Guerra de bolsillo
Nokia, el nuevo aliado de Microsoft.
Nokia, en este caso, no es quizás la presa más apetecible - de hecho, ha tenido problemas últimamente - pero tiene su importancia que hace unos años fuese la empresa más grande del sector.
Lo importante es que tiene justamente lo que le falta a Microsoft - una enorme experiencia y recursos para diseñar hardware móvil. Adoptar un sistema operativo externo es lo mejor que puede hacer la compañía finlandesa, porque es innegable que lo que les ha hecho quedarse atrás durante los últimos años es la abismal naturaleza de su interfaz de su usuario. O en otras palabras, el software y no el hardware de sus teléfonos.
Ahora Nokia tiene un SO sólido y Microsoft tiene un socio con una sólida experiencia creando dispositivos. La situación ideal para ambas compañías es que su unión atraiga a una gran porción de los desarrolladores, nivelando el juego con iOS y Android, y al menos permitiéndoles competir en factores como el atractivo y la funcionalidad, en vez de ser descartados por no tener software digno de usar.
Hay, claro, algunos puntos oscuros en todo esto. El primero es que los dispositivos de Nokia no saldrán hasta 2012, y hasta entonces Windows Phone 7 no tendrá el soporte de dispositivos necesario para ser un contendiente serie en un mercado con rivales muy poderosos.
Con ello se corre el riesgo de que la llegada de los dispositivos de Nokia no sea una triunfal ola de soporte para WP7, sino un intento de resucitar una plataforma que no tiene éxito en el mercado, una tarea muchísimo más difícil al menos desde el punto de vista de la percepción.
El otro gran problema son, por supuesto, sus rivales. Ni Apple ni Google, ni tampoco Sony, se van a quedar quietas hasta el año que viene. El desarrollo de plataformas móviles es extremadamente rápido - con el Xperia Play ya casi en las tiendas podemos esperar ver más dispositivos con PlayStation Suite a principios de 2012, y Apple obviamente actualizará su iPhone y los demás dispositivos iOS durante este año.
Pero más importante todavía es que otros factores ya están cambiando el terreno de batalla en el que Microsoft pretende entrar con fuerza en 2012. Android ahora mismo sigue siendo un contrincante de poco peso para iOS, pero durante este año se convertirá en una plataforma mucho más madura. Y donde los smartphones dominan el mercado ahora, el crecimiento de venta de las tablets que usan sistemas operativos móviles parece ser inexorable.
Además estamos viendo cambios en cómo son los videojuegos para estos dispositivos - el rápido crecimiento de desarrollos de alto nivel para títulos hardcore como Infinity Blade o Dead Space (que requieren tecnología y herramientas avanzadas), el movimiento hacia modelos de negocio freemium o basados en publicidad (que necesitan soporte por parte de la plataforma) e incluso la aparición de títulos que definen la propia plataforma gracias al reconocimiento del público, como Angry Birds.
Es un mercado duro y uno que no se está volviendo más fácil - y hasta ahora nadie esperaba que Nokia hiciese otra cosa que seguir por detrás de sus competidores. Microsoft, sin embargo, se ha enfrentado a muchos otros grandes retos en el pasado, uno de los cuales ha sido ponerse a la altura de Sony en el mercado de las consolas.
Las apuestas en juego son muy altas, y antes de ponerse de lado de uno u otro las distribuidoras y desarrolladoras de videojuegos deberán escoger si tener un claro ganador es la mejor situación para ellas y para el mercado.
Traducción por Josep Maria Sempere.