Guía Mass Effect 2
Consejos, Misiones, Armamento, Habilidades, Logros...
4. Misiones principales
9. Horizonte
Que bien se está en la Normandía, buenos soldados, un camarote con una cama de 2x2 para mi solito y para quien me quiera acompañar, claro. Chicas bonitas, una botella de Whisky de Nueva Escocia escondida en un doble fondo del armario, ah esto es vida... ¡Bip! ¡Bip! Vaya, un mensaje nuevo, a ver que dice... sí.. aham, vale. Debo ir a la sala de reuniones a hablar con el Hombre Ilusorio.
Bien soldados preparaos para una nueva misión, debemos dirigirnos a la colonia humana Horizonte, está siendo atacada por los recolectores. ¡En marcha!
Una vez en tierra los recolectores nos atacarán nada más doblar la esquina. Son un poco más fieros que los enemigos a los que nos hemos enfrentado, pero no podrán con nosotros. Eso sí, tened mucho cuidado con su arma pesada.
Una vez eliminados los primeros recolectores, cogemos las baterías junto a las escaleras pequeñas del fondo y proseguimos por la izquierda, donde podremos piratear un pad de datos que hay encima de una mesa de camping (true story).
Cuando empecemos a notar las interferencias será el momento de volver a luchar, esos cab***** llegan volando, son como abejas atraídas por un comandante apuesto y cachas por el que las mujeres hace lo que... bueno, que nos desviamos del tema. ¡A por elloooos!
¡Jaja! No tenían nada que hacer, ni siquiera con esos cascarones geth. Antes de proseguir soldados, peinad la zona en busca de suministros. Gracias a un recolector muerto podréis obtener una mejora para vuestra armadura y en alguna de las casas encontrareis bastantes créditos.
Al llegar arriba verás a un recolector en la salida de una casa, cúbrete antes de que te vea y abre fuego para acabar con su miserable existencia, bueno con la suya y con la de unos cuantos más que están a la derecha. Seria buena idea que te cubras dentro de la casa de la derecha.
Cuando llegas al final de la zona verás a dos colonos en éxtasis, examínalos y recoge el rayo de partículas que tienes unos metros delante de ti. Una vez con él, prosigue adelante y preparate para una nueva batalla, esta vez algo más complicada. Verás que uno de ellos ha sido poseído por uno de los jefes, así que la mejor idea es estar a cubierto siempre que te dispare, créeme no querrás que te alcance con uno de sus cañonazos. Puedes subir a la casa del piso superior y cubrirte ahí, será más complicado que te alcance. A continuación revisa la zona en busca de munición y créditos y sigue adelante, acuérdate de mirar dentro de las casa (en la del fondo hay baterías).
Al entrar en el armero encontrarás a un mecánico cobarde. Aprovecha antes de salir para reponer el medigel, coger algo de Platino y cambiar de armas si te apetece. Una vez listo seguimos con la misión. De nuevo un enfrentamiento con el jefe, acabamos con él y con sus seguidores y limpiamos la zona en busca de munición y objetos, como en anteriores ocasiones. Abrimos la puerta del fondo y seguimos adelante. Vamos que no es hora de mirar el paisaje, tampoco es que haya mucho paisaje que ver, más bien me viene a la cabeza porque los colonos son tan desastrosos y tienen los patios llenos de cajas, que no me quejo oiga, que me vienen bien para cubrirme, pero no se, me parece raro.
Al llegar aquí, tendremos que deshacernos de los vástagos y de los cascarones si queremos seguir adelante, cúbrete bien y que no te den dos veces seguidas los vástagos o las pasarás canutas. Cuando acabes con ellos, dirígete al centro y piratea la CPU.
Bien, tenemos que mantener a ralla a esos insectos, cubríos bien y no os quedéis mucho tiempo en un mismo lugar, vendrán de varias direcciones, tenéis que estar atentos. Entre asalto y asalto aprovechad para recoger munición.
Cuando creáis que todo ha acabado, preparaos bien, por que tendréis que luchar contra un pretoriano, lo mejor, es equiparte con lo que le vaya a hacer más daño. Espero que hayáis guardado la munición de las armas pesadas para este momento, si no tardaréis en acabar con él. Una vez ese bicho inmundo este hecho pedazos observad la delicada y a la vez sutil belleza que proporcionan los cañones de plasma contra una nave llena de bichos inmundos.