Avance de Immortals: Fenyx Rising - Una aventura que juega con la mitología griega de la forma más amable posible
Breath of the Greek.
"Gods and Monsters", uno de los juegos anunciados el pasado E3 2019 y de los creadores de Assassin's Creed Odyssey, parecía una apuesta peculiar. El tráiler nos enseñaba amplias colinas de hierba, una estética algo cartoon inspirada en la mitología griega, y... poco más. Su contenido era un pequeño misterio, porque no sabíamos cómo se jugaba ni en qué consistían sus mecánicas; tan solo el hecho de que manejaríamos a Fenyx, una protagonista que tenía que enfrentarse a los dioses griegos para salvar su universo.
Una serie de retrasos, filtraciones y entradas y salidas del estudio hicieron que durante un tiempo pareciese que el juego estaba pasando apuros o, como mínimo, que el desarrollo se había topado con problemas inesperados. Fuese como fuese, todo apunta ahora a que el juego final será totalmente distinto a lo que iba a ser en un principio. Y, al contrario de lo que suele pasar en muchas ocasiones con estas situaciones, es inevitable pensar que el cambio ha sido para bien. Porque la primera vez que probamos Immortals: Fenyx Rising - así es como se llama el juego ahora - nos encontramos con un título sencillo y conciso, muy consciente de sus limitaciones, pero que aprovecha muy bien sus capacidades para crear un mundo abierto agradable y lleno de puntos de interés y una ambientación llamativa.
En el tramo que hemos podido probar, nuestra protagonista - en la demo con un aspecto predeterminado, pero que en el juego definitivo sí podremos personalizar - debe salvar su universo ayudando a los dioses griegos a liberarse de la tiranía de Tifón. Para ello tendremos que explorar un mapa dividido en seis zonas distintas para resolver determinados desafíos, derrotar jefes y criaturas mitológicas variadas y resolver algunos puzles. No es que el tamaño del mapa sea desmesurado - pudimos recorrer de punta a punta el área que se nos permitió probar un par de veces en nuestras tres horas de juego - pero el tránsito sobre él es muy ágil y está lleno de actividades secundarias que nos harán detenernos más de una vez de camino a las misiones principales. Pronto encontramos distintos tipos de rompecabezas, desafíos de agilidad y precisión, puzles y campamentos que limpiar de enemigos que podemos completar para mejorar nuestro equipamiento y subir nuestro nivel.
Seguir la historia de los dioses - de los que, la verdad, aún no sabemos mucho - es sólo una de las cosas que podemos hacer, y a pesar de que las misiones de trama están más elaboradas que el resto, a veces encontraremos retos realmente complejos y bien pensados escondidos en una esquina del mapa. Uno de los puntos de interés, por ejemplo, son unos puzles en los que tendremos que formar unas constelaciones en el suelo, utilizando unas grandes bolas azules atrapadas dentro de distintas estructuras y construcciones. Así, usaremos nuestras habilidades de forma creativa para ir liberándolas; en ocasiones, tendremos que utilizar varias de las pelotas que hemos desbloqueando previamente para poder acceder a las siguientes. Cuesta un rato entender la lógica interna de estas fases pero, cuando aprendemos a pensar en el propio idioma del juego, fluyen de una manera muy lógica y muy satisfactoria. También tenemos una especie de mazmorras que nos transportan al Inframundo y que, tras superarlas, nos ofrecerán un objeto que nos servirá para mejorar nuestras armas y habilidades más adelante. La referencia es más que evidente: hay mucho The Legend of Zelda: Breath of The Wild en este título, y en ocasiones incluso nos resulta extraño no escuchar el característico grito de guerra de Link cuando nos lanzamos a la batalla.
No es que sea malo: Immortals: Fenyx Rising abraza sus referencias en lugar de tratar de esconderlas, y no plantea a priori ninguna novedad en particular, pero sí entiende perfectamente cuáles deberían ser sus puntos fuertes. Al margen de eso, el punto álgido de esta demo son dos elementos separados, pero que aunque parezcan totalmente diferentes, se combinan muy bien: el combate y la atmósfera. Por un lado, las batallas, en general, y las peleas contra los jefes más grandes, en particular, fluyen de una manera muy sencilla y muy intuitiva desde el principio. Tenemos un ataque fuerte, un ataque débil, un ataque a distancia, y distintas habilidades especiales otorgadas por los dioses que activamos manteniendo pulsado el gatillo derecho y, simultáneamente, pulsando uno de los cuatro botones. Muchos de estos poderes de los dioses nos harán desplazarnos del lugar en el que estamos: saltar, golpear hacia abajo o atraer enemigos hacia nosotros. Esto hace que podamos encadenarlos, uno tras otro, y que hacer combinaciones visualmente atractivas sea muy sencillo y agradable, incitándonos a seguir jugando.
Que desde el primer momento queramos, más y más, probar las limitaciones y las posibilidades del juego es una buena noticia, porque uno de los aspectos más prometedores de cara al futuro es su ambientación y la forma en la que se aproxima a la mitología griega. Cuando hablamos de este panteón, de sus obras asociadas, y de los distintos mitos asociados por los dioses, tendemos a pensar en historias serias y referencias elevadas. Lo cual, dicho sea de paso, no cuadra mucho con la auténtica naturaleza de los mitos griegos, que son en esencia comedias de enredo e historias de aventuras, llenas de tragedias, chistes internos, líos de faldas, traiciones y romances apasionados. Immortals: Fenyx Rising, sin embargo, abraza con ternura esta faceta más coloquial de este folclore, y no duda en representarla de manera alegre, con un montón de chistes, referencias y alusiones escondidas tanto en sus diálogos como en el diseño de sus escenarios y personajes. En ningún momento da la sensación de que el juego quiera ser más listo que tú, aludiendo a escenas o situaciones que quizás no conoces; en lugar de eso, quiere celebrar la ambientación en la que se basa, y consigue hacerla atractiva tanto para aquellos que no estén tan versados en ella como para los ya conocedores.
De hecho, la demo que jugamos nos guiaba a través de las misiones principales mediante un diálogo entre Zeus y otro personaje; una serie de intercambios que sucedían cuando llegábamos a un área nueva, vencíamos un enemigo o desbloqueábamos un puzle. Esta conversación, llena de guiños, alusiones cómicas y metarreferencias establecía un tono muy concreto y muy genuino. Nuestra decepción, eso sí, vino cuando se nos explicó que esta narración era exclusiva de la demo, y que no estaría disponible en el juego definitivo; una decisión que, esperamos, pueda reconsiderarse a largo plazo.
A pesar de todo, y especialmente teniendo en cuenta las complejas circunstancias de desarrollo que se intuyen detrás de este título, el renombrado Immortals: Fenyx Rising parece tener las ideas muy claras, y nos presenta una idea atractiva que desarrolla con soltura. No será, quizás, el videojuego más ambicioso que podamos contar entre el catálogo de Ubisoft, pero tiene personalidad y unas referencias más que acertadas, y hay aquí mimbres para convertirlo en una experiencia memorable.