Avance de Gran Turismo Sport
Probamos la última demo en Londres.
El estreno de Gran Turismo Sport no fue, desde luego, muy espectacular. El debut de Polyphony Digital en PlayStation 4 no lucía tan bien como uno hubiese esperado viniendo de uno de los desarrolladores internos más famosos de Sony; la demo era insulsa, el mensaje de fondo no se entendió bien y los problemas que han afectado a la franquicia Gran Turismo durante años parecían seguir estando ahí. Kazunori Yamauchi, su creador, siempre ha ido a su bola, pero el decepcionante ruido que tenían los motores de Gran Turismo Sport daba a entender que el estudio japonés quizás se había quedado muy por detrás de la competencia.
Eso fue en mayo, y desde entonces muchas cosas han cambiado. Muchas. La reacción negativa a la presentación de Gran Turismo Sport espoleó a Polyphony, parece, y han trabajado un montón para hacer que el juego mejore tras ese inicio errático. La última versión, que pudimos probar la semana pasada en el evento de presentación de PS4 Pro en Londres, mostraba una calidad muchísimo mayor. Si esta evolución sigue al mismo ritmo hasta que Gran Turismo Sport llegue a las tiendas en 2017, podemos estar ante una de las mejores remontadas en el mundo del motor desde que Jenson Button ganó el Gran Premio de Canadá de 2011 tras haber estado en la última posición en esa misma carrera.
¿Podrá recuperar Gran Turismo el trono como mejor juego de conducción? Tengo mis dudas, pero en realidad no es un problema específicamente suyo. Los juegos de coches ya no son tan populares ahora como lo eran en la época de PlayStation 2, cuando reinaba Gran Turismo, y eso maquilla un poco el hecho de que seguramente estamos viviendo la época dorada del género. Los fans de la velocidad tienen un montón de buenas opciones a su disposición, desde la accesibilidad y diversidad de Forza hasta la belleza y complejidad de Project CARS, pasando por el exquisito control de Assetto Corsa o la autenticidad y emoción de RaceRoom. La nueva entrega de Gran Turismo se va a encontrar más rivales que nunca, los cuales, además, jamás habían tenido tanto nivel.
Lo que puede -y debe- hacer Gran Turismo, en cambio, es buscar su propio lugar en ese mercado, y resulta agradable ver que finalmente parece abrirse a aceptar la inspiración de otros. Polyphony contrató al máximo responsable del sonido de Forza el año pasado, y este fichaje parece que ya da resultados, con motores que por fin muestran la personalidad que no habían tenido en Gran Turismo durante años. El propio Yamauchi parece estar orgulloso con este progreso, y durante la presentación de Londres pidió en varias ocasiones a los técnicos que subieran el volumen de la demo, para que se pudiese escuchar bien el rugido de los motores.
Otra profunda influencia en Gran Turismo Sport proviene de una fuente inesperada pero bienvenida. Parece que en Polyphony alguien se ha fijado en iRacing, lo cual al menos demuestra que tienen buen gusto. Desde el lanzamiento de iRacing en PC en 2008 se han publicado muchos otros juegos de coches, pero ninguno ha conseguido siquiera acercarse a él. Son juegos más bonitos, con mejor control y, desde luego, no cuestan tanto dinero, pero en lo que respecta a carreras online iRacing sigue jugando en otra liga.
Es agradable, por lo tanto, ver que Gran Turismo Sport usará un sistema de evaluación y penalización que parece extraído de iRacing, como lo es también comprobar que obligará a cumplir con los límites de la pista -un tema muy popular entre los aficionados al motor en 2016- de forma similar, pidiendo a los pilotos que cedan tiempo si se alejan demasiado del asfalto. Aunque hay muchas opciones en el mercado, los usuarios de consola piden un juego de carreras que sea rígido y esté bien estructurado, y si Gran Turismo Sport cumple con estas intenciones puede que al final se cree su propio nicho.
Otras influencias, en cambio, no son tan bienvenidas, y es una pena ver que Gran Turismo se suma a la corriente de otros juegos de esta generación -con la notable excepción de Project CARS- de descartar las transiciones dinámicas entre día y noche. Duele más aún dada la cantidad de coches GT que tiene el juego, esos que verías normalmente corriendo en pruebas de resistencia en Nürburgring, Spa-Francorchamps o Bathurst, donde los cambios en iluminación y condiciones meteorológicas son precisamente un factor inherente al reto. Y esto no parece que vaya a cambiar; "no vamos a volver a introducir cambios lineales de tiempo", respondía de forma tajante Yamauchi al ser preguntado acerca de esta característica. "Damos al usuario una selección de horas", refiriéndose a que antes de la carrera, en el menú, podremos escoger la hora y las inclemencias del tiempo.
¿Y qué pasa con el control de los coches de este Gran Turismo Sport? Quizás fuese sintomático tras semanas jugando a Assetto Corsa o quizás fuese consecuencia de la configuración del T300RS usado en la demo del juego (en casa lo tengo configurado de forma diferente), pero el M6 GT3 que conduje por Brands Hatch se notaba muy ligero, y tampoco aprecié un cambio tan grande como el que noté al pasar de Gran Turismo 5 a Gran Turismo 6.
Esperemos que ese aspecto de Gran Turismo Sport se pula de aquí al lanzamiento, pero de momento hay otros apartados que ya dejan muy buenas sensaciones. Polyphony no ha perdido ese aura de excentricidad; Yamauchi fue capaz de pasarse unos minutos en su presentación explicando como su nuevo juego será el primero en replicar de verdad el color Rosso Corsa de los Ferrari, y está bien que mantenga esa enfermiza atención por el detalle. Pero más allá de eso, puedes ver a un desarrollador que empieza, por fin, a ampliar sus miras, y que se alinea más con las expectativas actuales. Puede que ya no sea el mejor simulador de conducción, pero Sport tiene todas las papeletas para convertirse en el mejor Gran Turismo hasta la fecha.