarse en lo que no está y olvidar todo lo que este nuevo Forza sí hace con resultados más que notables. Tampoco me acabaron de convencer los tiempos de carga, más largos de lo necesario, aunque confío en que esto se pueda solventar en un eventual parche.

Como decía al principio de este avance, Forza Motorsport 5 es seguramente el título de lanzamiento que mejor demuestra las posibilidades de Xbox One. A nivel gráfico luce estupendamente bien, hace un uso novedoso de la computación en la nube, enseña que el nuevo rumble del gamepad es algo más que un simple gimmick e incluso parece que utilizará el sensor Kinect de forma bastante natural. En un par de semanas podremos comprobar si el resultado final supera pruebas más exhaustivas, pero ahora mismo me atrevería a decir que estamos ante el primer imprescindible de la nueva consola de Microsoft.

Este artículo se ha escrito en base a un viaje a Londres para asistir al evento preview europeo de Xbox One. Microsoft cubrió los gastos de transporte.

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