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Halo: Reach

El fin de una era.

Gráficamente Halo: Reach luce muy bien y se nota que el motor ha mejorado con respecto a las anteriores entregas. Hay un mayor detalle en las texturas, animaciones más realistas, los modelados de los personajes son mejores y la iluminación HDR es incluso más espectacular que en la tercera parte de la saga. Las capturas del juego, de hecho, no hacen justicia al trabajo de Bungie: puede dar la sensación de que visualmente no es tan espectacular como otros juegos, pero el diseño de los niveles de Halo es también más complejo, ofreciendo una extensión mucho mayor, una cantidad de vehículos, enemigos y efectos en pantalla casi exagerada y la posibilidad de pasar de una extensa sección de vuelo a una infiltración a pie en un edificio sin ningún tipo de transición, pantalla de carga o merma en la calidad gráfica.

Pero todo eso tiene un precio. Con Reach se nota que Bungie ha tratado de exprimir al máximo la potencia de Xbox 360, y ésta en ocasiones se queda algo corta provocando caídas en el frame-rate. No es algo grave y el problema se localiza principalmente en las secuencias cinemáticas (todas ellas generadas con el motor del juego, por cierto), pero ciertamente está ahí y es algo que en Halo 3 no se producía. A mi parecer no influye demasiado en la jugabilidad, pero sin duda habrá usuarios que sientan que la experiencia se resiente por ello. También hay alguna que otra textura que se carga a destiempo, pero es un defecto puntual que no tiene el mismo grado de incidencia que, por ejemplo, en el Unreal Engine 3.

El primer cuarto de hora de Halo: Reach.

A nivel sonoro lo más destacable es, una vez más, la banda sonora de Martin O'Donnell, pese a que en esta ocasión no hemos encontrado ningún tema que nos haya parecido particularmente memorable. Es un acompañamiento musical excelente que consigue enfatizar el dramatismo de la acción con bastante acierto, pero que está un peldaño por debajo de la genialidad de la banda sonora de Halo 3. A los efectos de sonido, eso sí, ninguna pega: variados, contundentes y con un soberbio uso de las bondades de un equipo surround 5.1. El doblaje al castellano también es correcto (y en esta ocasión no se han usado a amateurs que hagan desmerecer el conjunto global), aunque no podemos evitar darle un tirón de orejas a Microsoft ante la imposibilidad de seleccionar la pista de audio original, ni siquiera configurando la consola en inglés.

Halo: Reach es, sobretodo, un homenaje a casi diez años de trabajo en una saga que ha redefinido los shooters en primera persona y que se ha convertido por méritos propios en una franquicia que alcanza ese grado de leyenda reservado a muy pocos videojuegos. Sin embargo, uno no puede evitar quedarse con la sensación de que es poco más un collage de sus mejores momentos, en el que se pierde casi por completo el factor sorpresa y sutilmente se aprecia que la fórmula ya alcanzó su momento de esplendor hace unos años, quedándose anclada en el pasado e ignorando en parte la evolución del género. Pesa bastante en la valoración global la decepción que supone el modo campaña, corto y poco emocionante, aunque por suerte el completo apartado multijugador compensa la mayoría de sus defectos. Ese es, quizás, el gran handicap de Reach: el claro cambio rumbo hacia el juego cooperativo y competitivo, dejando de lado la experiencia individual como algo meramente secundario y parcialmente satisfactorio.

8 / 10

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