Gamescom 2010: Los nuevos Red Faction
Armageddon y Battlegrounds.
Nada mejor para empezar el día que volar cosas por los aires y patear unos cuantos traseros alienígenas. El juego con el que hemos abierto la gamescom (la feria se inauguraba oficialmente hoy, aunque ayer hubo tres eventos especiales) ha sido Red Faction: Armageddon, una de las debilidades de varios miembros de la redacción. Una presentación corta pero intensa, con tan sólo un par de pequeñas novedades pero apuntando muy buenas maneras.
Hemos visto un nuevo nivel que no se mostró en el E3 y que ha servido para ver una nueva arma y un nuevo enemigo, así como algunos detalles jugables bastante interesantes. Ambientado en una galería subterránea, el objetivo era derribar un edificio infestado de aliens para asegurar el paso de un convoy de camiones. El juego tiene buen aspecto, y aunque la evolución del motor gráfico no es demasiado grande sí se nota que se han pulido cosas como los efectos de partículas o la iluminación para que el conjunto general resulte más realista.
Chad Greene, el director artístico de Armageddon, ha empezado presentándonos un poder del Nanoforge (un brazalete que lleva el protagonista) llamado Shockwave. Su funcionamiento es tremendamente similar al de la estasis de Dead Space: inmoviliza al enemigo y lo deja suspendido flotando a nuestra merced, pudiéndolo rematar con la ametralladora sin demasiados problemas. La nueva arma se llama Magnet Gun y es espectacular: disparas primero un misil que queda enganchado en una superficie y luego un segundo que hará de imán del anterior.
Aquí es cuando entra en juego lo que parece más divertido de Red Faction: Armageddon, la infinidad de combinaciones posibles entre armas y el Nanoforge. Puedes disparar con la Magnet Gun el primer misil para enganchar una pared, aplicar el Shockwave para dejar atontado un enemigo y acto seguido dispararle el segundo misil que atraerá al primero. ¿El resultado? Un alien que acaba arrollado por una pared de hormigón y aplastado contra un edificio cercano.
Otro aspecto genial es el poder de reparación de objetos del escenario que tiene el Nanoforge. El ejemplo que nos han puesto lo ilustra a la perfección: montones de enemigos rodeaban al protagonista, así que buscamos un vagón roto, nos metemos dentro, lo reparamos y así quedamos a cubierto protegiéndonos de los aliens de fuera. Una vez más, las posibilidades que se abren ante nosotros son enormes.