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Indiana Jones and the Fate of Atlantis

Revisitamos la mejor aventura de Indy.

Una de las facetas más representativas de Indiana Jones and the Fate of Atlantis, se revela cuando llegamos a un punto concreto de la trama. En ese mismo instante, podremos elegir entre 3 caminos diferentes para el desarrollo de la aventura; dándole más prioridad a los puzzles, viajando alrededor del mundo con nuestros puños por delante u optando por ir acompañado de Sofía, una de las féminas más carismáticas del sector interactivo. Todos estos modos son dignos de ser disfrutados en partidas alternativas, pues las situaciones y los emplazamientos —en muchas ocasiones— son totalmente diferentes. A la ya de por sí considerable longitud del título, se suma un atrayente factor de rejugabilidad potenciado por los variados caminos que podemos elegir para llegar a la fase final de la trama.

Todo ello bajo la sólida estructura jugable que facilita el Motor Scumm, mediante la clásica fórmula “point & click” que tantos buenos momentos nos ha hecho pasar en títulos como Maniac Mansion 2: Day of the Tentacle o Full Throttle. El manejo del inventario —así como la utilización del menú de acciones— es muy intuitivo y la exploración de todos los emplazamientos va acompañada de notas, comentarios y chistes sobre muchos de los objetos con los que podemos interactuar (aunque no sirvan de nada, siempre hay elementos con reseñas curiosas). Además, los diálogos se tornan especialmente divertidos en algunos momentos y la variedad de situaciones hace que siempre quieras ver lo que sucede a continuación.

Independientemente de la duración del título y de sus variadas propuestas interactivas —que pueden ser explotadas desde tres ángulos diferentes para llegar hasta el tramo final—, la experiencia que ofrece esta sorprendente aventura gráfica trasciende de la mera jugabilidad presencial. Porque Indiana Jones and The Fate of Atlantis es un videojuego que da muchos quebraderos de cabeza. De esta forma, puede ser bastante habitual quedarse totalmente atrancado ante una situación que demande el uso de todo nuestro ingenio.

Durante estos momentos, y aunque en determinadas ocasiones encontrar la solución pueda demorarse varios días, ese desafiante rompecabezas se resiste a escapar de nuestra mente. No es de extrañar que, a altas horas de la madrugada y en una repentina iluminación, demos con una (más que improbable) posibilidad de resolución. El magnetismo del juego durante ese instante se hace insostenible, por lo que levantarnos de la cama —con sigilo, cuidando de no poner en tela de juicio nuestra cordura ante los ojos de los demás— puede convertirse en una práctica habitual. Si la idea falla, nuestro enfado con el título crece exponencialmente. Pero si funciona, solo necesitaremos una palabra para definir ese momento: emocionante.

Ante la desalentadora situación del género de las aventuras gráficas, y la desequilibrada calidad de las que llegan con cuentagotas a las tiendas, no tenemos otra opción que recomendar fervientemente Indiana Jones and the Fate of Atlantis sobre todas las alternativas actuales. Su fascinante puesta en escena, su sabia adaptación del carisma de la saga al sector interactivo y el divertido desarrollo que ofrece, hacen de esta aventura de LucasArts una propuesta que nadie debería dejar escapar.

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