Análisis de Hyrule Warriors Legends
The Musou of Zelda.
Decía mi compañero Borja hace casi año y medio en el análisis de la versión para Wii U de Hyrule Warriors que el juego desarrollado por el Team Ninja y Omega Force era "un Dynasty Warriors, de eso no hay duda, pero es uno de los mejores Dynasty Warriors que podéis jugar". Todas las bases en términos de mecánicas que en él se describían, y que no repetiremos aquí, siguen siendo perfectamente aplicables para la nueva versión de Nintendo 3DS, aunque con algún que otro matiz.
Para empezar, Legends podría considerarse la edición definitiva de Hyrule Warriors, al menos en cuanto a contenido. El modo principal, llamado Leyenda, viene de serie con los dieciocho capítulos del original, inspirados en Ocarina of Time, Twilight Princess y Skyward Sword, y los cinco que se añadieron más tarde vía DLC con el Master Quest Pack. A eso, además, hay que sumarle otros cuatro que se desarrollan tras la historia principal y que se inspiran en The Wind Waker y otros cinco con Linkle como protagonista. La versión femenina de Link es uno de los cinco nuevos personajes de la versión 3DS, acompañada por Skull Kid, Toon Link, Tetra y el Rey de Hyrule, todos ellos desbloqueables a medida que vas avanzando en el juego. Su adición, además, no es meramente estética, porque todos ellos presentan sutiles diferencias jugables que hacen que debas replantearte ciertas estrategias según a quien estés controlando.
¿Y qué tal se adapta la peculiar idiosincrasia del musou a la pequeña consola portátil de Nintendo? Pues mejor de lo que imaginas, seguramente. Partiendo de una base relativamente sencilla (despachar miles de enemigos a golpes, capturar bastiones y cumplir objetivos de ataque y defensa) los desarrolladores se las apañan para lograr que una fórmula inherentemente repetitiva se haga más llevadera añadiendo progresivamente nuevos combos y ataques, armas y personajes, un completo árbol de habilidades y un diseño de niveles que exige mucha atención, al bombardear constantemente al jugador con pequeñas tareas. En 3DS, además, se añaden pequeños retoques que mejoran la experiencia, como la posibilidad de cambiar de personaje con un simple toque en la pantalla táctil o de ordenar a los personajes controlados por la máquina que se dirijan a un punto del mapa para mantener el control, pero se pierde ese cooperativo local que tan bien le sentaba al juego de Wii U, dejando paso las Hadas, acompañantes controlados por la IA con habilidades que podemos "prestar" a nuestros amigos (una versión descafeinada de los peones de Dragon's Dogma), y a la visita de los Links de otros jugadores a través de StreetPass.
Pero el principal problema que sufre Hyrule Warriors Legends, en realidad, no tiene nada que ver con la desaparición del cooperativo o los ajustes en el diseño jugable. Si has probado algún Dynasty Warriors (o a cualquier musou, de hecho) sabrás que una de sus señas de identidad es rodear con frecuencia a tu personaje con docenas o incluso cientos de enemigos. Esto puede no resultar un problema en una consola de sobremesa, pero para la CPU de la portátil de Nintendo demuestra ser algo demasiado exigente incluso con unos más que obvios recortes gráficos: en los modelos antiguos de 3DS provoca que ni siquiera haya modo con 3D estereoscópico y que el juego se mueva a tirones, y en la New 3DS activar la profundidad produce una molesta penalización en el frame-rate, el cual cae por debajo de 30FPS demasiado a menudo. Incluso sin el 3D activado se pueden apreciar pérdidas puntuales de fluidez cuando la pantalla está repleta de rivales, con lo cual es imposible no quedarte con la sensación de que el mismo concepto del juego le viene un poco grande al hardware de la consola y que los multitudinarios combates pueden verse afectados por ello.
Hyrule Warriors es un Dinasty Warriors ambientado con mucho mimo dentro del universo Zelda. Esto es lo más importante que debes saber de él, y si lo tienes claro es difícil no disfrutar de su propuesta aún cuando ésta se basa en una fórmula cuyo mayor defecto es la repetición. Es una lástima que ciertos defectos de índole técnica no le permitan brillar con más intensidad, porque por lo demás es una adaptación solvente que añade suficiente contenido como para evitar ser catalogada como un simple port. Más para fans de los Dynasty Warriors que de los Zelda, entonces, pero también interesante para quien busque algo un poco diferente manteniendo el protagonista y el mundo de una de las IPs más icónicas y reconocibles de la gran N.