Halo Wars
Piedra, papel, Warthog.
Cuando el público descubrió las intenciones de Microsoft de crear un juego de estrategia en tiempo real basado en el universo Halo exclusivamente para Xbox 360, no fueron pocas las dudas que empezaron a rondar por la cabeza de los aficionados. Era imposible, exclamaban algunos. Pero todos respiramos mucho más tranquilos, eso sí, cuando se anunció que la encargada de realizar dicha tarea sería Ensemble Studios, el competente equipo propiedad de Microsoft especializado en juegos de estrategia, y autor de uno de los juegos más importantes del género, Age of Empires. Y tras las primeras entrevistas y declaraciones, en las que el equipo comandado por Graeme Devine dejaba claro que querían publicar un título adaptado específicamente a las características de una consola, y respetando religiosamente la mitología y el universo creado por Bungie, tan sólo nos quedaba soportar estoicamente la espera hasta su lanzamiento, sabiendo que tenía todos los números para convertirse en un título a tener muy cuenta.
Halo Wars narra una serie de eventos ocurridos veinte años antes de los del primer Halo. En el año 2531 asistimos a la larga batalla entre la UNSC y los Covenant por la conquista del planeta Harvest, pero un asombroso descubrimiento marcará un punto de inflexión en la guerra que puede desembocar en la erradicación de toda la raza humana. Además del trío formado por el capitán Cutter, el sargento Forge (verdadero protagonista del juego) y la doctora Anders, también aparecerán en las trabajadas cinemáticas Serina (una inteligencia artificial, precursora de Cortana), el Profeta del Pesar y el Inquisidor, entre otros. No entraremos en más detalles sobre el argumento, porque precisamente éste es uno de los puntos fuertes del juego, pero por si alguien ha olvidado lo relatado en la trilogía Halo o no la ha jugado, Ensemble ha incluido una completa cronología de hechos que nos pone al día sobre su particular universo, desde sus razas, tintes religiosos o los alienígenas Flood. Irónicamente, y al igual que ocurría en los juegos de Bungie, la aparición de los Flood marca los momentos más flojos de Halo Wars (desde un punto de vista jugable, que no argumental), cuando el combate se vuelve excesivamente caótico y recargado.
Halo Wars se centra mucho más en el combate directo que no en la gestión de recursos (que no deberemos ir a buscar, sino que se generarán en las plantas que crearemos en nuestra base). A pesar de ello está presente el importante factor de creación de los diferentes tipos de unidades, tanto de infantería como vehículos, y la investigación de mejoras para obtener armas más potentes o nuevos tipos de unidades. También resultan vitales los Spartan y nuestro líder de escuadron, que poseen habilidades especiales y una mayor potencia de ataque. Su uso inteligente es básico para poder superar el juego, aunque tampoco nos producirá excesivos quebraderos de cabeza, ya que no pueden morir; si caen bajo el fuego enemigo, basta con acercar alguna unidad a su cuerpo para resucitarlos y que vuelvan a estar listos para entrar en combate. Las unidades normales son bastante genéricas (aunque todas ellas fiel al universo Halo), y tan sólo los Elephant (barracones móviles para generar tropas de infantería) necesitan un cuidado especial. Es interesante que se haya aplicado una buena IA a todas las unidades, lo cual permite que ellas mismas reaccionen automáticamente ante un ataque enemigo u otra adversidad sin que tengamos que estar pendientes constantemente de su actividad.
El modo historia se compone de quince misiones (de extensión moderada) con objetivos variados, que van desde la conquista de puntos de control a la destrucción de determinados objetivos, pasando por la escolta de civiles para una evacuación o la protección de elementos como naves de extracción o unidades de vital importancia para la consecución de la misión. El principal defecto que adolece Halo Wars en este modo es que en los niveles de dificultad más fáciles al final todo se resume en expandir nuestra base con varios puntos de reabastecimiento, un par de reactores y unos barracones, realizar la investigación de mejoras para nuestras tropas y entonces crear el máximo número de unidades permitido. Una vez realizadas dichas tareas, simplemente las enviamos en masa al combate, vamos generando unas pocas nuevas para sustituir a las que caigan en combate, y con una probabilidad de éxito cercana al 100% conseguiremos completar la misión. Aumentar la dificultad al nivel heróico o legendario cambia radicalmente la situación, y entonces si deberemos estrujarnos el cerebro planteando tácticas y estrategias para doblegar a los Covenant o los Flood.
El esquema de control con el gamepad de Xbox 360 era el factor determinante para el éxito o el fracaso de Halo Wars, y por suerte Ensemble ha solventado la papeleta con un resultado inmejorable. El stick izquierdo se utiliza para mover el puntero por la pantalla, mientras que el derecho controla la cámara. El botón A se usa para seleccionar unidades individuales, o varias si se deja pulsado. El botón X sirve para mover las unidades seleccionadas o para realizar el ataque primario, y el botón Y para realizar los ataques secundarios, que resultan más potentes (que consisten en lanzar granadas, atropellar con el Warthog, etc.). El botón B se usa exclusivamente para cancelar acciones y con el D-Pad invocaremos las habilidades especiales de nuestro líder. Y finalmente, en una decisión muy acertada, los dos botones superiores sirven para realizar selecciones masivas de tropas, todas las que tengamos con el izquierdo y solamente las que veamos en pantalla con el derecho. Como podéis comprobar, este sistema está bastante simplificado, lo cual no solo repercute en una curva de aprendizaje muy sencilla sino también en proporcionar al jugador las herramientas para controlar el ejercito de forma muy accesible y efectiva, algo imprescindible en un juego de ritmo rápido como es Halo Wars.